Capítulo 9

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Eva

Repasé los papeles una y otra vez escogiendo el color de las carpetas para guardarlos en ellas, me pasé todo el día aquí en la oficina, y solo tuve tiempo de comer e ir al baño, Brandon me dejó demasiado trabajo y en una sola noche no creo terminarlo.

Caminé con las carpetas hacia el cajón y abrí el último metiendo las de color azul en el, llevaba solo veinte carpetas organizadas, y eran cincuenta, pronto iba a acabar solo que no hoy.

Me estiré un poco observando por la ventana el cielo lleno de estrellas, y el campo solitario, creo que era la única que estaba en la central a esta hora, no había escuchado a alguien más por el pasillo, así que era lo más lógico.

Regresé otra vez al escritorio masajeando mis pies, me estaban doliendo horriblemente, y ya no llevaba tacones, tenía un moño desarreglado y todas las ganas de ir a casa, quería dormir.

El teléfono vibro en mi bolso y lo saqué observando el mensaje de mi guardaespaldas.

¿Quiere ir a casa?

Si, ahora bajo.

Realmente quería descansar, no me importaba si Brandon se enojaba o algo, pero si sigo aquí me voy a dormir en la mesa, y sería algo vergonzoso que me encuentren así. Recogí mis cosas con lentitud y dejé bajo llave el resto de papeles que tenía en la mesa, no confiaba en nadie de este lugar así que no podía dejar nada al alcance de alguien.

Me agaché para recoger mis tacones, y el ruido en la puerta me hizo sobresaltar, fijé la vista en como se giraba el pomo para abrirse, y fruncí el ceño pensando en quién podría ser a esta hora.

—Eva, soy Brandon. Abre la puerta—Exigió.

Claro que podía ser él, ¿Pero que hacia aquí?

Fui hacia allá, y abrí la puerta encontrándome a Brandon sin uniforme, solo con una maleta en su mano.

—¿Que pasó? ¿No deberías estar en tu casa? —Pregunté guardando los tacones en mi bolso.

—Si, pero tenía trabajo que hacer, y sabía que estabas aquí así que no te podía dejar sola en este lugar.

Eso es tierno, creo.

—¿Por qué?

—Porque aquí asustan—Dijo serenamente con una sonrisa.

—¿Asustan? —Fruncí el ceño—¿Enserio?

—Eso dijeron algunas personas que se quedaron trabajando hasta la madrugada, pero no sé con certeza si es verdad o no.

—Bueno—Dije con una risa nerviosa—Creo que ya me iré a casa, quiero descansar, mi cuerpo lo exige.

—Si lo necesitas, puedo llevarte si quieres, estás muy cansada para conducir así.

—No te molestes—Hablé con amabilidad—Tengo un chófer que está esperando afuera.

Asintió en silencio y salí de mi oficina cerrando la puerta con cuidado, no era de azotarlas como un animal.

—Entonces te acompaño a la salida—Señaló las escaleras invitándome a pasar primero.

Ambos bajamos el silencio y, observé las puertas de cristal junto con las luces de color verde que adornaban el suelo.

—¿Que es eso?

—Un detector.

—¿Y para que es?

—Toda persona extraña que entre a la central en la noche será detectada, y si no es del ejército el sistema mandará una alerta a la base naval que está más cerca de nosotros para atrapar al intruso.

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