Jikook | Harder

☬ Harder 23

—Quémenlo. —Ordenó alguien y Jungkook quiso gritar, quiso moverse, quiso ayudar a Hoseok; pero no pudo hacer nada. Lo único que podía hacer era llorar, mientras era alejado del cuerpo colgado por encima de la hoguera que había comenzado a arder en llamas.

—¡Hoseok! —Sollozó mientras intentaba desprenderse de los brazos que lo rodeaban.

Reuniendo las pocas fuerzas que le quedaban, impulsó su cuerpo hacia adelante y cayó de golpe al suelo. Temblando de debilidad, dolor y desesperación, empezó a gatear hacia el fuego.

Pero de repente todo comenzó a distorsionarse, y ya no era Hoseok quien estaba comenzando a arder en llamas; ahora era Jimin. Y su cuerpo, tan conectado a su destinado, también comenzó a arder, mientras un profundo dolor en la nuca y la espalda lo dejaba paralizado.

—¡No! ¡Para esto, por favor! —Rogó a la figura borrosa parada a lado de la hoguera—. ¡Mátame a mí! ¡Quémame a mí! No a él, por favor.

Escuchó al desconocido soltar una carcajada, pero antes de poder decir algo más, Jimin comenzó a gritar cuando el fuego comenzó a consumir su piel.

—¡No! ¡Para! ¡por favor! —Gritó sintiendo su alma deshacerse en pedazos.

Y despertó.

Su pecho dolía horriblemente, su garganta estaba obstruida por un enorme nudo que apenas permitía salir sus angustiosos sollozos, y temblaba. Temblaba porque el tormento en su ser era demasiado.

Con pesadumbre, levantó su brazo derecho para secar todas aquellas lágrimas que se deslizaban sin su consentimiento y empañaban por completo su vista. Pero parecía que le era imposible el poder secarse, estaba temblando demasiado. Eso lo hizo enojarse consigo mismo. Estaba molesto porque tenía miedo. Y él estaba harto de tener miedo.

¿Por qué no podía tener una vida que se encontrara cercana al estúpido estereotipo de "normal", y haber conocido a su alfa en una situación completamente diferente? Una donde no tuvieran que estar bajo una maldición, siendo perseguidos por un vampiro obsesionado con el pasado, en una sociedad de cambia formas de mente cerrada.

Llorando aún más alto, se aferró a las sábanas de la cama en la que se encontraba con tanta fuerza, que sus nudillos se volvieron completamente blancos y sus huesos se reflejaron a través de su pálida piel.

¿Por qué tenía que doler tanto? ¿Por qué así? ¿Por qué su vida se había convertido en esto?

De repente, el casi nulo control que tenía de sí mismo se fue. La oscuridad nubló por completo su vista, su respiración se volvió inestable, su pecho y su cabeza comenzaron a doler y sintió una opresión enorme en la garganta. Era como si alguien estuviera tratando de ahogarlo.

Intentó gritar por ayuda, pero lo único que salió fue un doloroso y pausado jadeo. En ese momento supo que no importaba si lograba gritar, la ayuda no llegaría esta vez. Estaba completamente solo.

—¡Basta, Jungkook! —Gritó alguien al fondo de su mente.

Jungkook no comprendió, solo siguió hundiéndose en la oscuridad, mientras las manos que lo estaban ahorcando apretaban más fuerte.

—Jungkook, amor, por favor, detente.

Él no entendía a qué se refería la voz de Jimin. Él solo queria que todo se detuviera, ya no podía soportarlo.

—A-ayúdame, Ji-min. —Soltó con voz pausada, casi inaudible.

Pero nada llegó. Y cuando el dolor en su cabeza se hizo más intenso, supo, de alguna manera, que iba a morir.