—¡Maldita sea!—Grito en el gimnasio del departamento.
Me siento mal.
Fue poco lo que pude dormir. Intente hablar con mi mamá, pero con la excusa de que estaba cansada me sacó de su habitación.
Las chicas se fueron a dormir un poco después de que terminamos la conversación de mi patético caso como amante.
La foto de Cristián y de su reconocida modelo está en cada página; revistas, periodicos y en el canal de chisme de New York. Logrando que me sienta más patética.
Hoy vuelvo a la empresa y malditamente no lo quiero ver, porqué sé que le partiré la maldita cara.
No pude hacer ejercicio gracias a la maldita pensaderá. Necesito beber hasta emborracharme.
Voy a mi habitación para arreglarme. Me baño y saco un conjunto de dos piezas: pantalón alto con bota ancha de color negro, una americana blanca y, un saco del mismo color. Busco unos tacones de punta a juego con mi vestimenta.
Me alisto rápido, ya que se me hizo tarde gracias a que me tarde en el baño. Refuto cuando me voy cuenta de que no me dará tiempo de desayunar.
Comeré en la cafetería de luci o la de la empresa.
Salgo de la habitación con la vista en mi cartera revisando que todo esté ahí.
—Bendición, mami— hablo cuando la veo sentada en el sofá.
—Dios te bendiga— Sé que esta molesta. Es entendible. No debí decir lo que dije, pero me molesté y no medí las palabras que salieron de mi boca.
Prefiero no insistir y me voy.
Media hora después estacionó en el estacionamiento que esta al lado de la empresa. Ya que no quiero problemas con Cristián.
Entro en la recepción y subo en el ascensor de los empleados. Llego a mi piso y veo a Estephany en su escritorio. Me ve con una sonrisa.
—El Sr. Black Te está esperando— Me dice.
—Tenemos que hablar— Le digo y sigo de largo. Dejo mis cosas en el escritorio y me dirijo a su puerta y toco.
—Adelante— Dice con una voz automática como si no tuviera sentimientos y la pregunta es... ¿los tiene?
—Buenos Días Sr. Black, ¿En que le puedo servir?— Le pregunto viendo qué ya tiene la taza de café y la leche en su escritorio. ¿Quien se lo trajo?
—A partir de hoy serás la secretaria del vicepresidente — informa sin verme—. La Srta. Ross será la mía. En la empresa abran unos cambios— se digna a verme—, este piso será solo para el presidente — me escanea con la mirada—, el de abajo del vicepresidente y así sucesivamente. A partir de Mañana dejarás de venir como se te de la gana y usarás el uniforme. Pasale mi agenda a la Srta. Ross. Ahora sal de mi oficina.
¿Mi puesto de secretaria ejecutiva va a pasar a manos de Estephany? A mi me costó demostrar que no solo era una cara bonita como para que mi puesto pase a ser de ella así como así. No me parece, no. ¿Y por qué me va a cambiar? Hasta dónde sé e hecho un muy buen trabajo. ¿Uniforme? No dios mío. Uniforme no.
Pero.. ¿Por qué?
—¡Que salgas ahora!—habla fuerte.
Respiro hondo para no matarlo.
—Primero a mí no me hablas así— lo señalo—Segundo quiero una razón como para que me cambies de mi puesto, me lo gané a pulso y no me parece justo.— pongo ambas manos sobre el escritorio— y por último no hay nadie mejor que yo para ese puesto, no me parece justo que me lo quites.
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El Magnate Neoyorquino
RomanceCristián Black. El hombre que toda mujer desea tener, un físico envidiable hay quienes dicen que zeus reencarnó en el cuerpo del Joven magnate neoyorquino. El hombre tiene una actitud arrogante pero que hace que tus bragas se bajen solas, Astuto par...