Capítulo 1: Amor. Tímido Amor

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Era una tranquila noche en el Reino de los Espíritus y por una de las calles principales de aquel reino, cierta carnerita caminaba de regreso a casa, luego de haber ayudado a su portadora a terminar una misión. El llegar a su casa no le llevó mucho tiempo, pues la misma se hallaba en el distrito uno de su ciudad. Su casa, era un acogedor lugar decorado en tonos blancos, rosas, amarillos claros y celestes; con decoraciones minimalistas y muebles de madera pintada de blanco. Una vez ingresó a su cálido hogar decidió ir a darse una ducha rápida, antes de volver a salir para verse con Loke, quien antes de que está fuera con la última de los Heartfilia, le había pedido que una vez volviera fuera a visitarlo.

Loke, quien debía ir a visitar la ariana, era nada más y nada menos que el líder de las doce signos del zodiaco, los cuales tenían la misión de ayudar a todos los magos estelares, pero ellos solo servían a las magas estelares Lucy Heartfilia y Yukino Aguria, tenía su hogar en el quinto distrito y esperaba que su cita aún no llegará, puesto que no tenía ni la mitad de la cena lista. La casa de Loke era funcional y bastante amplia, decorada en tonos marrones, anaranjados, blancos y negros; muebles de madera pulida. La cocina, lugar donde este se encontraba terminando de preparar la cena, era acero inoxidable con encimeras de mármol, donde se podía apreciar una gran variedad de platos listos para ser servidos en la mesa del comedor una vez que llegase la invitada principal.

–Bien, Aries llegará dentro de poco, así que debo terminar de preparar la cena– Se dijo Loke, a sí mismo, mientras encendía la estufa para preparar sus famosos medallones en jugo de naranja, sin notar que era observado por su hermana desde la entrada de la cocina.

–O mejor, porque no vas a comprar algo que Aries si pueda comer –Dijo la hermana de Loke, adentrándose a la cocina.

– ¿Eh? ¿Por qué dices eso? Y ¿Cómo es que entraste? –Preguntó este dando vuelta para encarar a Virgo, su hermana.

–Lo digo, porque estoy segura de que cocinaste comida a base de carne y Aries no come nada a base de carne...El cómo entre es simple, tengo una copia de la llave, hermano –Dijo Virgo, mientras que mostraba la llave que uso para entrar a la casa.

–Sí, sí. Bueno estoy terminando de preparar medallones de carne en jugo de naranja, para ambos –Dijo como si nada, hasta que cayó en cuenta de lo que dijo Virgo sobre la comida.

–...¡¡Y ahora qué haré!!– Dijo en un tono algo alto, mientras miraba su reloj pulsera– No, no me da tiempo de ir a comprar algo y venir a prepáralo.

–¡¡¡Por el rey de los espíritus estelares, Loke!!! –Exclamó Virgo, en un tono divertido– ¿Cómo es que...?– Suspiro, dejando a medias la pregunta– Hermano, claro que si te da tiempo...Solo ve y compra estos ingredientes –Dijo está, entregando un papel que contenía la receta de una rica y sencilla ensalada césar.

–Bien, bien volveré enseguida– Dijo el líder de los doce del zodiaco, mientras tomaba el papel– Por favor, hermana encárgate de los medallones– Dicho esto salió de la cocina.

Cerca de veinte minutos le tomó a Loke reunir todos los ingredientes para la comida de Aries, y otros diez minutos le llevó regresar a su casa para poder preparar, con ayuda de su hermana, la ensalada césar para su cita que llegaría dentro de uno minutos. Cuando finalmente estuvo en su casa y en su cocina, le informo a Virgo lo siguiente:

–Aquí está todo lo de la lista –Dijo dejando las bolsas en la encimera de granito de la mesa central de cocina.

– ¡GENIAL!– Exclamó la joven pelirosa– Ahora solo sigue estos pasos –Le entregó otro papelito –Para la ensalada césar y listo. Nos vemos hermanito –Tras decir esto salió a toda prisa de aquella casa, dejando a Loke sin saber bien qué hacer a pesar de que tenía las instrucciones en sus manos.

En el distrito uno, donde quedaba la casa de Aries, la pelirosa ya estaba completamente lista para salir de casa y encaminarse con toda la calma del mundo hasta el distrito cinco, por lo cual tomó su abrigo de lana blanca más su pequeña cartera cruzada rosa y salió de hogar.

–Bien, Aries es hora de irse –Se dijo a sí misma, mientras cerraba bien la puerta.

Después de caminar por cerca de cuarenta y cinco minutos Aries, la tierna y amable carnero, por fin llegó a casa del león; es válido decir que justo, cuando la pelirosa arribó a casa de Loke, este acababa de terminar la ensalada césar. Una vez la pelirosa, estaba enfrente de la gran puerta de madera tocó el timbre y esperó unos minutos a que le abrieran, cosa que pasó apenas unos segundos más tarde.

–Aries pasa, por favor estás en tu casa –Dijo amablemente, haciéndose a un lado para dejar pasar a la carnera– ¿Gustas algo de tomar? ¿Jugo? ¿Agua? O ¿Tea? –Le preguntó a su invitada una vez que se encontraba dentro de la casa.

– ¡Oh! No gracias Loke, así estoy bien– Dijo amablemente Aries, ingresando al interior de la casa del nombrado.

–Está bien, como gustes– Comenzó a decir Loke– Veras, yo te pedí que vinieras porque...Porque tengo algo importante que decirte, pero, te lo diré después de la cena –Dijo el pelinaranja, mientras caminaba hacia el comedor, seguido de su invitada.

La cena pasó sin mayores problemas, ambos hablaron, mientras disfrutaban de bizcochos y chocolate en la sala de estar, de trivialidades y de cómo les había ido en los últimos trabajos que realizaron junto con su portadora y amiga, Lucy Heartfilia. Hasta que Aries preguntó el verdadero motivo de la cena que acababa de tener lugar allí.

–Aries, veras...Yo te quería preguntar si...–Logró decir el líder de los doce.

– ¿Sí qué? –Preguntó curiosa Aries, aunque ya más o menos se hacía una idea de lo que se refería el leon, sin embargo dejaría que él dijeras las palabras correctas.

–Si tú quisieras ser mí...–Dijo Loke, mientras pensaba –Te escuchas patético, Loke eres el líder de los doce y ni así puedes decirle lo que sientes...

– ¿Su qué? –Volvió a preguntar Aries –Usted me está pidiendo que sea...–Dijo ella siendo interrumpida por el pelinaranja.

–Sí, sí Aries. Sé que he sido un completo estúpido, por esperar tanto tiempo para decirte esto –Tomó ambas manos de la nombrada– ¿Sabes? Siempre te quise. No te imaginas lo molesto que me ponía cuando Karen te llamaba para así poder librarse de todos eso hombres– Declaró Loke mirando fijamente a la joven– Es cierto que, durante un tiempo me comporte como ellos– Admito él, apartando por breves instantes sus ojos grises de los azules de Aries– Pero cuando Lucy me dijo que me ayudaría a volver, me alegré mucho, porque sabía que te volvería a ver, después de tanto tiempo y aceptaré la respuesta que me des, sea cual sea ¿Me entiendes Aries? –Dijo Loke decididamente.

– ¡Loke! –Exclamó la joven, apretando un poco más el agarre de sus manos– Solo espero que a la señorita Lucy no le moleste lo nuestro– Dijo Aries algo sonrojada.

–Aries, tú...–Fuelo único que logró decir antes de que la mencionada lo besara tiernamente y sutilmente enlos labios.

De la A a la Z (26 one shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora