Sasuke.

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Tu culpa.

Me acerqué despacio a la sala, mirando a mi novio en todo momento, con rencor. Él, sentado, leía una revista de ajedrez. Me miró hasta que llegué a la sala y me pare frente a él para luego sentarme casi en cámara lenta.

Sasuke me miró con burla.

-¿Qué te pasa? -Me preguntó extrañado.

-Sabes bien qué me pasa Uchiha. -Le dije soltando un suspiro, finalmente había conseguido sentarme en el sofá.

-¿Qué? -Me miró por unos segundos, yo lo miré entrecerrando los ojos. -Espera... ¿Estás...? ¿Estás así por lo de anoche?

Asentí con la cabeza y me gané una risa de parte suya. Cerró la revista y siguió riendo desde lo más profundo de su ser mientras yo me quedé frente a él, completamente adolorida.

-¿Sabes? Es bastante tierno de tu parte que estés adolorida. ¿Y por qué me ves así a mi? -Me preguntó luego de limpiarse las lágrimas.

-¿Por qué crees? ¡Es tu culpa!

Más ataque de risa, pero está vez más calmado.

-¿Mi culpa? -Me dijo con ambas manos en su pecho. -¿Por?

-Fuiste muy brusco anoche y ahora me duele el trasero.

-¿Y quién me pidió anoche que fuera brusco? "¡Más fuerte Sasuke! ¡Dame más duro!" -Dijo con voz chillona. -"Nalgueame, vamos. ¡Hazlo por atrás!"

-Pues si lo piensas bien, eso también es tu culpa por hacerlo tan bien. -Le repliqué sonrojada.

-Jamás pensé que me reclamaras por ser bueno en la cama.

-Pues me duele y te culpo por ello.

Sasuke se levantó y se acercó, aún con una sonrisa en el rostro. Se arrodilló frente a mí y me miró a los ojos.

-¿Quieres que te sobe? -Me dijo con ambas manos en mis piernas. Una ceja levantada y su mirada pícara. -Ya sé, hagámoslo de nuevo hoy pero está vez seré gentil, ¿Si?

Lo miré incrédula.

-¿Qué? ¡Por supuesto que no! Te acabo de decir que me duele y tú quieres... -Le dije intentando levantarme. -¿Sabes? Mi trasero está adolorido y probablemente inflamado por culpa de tu enorme pene y tus grandes habilidades en el sexo y necesito un descanso.

Sasuke seguía hincado, mirándome con gracia pero también con amor esta vez. Una sonrisa se formó en sus labios mientras me miraba.

Sabrá Dios lo que estaba pensando en ese momento.

-¡Asi que ni lo pienses, no te acerques, no me toques, no me veas! Es más ¡Ni siquiera te atrevas a poner esa cara!

-¿Qué tiene mi cara? -Me preguntó.

-Es por culpa de esa cara que mi traserito duele. ¡Así que no me veas con esa cara!

Una risa más se escuchó mientras Sasuke se levantaba, puso sus manos en mi cintura y me acercó a él.

Aún después de tanto tiempo juntos sigo poniéndome nerviosa con él, me atrae, me hace sentir tonta, cada gesto suyo me encanta. Así que dejó que me rodeé con su calor, solo un poco. Su nariz y la mía casi se rozan mientras me mira con amor.

-Nunca voy a cansarme de ti cariño. -Me dice casi en un susurro sin despegar sus ojos de los míos.

-Ni yo Sasuke, me encantas. -Le digo acercándome un poco más, con toda la sinceridad que tengo. Él cierra los ojos esperando el contacto con mis labios, pero yo me aparto antes. Casi doy un salto hacia atrás, luego siento una punzada de dolor que lleva mis manos a mi trasero. -Ouch. Pero no creas que no sé lo que haces, ¡no lograrás llevarme a la cama esta noche! ¡No caeré sin dar pelea!

Le digo levantando mi dedo índice, señalándolo y picando su fuerte pecho. Luego corro como puedo, por mi vida, escaleras arriba mientras el ríe una vez más.

-¿Y ahora a dónde vas?

-¡A esconderme de ti! No te saldrás con la tuya. -Le digo metiéndome bajo la cama de nuestra habitación.

-Esta bien cariño. -Me dice levantando un poco la voz, aún en la planta baja. -Podemos jugar un poco si es lo que quieres, pero si te encuentro te amarraré a la cama y te haré el amor toda la noche, ¿Me oíste?

.

Acto seguido, Sasuke escuchó como (Tn) salía a toda prisa de su primer escondite y buscaba otro, más difícil (según ella) de encontrar mientras él se quedaba ahí, con una sonrisa tonta en la cara.

La amaba con todo el corazón y jamás iba a cansarse de ella, cada día lo sorprendía con su creatividad y su inocencia. Sí, se habían alocado un poco y ahora ella estaba adolorida, pero él estaba más que listo para reparar el daño. La haría olvidarse del dolor con sus caricias y besos.

Le dio unos minutos más y luego subió lentamente las escaleras. Bajo la cama era siempre el primer escondite de (Tn), y Sasuke ya también conocía el segundo.

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