Cristián voltea a ver a mi madre.
Venezuela... ¿Yo quiero volver allá? Estaría mintiendo si digo que no extraño mi país, mi gente, las playas, el espíritu tan vivo que nos representa, pero también fue allá donde perdí mi espíritu, mi luz, donde toda mi pesadilla empezó.
-Si, te irás conmigo a Venezuela-mi madre se acerca y atrapa mi cara entre sus manos- Allá saldremos adelante como siempre lo hemos hecho, Brenda te ayudará, yo lo haré y volverás a ser la misma.
-Yo nunca volveré a ser la misma.
-Ella no irá a ninguna parte, ella se queda aquí conmigo.
-No, no seas egoísta Cristián, ella necesita ayuda, está mal, acaba de perder a su bebé.
Cristián se pone más tenso como si eso fuera posible, su cara se descompone por la fuerza que le ejerce a su mandíbula, sus manos se vuelven puño, no puedo descifrar lo que por sus ojos cruzan, pero lo que si es notable que en sus lindas esmeraldas ya no están aquel brillo que tenía hace unas semanas, aquel brillo con el que me pidió ser su mujer, ahora están apagados, fríos, la risa irónica que sale de los labios de Cristián hace que salga de mis pensamientos.
-Ah, egoísta yo, ahora yo soy un maldito egoísta por decir que no sé a Venezuela ni a ningún otro puto país, cuando eres tú la que se la quiere llevar lejos de mi, con la excusa de que perdió a su bebé- el niega sin ninguna expresión cruzando su rostro- también era el mío, yo lo engendre y lo perdí sin siquiera saber que existía, y no te preocupes por la ayuda que pueda necesitar que para eso estoy yo, yo la ayudaré por el amor que le tengo a ella y por el pedazo de mi que perdí, y ten por seguro que nadie mejor que yo la ayudará, pues estamos compartiendo el mismo dolor.
¿A él también le duele? ¿Amo a nuestro hijo sin saber que existía? No lo sé, maldita sea me siento tan poca cosa, tan poca mujer, ¿cómo no pude darme cuenta que una vida estaba creciendo dentro de mi?.
-Y créeme nathalia que para que eso pase, para que te lleves a mi mujer de mi, vas a tener que pasar por encima de mí y mi maldito poder- le dice Cristián a mi madre para encaminarse hacia la puerta-ah y tómalo como quieras- dice y sin más sale de la habitación.
Mi madre vino a mi lado, me abrazo y dejó salí sus lágrimas al igual que yo, pues... Ya habíamos pasado por este momento, por un maldito hospital, por el momento donde tengo que sanar, pero esta vez todo cambió, perdí a mi bebé, perdí mi amor cómo mujer, perdí mi dignidad, todo lo que era Nathaly lo perdí, pues ya yo no quiero luchar, ¿de que vale? Si perdí a una gran parte de mi, ¿hay algo por que valga la pena luchar? Por el amor que le tengo a ella... Mi subconsciente me manda una respuesta inmediata, ¿Cristián dijo que me ama?, ¿El me verá como la culpable de que nuestro bebé ya no esté?, ¿El me seguirá viendo igual al saber que otro hombre me hizo suya a la fuerza, que fui violada? ¿Seguirá queriendo mi cuerpo después de todo aquello? ¿Seguirá viendo mi cuerpo con deseo cuando lo vea todo lleno de marcas? Pues no lo sé y no lo quiero saber, no soy capaz de preguntarle nada de lo que en mis pensamientos se cruza, pues tengo miedo a sus respuestas, por qué se que pueden ser todas afirmativas.
-Eres fuerte, siempre lo has sido y esta vez no será diferente, no importa lo que diga Cristián, si te quieres ir lo harás, me vale un quintal de mierda el poder de Cristián y de los black, somos igual de poderosos que ellos.
-Esta vez si es diferente, ¿sabes? Yo siempre que escuchaba a las chicas hablar de sus bebés yo siempre decía que no sería madre, que los niños no eran para mi, pero cuando sentí aquello, cuando sentí que expulsaba algo de mi cuerpo, me sentí tan mal, tan vacía y las palabras salieron solas de mi boca, como si mi corazón ya sabía que era aquello que no pude proteger, y cuando estuve con el, por qué yo no estoy loca, yo sé que estuve con mi hijo por qué si, era un varón un niño precioso y de ojos verdes como su papá, estuve tan llena de plenitud que no quería Abandonar aquel sitio donde se me permitía estar con mi hijo y recuerdo aquellas conversaciones con la chicas y ahora este vacío en mi pecho- las lágrimas me ahogan, respiro profundo para seguir- estoy segura que siempre estuve equivocada, y que ironía, ahora estoy esperando unos malditos resultados que me dirán si los golpes y la...
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El Magnate Neoyorquino
RomanceCristián Black. El hombre que toda mujer desea tener, un físico envidiable hay quienes dicen que zeus reencarnó en el cuerpo del Joven magnate neoyorquino. El hombre tiene una actitud arrogante pero que hace que tus bragas se bajen solas, Astuto par...