Max Eastman dijo: "La sonrisa es una bienvenida universal". Ahora, tienen que darme la razón cuando digo que la sonrisa de una persona es algo importante. Si todos sonriéramos más seguido, no lo sé, tal vez no existiría una Primera ni una segunda Guerra Mundial. Pero, ¿quién sabe? Ahora, ¿qué dice más de una persona que su sonrisa? La verdad, a mí me gustaría pensar que nada lo hace.
Las sonrisas de Miles siempre eran de lado, como si creyera que el mundo ya tenía suficientes y como si le costara el alma el pequeño esbozo de una. Pero cuando de verdad quería sonreír, esos escasos momentos en que no parecía estar pensando en la mierda más grande de todas las mierdas del mundo, su boca se quedaba inmóvil y hacía parecer que le dejaba el trabajo a sus ojos. Y cuando tocaba el piano, sus dedos sonreían y se movían como si hubieran esperado toda su vida para tocar esa pieza en específico.
Alexander no necesitaba armas. Ya tenía su sonrisa. Lo observabas sonreír y creías que esa pequeña curva podría arreglarlo todo. La realidad era que provocaba más problemas de los que arreglaba. La sonrisa de Alexander era como un rayo. Era algo que sabías que era cautivador y peligroso. Te deslumbraba y tardabas un momento en darte cuenta del problema en que estabas metido. En que podría dañarte. En el daño que podría traer. Y en lo que tal vez estaba escondido detrás.
Kyat era una maldita máquina de sonrisas. Las destilaba como si nunca se le acabaran y podían iluminar un lugar o un momento mejor que cien velas juntas. No podías creerte que había cosas que iban mal en el mundo cuando ése chico sonreía, era como si encendieras todas las luces de una casa al mismo tiempo. Su sonrisa parecía recordarte que debías de ser fuerte porque tal vez algún día sonreirías de esa manera. Tal vez todo tu rostro brillaría al compás de una sola jodida sonrisa como el rostro de él.
¿Cómo describir la sonrisa de Isabella? Era el claro ejemplo de que a todos nos cautiva lo que es bello y está roto. Afiladas. Como un cuchillo recién pulido. Podían llegar a ser un poco grotescas cuando decía uno de sus preciados comentarios fuera de lugar. Probablemente porque le encantaba poner a la gente incómoda. En resumen, ver sonreír a Isabella era como mirar al sol fijamente. Te podía dejar ciego y vulnerable. Podría llegar a ser dañino después de mucho tiempo si no tenías cuidado. No está de más decir a veces parecía esbozarlas sólo para distraerte y poder pasar encima de ti.
Cecilia te daba cada sonrisa como si fuera un regalo precioso. Parecía que se dedicaba con cada parte de su ser a fabricar cada sonrisa que esbozaba. No podías no sonreírle de vuelta. No podías no sentirte feliz. Y definitivamente no podías evitar quererla. No podías evitar quererla porque sentías que sus sonrisas eran como un corazón latiente y vivo. Tal vez una pequeña parte del enorme corazón que alojaba en el pecho.
Y Jessica... para Jessica era más fácil sonreír que pestañear. Cosa que irritaba a Miles, cosa que le encantaba a Cecilia y a Kyat, cosa que Isabella envidiaba en silencio, y cosa que desajustaba algo dentro de Alexander. El cielo se despejaba con cada una de sus jodidas sonrisas y te hacían pensar que en este maldito mundo de mierda había cosas que todavía valían la pena. Y cuando tocaba el violín... parecía que sonreía con todo el cuerpo.
Pero las personas cambian, ¿cierto? ¿Qué te asegura que al final de esto que llamas vida y que nadie te asegura que lo es seguirás sonriendo igual? ¿Qué te garantiza que cuando todo acabe y seas un anciano (si es que llegas a serlo) vas a continuar siendo justo la persona que eres? La realidad es que nada lo hace. Porque no se puede.
¡Hola!
Eh... bueno, la verdad no tenía planeado subir esto pronto (más bien hasta que estuviera acabada), pero, no sé, me dio un ataque de espontaneidad y dije "¿qué rayos?". Y bueno, aquí está.
Ya sé que la portada no es lo mejor del mundo pero no soy lo que se dice una genio de las computadoras y... bue, es lo que hay. Tal vez después la cambie cuando Dios se apiade de mi alma y pueda conseguir otra.
De verdad espero que le den una oportunidad a ésta novela. Es la segunda que escribo, pero la primera fue bazofia. Ojalá y ésta no esté tan popo como creo y que les guste. Sí, a ustedes, las cinco personas que están leyendo esto. Todavía no sé demasiado bien cada cuándo voy a estar subiendo capítulos pero eso lo aclararé cuando suba el siguiente, en caso de que a alguien le importe, equisdé.
Bien, ahora me largo a ver series mientras como cual hipopótamo embarazado.
Muchos abrazos de oso,
PrisioneroDelCielo.
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The Faker.
Ficção AdolescenteÉrase una vez un chico con pecas que escribía y que después existía. Érase una vez una chica con cabello del color del amanecer que tocaba mejor de lo que respiraba. Él había aprendido que destruir cosas era más fácil que construirlas. Ella iba a a...