Capítulo 17: Quizás se tarde pero Te Amo

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Cuentan las historias que en los atardeceres del bosque norte del reino de Fiore todos los primeros días del octavo mes de cada año se podía ver y escuchar a un mago llorar porque a pesar de tener un gran poder no había encontrado la manera de recuperar a la mujer que en medio del bosque amo como a ninguna otra. Las historias también cuentan que el mago era inmortal y tenía una maldición que no le permitía acercarse a las demás personas, la luna que era su única y verdadera amiga era quien le daba fuerzas para soportar la soledad que siempre le acompañaba, en uno de aquellos atardeceres escucho a un par de voces femeninas conversar pero lo que más le llamó la atención de toda las charla fue que una de las voces digo: si alguien te tiene que amar ya lo sabrás sólo tendrás que saber reconocerlo y así encontrarás el amor sincero que tanto deseas. Sin siquiera saberlo aquel mago encontró la forma de poner fin a su larga existencia el problema radica en cómo haría para hallar el amor sin que su terrible poder afectar a las personas...y como si su cruel destino se apiadara una vez de él, en sus muchos paseos por aquel bosque su vista se cruzó con la más dulce mirada que en toda su vida conoció, fue así como en el cuarto día del mes de agosto el poderoso mago se topó con aquella que se convertiría en su querida hada. Otras historias aseguran que desde que el mago y el hada se encontraron en aquella tarde en algún claro del bosque ambos hicieron un acuerdo tácito de verse allí mismo todos los días apenas llegara el atardecer. Muchas otras historias dicen que al saberse descubiertos por las gente de la zona, quienes juzgaban aquella amistad como insana para la jovencita, ambos decidieron crear una isla donde solo ellos dos pudieran entrar y quizás en algún futuro lo hicieran aquellos que compartieran sus creencias, estas misma historias dicen que después de dos años de fundada la isla un terrible mal destruyó todo lo que para el mago significaba paz, tranquilidad y lo más importante luz, la luz que lo guiaba y que le enseñaban cosas que jamás pensó aprender, aquel terrible mal se llevó consigo la vida de su hada...dejando nuevamente al mago en la más horrible y oscura soledad.

Hay quienes dicen que al poco tiempo de seguir viéndose en la isla Tenrou, como fue llamada por sus fundadores, la amistad creció hasta convertirse en amor, un amor muy fuerte que logró debilitar la maldición tanto como para que los jóvenes pudieran amarse libremente en cuerpo y alma...de la consumación de amor varios afirman que derivó en un embarazo del cual nadie supo si llego a término o no.

Pero lo que muchos no sabes es que el mago justo para la fecha que conoció a su querida hada, regresaba a la isla donde una vez compartieron tan buenas como malas experiencias, en aquella isla donde reposaban los restos de su único amor, para probar un nuevo hechizo con la esperanza de que este le devolviera a su hada, a su amor, a su amada Mavis Vermilion la única persona que le hizo olvidar aquellos años oscuros...la única que se le acerco a pesar de lo que decían sobre él...a pesar de que fuera peligroso para ella. Como todos los años desde ese día a final de agosto, una vez más estaba allí, un año más que visitaba el lugar donde ella murió. Pero esta vez no sólo volvía para probar otro hechizo como ya se dijo sino que esta vez estaba más que dispuesto a confesar lo que nunca pudo confesarle a ella mientras está vivía.

– ¿Sabes? Tú siempre fuiste mi luz, tú me enseñaste nuevas cosas, nuevos sentimientos que nunca antes había conocido y mucho experimentados...Tú eras mi luz dentro de este mundo lleno de oscuridad en el que vivo– Dijo mientras pasa una de sus manos por la tumba de la joven– Ahora estoy aquí a la deriva., ahora que ya no estás ¿Cuál será mi rumbo? ¿Cómo podre guiarme sin mi luz? –Continuó diciendo el pelinegro mientras que una cuantas lágrimas recorrían su rostro– La cual, como ya dije, eras tú quien siempre me quiso a pesar de mi poder destructivo.

Una fría lápida con el nombre de la eterna amada era quien le devolvía la mirada burlándose de aquel mago, como lo hacía desde años pues esta lápida se había hecho dueña y guardiana del cuerpo de la joven hada. Pero lo que más duele es que nunca más podrá verle y ese es el peor castigo para alguien como él...un mago oscuro, y es que ese castigo lo mata lentamente, lo consume poco a poco. Aunque el tiempo pase nunca aceptara que el cuerpo de su Mavis nunca más le dará calor, que sus palabras le acaricien, nunca lo aceptara porque jamás le dijo él la amaba...mejor dicho que la sigue amando.

–Mavis...–Pronunció aquel nombre como si con eso pudiera traerla de vuelta a la vida– Ya no tengo corazón porque este murió contigo, ya no lo late porque la única razón que tenía para latir eras tú, ya no siente más que una gran soledad, un vacío inmenso que todos los días va creciendo– Dijo preparándose para realizar aquel hechizo que debía revivir a su amada– Vacío que me recuerda que no estás, que me dejaste por ir a tratar de salvar a tus amigos aún sabiendo que aquello era peligroso...fuiste a pesar de que trate de detenerte por todos los medios posibles pero no lo logre.

El quejarse frente a una fría lápida no servirá de nada lo único que sí haría la diferencia sería aquel hechizo que desarrolló en el último año, si el hechizo funcionaba él podría verla de nuevo y tendría la oportunidad de decirle aquello que nunca pudo. Por otro lado él pensaba que si el hechizo funcionaba y su Izabella lo viera tal y como estaba ahora diría que algo como: "eres alguien patéticamente adorable" por estar allí diciendo algo que muy bien pudo haberlo dicho cuando ésta estaba viva.

–Mavis Vermilion... ¿Sabes? Yo te amo como nunca ame a nadie– Confiesa tras tomar un poco de aire para decir aquello– Quizás ahora es algo tarde para decirlo...pero prometo que dentro de poco estaremos juntos de nuevo y para siempre– Dijo tras tener todo listo para probar aquel nuevo hechizo.

Los pocos que conocen esta parte de la historia original se preguntan porque el mago nunca le confesó sus verdaderos sentimientos a su querida hada y es que simplemente no lo dijo por miedo, porque si hasta un mago como él puede tener miedo. Muchos de los que saben esto dicen que imposible creer que alguien como él, un ser lleno de oscuridad pudiera tener ese tipo de sentimiento pero gracias a ella pudo saber, conocer y experimentar que era el amor y muchas cosas otras más.

– Antes que nada te darte las gracias por todo lo que me enseñaste...–Dijo ya listo para realizar aquel conjuro que le devolverá la vida a su hada y así podrá ver una vez más la dulce mirada que Mavis siempre le dedicaba– Es momento de que iniciar– Dijo mirando los colores anaranjado que ya pintaban el cielo de la tarde, siendo en ese preciso momento una cálida brisa la cual susurraba un "Te amo mi adorado mago, mi adorado Zaref siempre te amare" paso por el lugar donde estaba la tumba del hada haciendo sonreír al mago pelinegro tras eso el mago comenzó a recitar las palabras que conformaban el conjuro con que el que le devolvería la vida a Izabella, todo iba bien al parecer esta vez sí cumplirá con la meta que se había puesto pero estando a punto de concluir algo paso con el hechizo y todo por lo que se esforzó se vio arruinado porque él, el gran mago Zeref Dragneel no pudo dominar el poder que aquel conjuro emanaba, sin más fuerzas para volver a repetir el hechizo tomó asiento junto a la tumba del hada y llevándose las manos al rostro dijo:

–Recuerda que siempre te amare y en ninguna otra encontraré lo que en ti encontré– Dijo– Quizás sea tarde pero te amo...como a ninguna otra mi preciosa hada, Mavis.

De la A a la Z (26 one shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora