Tentaciones ✔️

Capítulo 16

Brandon

Me encontraba en mi oficina esperando a que Eva tuviera una buena excusa para explicar el porqué de su retraso, ya habían pasado dos horas de su tiempo de entrada y estaba comenzando a perder la paciencia con ella. Si se habia ido a Borya sin avisar, habrían consecuencias, no tenía por qué desautorizarme. 

El teléfono en mi mesa sonó y atendí enseguida la llamada pensando en que podía ser ella, pero ¿Porqué llamaría por aquí? 

—¿Bueno? —Contesté pasivamente.

—¿Habla Brandon Mickailov? 

—Si, ¿En qué puedo ayudarle?

—Habla con el capitán Ross de la unidad de abusos sexuales, necesito que se presente en el hospital central para un seguimiento. 

¿Abusos sexuales? 

¿Que tenía que ver yo con un abuso sexual?

—¿Por qué? 

—Es parte del proceso, venga para poder informarle sobre lo que está sucediendo. 

—Estaré allá en cinco minutos—aseguré colgando la llamada.

Me levanté de la silla y tomé mi abrigo saliendo de la oficina y de la central, me monté a mi auto enseguida y manejé con rapidez para poder llegar al hospital. Una vez en el lugar, me bajé y me adentré sin hablar con nadie, simplemente fuí a donde sabía por inercia que podría estar el capitán y lo encontré sentado junto con otros policías.

—¿Capitán Ross? —Llamé acercándome a él.

—General, que bueno verlo de nuevo—Se levantó de su silla y extendió su mano, la estreché con un apretón ligero y luego la solté.

—Ahora cuénteme—Dije cruzándome de brazos—¿En que soy bueno? 

—Se qué han trabajado con casos de abuso sexual cuando asesinos tienen que ver con ello, y este es el caso de hoy, pero no tenemos un agresor todavía, la víctima no sabe quién era, estaba muy ebria, la encontraron desmayada en un baño con un golpe en la parte de atrás de su cabeza, y también insiste con que fue consensuado.  

Era terrible escuchar esto todos los días odiaba saber que en algún momento podría pasarle a mi hermana y yo no estaría ahí para impedirlo. 

—¿Perfil de la víctima? —Pregunté para entrar en materia al caso.

—Chica de cabello negro, ojos oscuros, piel pálida y aparentemente de unos diecinueve o veinte años. La madre está en camino. 

—¿A qué se dedica? ¿Qué estaba haciendo esa noche? ¿Con quién salió? 

—Precisamente por eso lo mandé a llamar—dijo el capitán sacando la tarjeta de identificación del ejército, que pertenecía a Eva.

No.

No.

No.

Y mil veces no.

—Ella…

—Trabaja para usted, y creo que sí puede hablar con ella nos ayudaría mucho en el caso—Afirmó entregándome la tarjeta.

La empuñé en mi mano y traté de respirar pausadamente,pero todo se sentía pesado, tenía ganas de vomitar, correr, golpear al que hizo esto, pero sobre todo, protegerla, quiero tenerla en mis brazos y no soltarla para siempre.

—Hablaré con ella—Aseguré dándome la vuelta y tomando el pomo de la puerta, lo giré con las manos temblorosas y finalmente la ví en la cama observando hacia la ventana.