Capítulo 62

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"Vivir no es precisamente estar vivo, si no tener algo que te motive a vivir"

Esa frase la leí en alguna página hace tiempo y es increíble cómo hace tan solo unos meses creía ser feliz solo con el simple hecho de tener un empleo, unas excelentes amigas, tener a alguien como Antonio en mi vida y salir de fiesta, con eso creía que era feliz aunque así fue, pero...

Después llegó el, Cristián Black, el hombre más prepotente, idiota, terco, celoso, posesivo, imbécil con una pasión increíble, una belleza digna del Olimpo, pervertido y a su manera romántico, que me demostró que el sería lo que me motivaría a vivir, si por qué aunque al principio lo vi como un reto que perdí en el transcurso por qué me enamoré y aunque al principio fue difícil, así fue, por qué con el siento una seguridad enorme, me siento feliz y plena.

Después aunque no la sabía tenía un motivo más fuerte por vivir, pero... Ahora que no lo tengo ¿Quiero vivir? No, no quiero y es que ya no creo tener nada que me motive, de camino al departamento de Cristián lo venía pensando ¿Por qué si me siento así con Cristián no puede ser ese el motivo para que luche? Pues... Por qué también está ahí el hecho de que fui violada, el hecho de que perdí a su bebé y no lo pude proteger, ah pasado un mes y dos semanas desde que nos enteramos de todo aquello y entre nosotros no a existido esa conversación que se que nos causa daño a los dos, aunque intenté verle el lado positivo a todo esto no lo encuentro por ningún lado, y es más lo negativo, si de eso se ha encargado mi mente de decirme que no hay nada que salvar en esto, en mi.

Brenda que aparte de ser mi mejor amiga, Hermana y psicóloga se ha encargado de que las pesadillas no se apoderen de mi, que los pensamientos no tengan más poder que mi fuerza de voluntad, que el recuerdo de que un asqueroso estuvo sobre mi tomándome a la fuerza no sea más grande que los momentos de pasión que viví con el hombre que amo, que lo que viví no sea un impedimento para amarme a mi misma tal y como soy con todo lo que pasó.

Pero, no puedo simular que nada paso o simplemente aceptar así como si fuera tan fácil, primero por qué la herida está latente entre Cristián y yo, estoy segura que su orgullo machista no aceptará que fui violada, no aceptará el hecho de que estaba embarazada y no lo supe, segundo por qué es fácil que Brenda, mi madre, Génesis, cristiano y todos digan, Eres fuerte, lo vas a lograr, pero ellos lo dicen por qué tienen otra perspectiva de las cosas, "Con terapias lo vas a superar" es lo que dicen, pero es difícil verlo desde mi perspectiva por qué yo lo viví en carne propia, fui yo la ultrajada.

En las sesiones que he tenido con Brenda donde ella me hipnotiza siempre termina peor que yo aunque no lo quiera demostrar, vuelvo a revivir todo aquello, pataleando, llorando y clamando ayuda hasta donde hay un punto que me calmo y es cuando veo a mi hijo, Y aunque ella no sabe que yo lo sé, escuché cuando le dijo a Cristián que esto no iba a ser fácil y sería cuestión de tiempo y paciencia.

-¿En que piensas?- pregunta Cristián entrando a su habitación con una bandeja en sus manos, pone la bandeja en la cama, Oreos y leche- Tus galletas favoritas.

El me ve, pero en sus ojos no veo nada, solo un vacío inmenso.

-Gracias Cristián.

El asiente, agarra las galletas y me las pasa, yo las tomo y empiezo a comerlas, el me pasa el vaso con leche.

-Cristián- le digo mientras mi vista la tengo fija en el hermoso paisaje que me da New York.

-Dime.

-Tenemos que hablar, No podemos seguir evadiendo está conversación.

-No hay nada que hablar, Ya pasó.

-¡No, no digas que ya pasó por qué no es así, fui violada por Dios, perdí a nuestro hijo! Tenemos que hablarlo.

El Magnate NeoyorquinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora