Itachi.

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Itachi.

Profesor.

-Ahhh, (Tn) aquí no...

Pero la chica siguió masajeando su miembro por encima de la ropa. Itachi se quedó sentado frente al escritorio, ella desde atrás lo tenía abrazado y besaba su cuello.

Para ambos era una situación excitante, alguien podía entrar en cualquier momento y descubrirlos, pero eso no los iba a detener. Esos momentos que tenían eran prohibidos y aún mucho más excitantes.

Luego (Tn) se arrodilló frente a él, con cuidado de no hacer ruido desabrochó el cinturón, bajó el cierre del pantalón y deslizó su pequeña mano abriéndose paso por la ropa interior ajustada de Itachi, tomó su pene ya despierto y lo sacó con delicadeza.

Su mano se movía arriba y abajo, despacio, apretando solo lo suficiente para sacarle suspiros a su acompañante, rodeaba la cabeza con su pulgar y volvía a hacer su recorrido por todo lo largo del pene. La otra mano apretaba como podía sus testículos, aún dentro del pantalón se sentían duros y gordos.

Itachi ya casi no podía pensar en nada más. Unos momentos atrás su cabeza pensaba en su puesto como profesor de universidad, su reputación como educador, los exámenes sobre su escritorio y el ascenso que tendría al finalizar el curso escolar. Pero todo eso se había esfumado en cuanto ella entró al salón, (Tn) era la personificación de la tentación e Itachi sabía que no debía meterse con ella, aún por encima del resto de estudiantes, pero ahí estaba, recibiendo sexo oral en horas de estudio, sintiendo la cavidad bucal de la chica tragarse por completo su pene, succionarlo y contener la respiración. Una mano suya ya estaba sobre la cabeza de ella guiando los movimientos.

No debía tocarla, lo sabía, y aún así llevaban teniendo sexo varios meses. (Tn) estaba prohibida para él, lo sabía, y aún así se dejó seducir por ella sin poner resistencia.

-Quiero la nota más alta, profesor... Y estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para obtenerla.

Le dijo (Tn) con voz sensual, haciendo gestos obsenos y calentando aún más la situación al desabrocharse la camisa blanca de la escuela, luego se deshizo del sostén. Si había algo a lo que Itachi no podía resistirse era que ella lo llamara profesor, y ella lo sabía.

La tomó por el brazo y le dió la vuelta, la empujó contra el escritorio, sus pechos hicieron un sonido hueco al chocar contra los papeles debajo, levantó su falda solo lo suficiente y casi eyacula al ver que ella no llevaba ropa interior. Medio segundo más tarde se encontraba dentro, moviéndose como un loco, poseyendola, azotando su trasero, callando sus gemidos con besos, jalando su cabello, la sintió correrse tres veces en esa posición, luego le dió la vuelta. Las piernas de (Tn) se enrollaron y lo atrajeron más, ambos cuerpos unidos y llenos de sudor; ella desató su larga cabellera negra y enredo sus dedos, él comenzó a besar y lamer sus pechos, sus dedos atraparon su clítoris y lo estimularon hasta que ella se corrió de nuevo, pudo observar el ano de ella abrirse y cerrarse por los espasmos mientras el resto de su cuerpo se convulsionaba debido al orgasmo.

Sacó su pene y de una sola estocada la penetró analmente causando un grito agudo, no de queja ni dolor, sino de gusto. A (Tn) le encantaba el sexo anal e Itachi lo sabía. Metió tres dedos por su vagina y con su pulgar jugaba con el clítoris, su otra mano se recreaba en los pechos de ella mientras la besaba y se movía. Luego dió cuatro estocadas pausadas, duras y volvió a acelerar para finalmente correrse ambos; primero ella, arqueando la espalda y con los ojos en blanco, su recto apretó el pene del profesor y provocó que se corriera dentro con un gruñido.

Ella se fue después de vestirse, lo miró y le guiñó un ojo coqueta en la puerta antes de marcharse dejándolo solo con sus pensamientos y todos los exámenes regados sobre el escritorio. Ató su largo cabello, terminó su trabajo y lo entregó en la oficina de dirección.

-Itachi, ¿Tienes un momento?

Le preguntó el director de la universidad y también padre de (Tn), el mismo hombre que le había conseguido el trabajo de profesor, el mismo hombre que le había encargado darle asesorías escolares a (Tn) por el bajo rendimiento que había llevado anteriormente.

Ya en la oficina el director lo felicitó porque gracias a sus habilidades la chica había mejorado notablemente en sus estudios, incluso la veía más contenta y más relajada. Itachi solo asintió incómodo, recordando cada "asesoría" dónde en realidad habían hecho de todo menos estudiar.

Ella estaba prohibida y él lo sabía.

La situación lo preocupaba un poco porque podían ser descubiertos y podía perder su trabajo, pero había algo más, algo que lo obligaba a mantener la boca cerrada. Si alguien se llegaba a enterar algún día, la vergüenza jamás terminaría. Por eso debía mantener apariencias. Debía pretender que no pasaba nada más de lo normal.

Antes de irse, el director palmeó su hombro.

-Bueno Itachi, ya casi empiezan las vacaciones, supongo que estarás ocupado con tu planeación, pero nos vemos en la cena navideña. ¿No?

-Si, nos veremos ahí Madara. Adiós.

Apenas pudo ver a su tío a los ojos antes de salir de su oficina. Ella estaba prohibida y él lo sabía. Pero también sabía que no iba a dejarla y ella tampoco lo haría.

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