Tentaciones ✔️

Capítulo 18

Eva

Se había vuelto costumbre caminar en la madrugada por toda la fortaleza con un vaso de agua, no estaba durmiendo muy bien porque me hacía falta una cosa, pero era imposible volver a hablar con él. No me había contactado aún y tampoco esperaba hacerlo, estaba muy ocupada con mi entrenamiento.

Pasé mis manos por los cuadros gigantes que adornaban las paredes de la mansión de mamá observando las fotos de cuando era una bebé, mi padre salía en algunas con nosotras y mis abuelos en otras, pero si me ponía a contar habían demasiadas fotos mías con mamá

Dejé todo en orden y caminé hacia las escaleras para regresar a mi habitación, pero la puerta de la entrada se abrió con un ruido sordo que me hizo entrar en alerta, me dí la vuelta observando a la persona que estaba entrando y uno de los escoltas venía con un hombre arrastrado, enseguida encendí la luz y me di cuenta que era Brandon.

—¿Qué hace aquí? —Pregunté corriendo hacia ellos.

—No lo sé, vino gritando su nombre, señorita. ¿Dónde lo dejo?

Brandon se tambaleaba de un lado a otro e intentaba abrir sus ojos para enfocarme, pero era en vano, su nivel de alcohol era demasiado alto.

—¿Puedes llevarlo a mi habitación?

—Claro que sí.

Me puse al otro lado de Brandon pasando su brazo por mi cuello para ayudarlo a subir, empezamos poco a poco con las escaleras, pero él era demasiado pesado y no quería hacer ruido. Al llegar por fin a la habitación, lo dejamos tendido en mi cama dejando que recuperara poco a poco la conciencia.

—Gracias por ayudarme—Dijo el escolta—,me retiro, señorita.

—Adelante.

Salió de la habitación y puse el seguro acercándome otra vez donde Brandon, le quité el pantalón, los zapatos y la camiseta dejándolo en boxers, saqué una aspirina de mi mesita de noche y le serví un vaso de agua para la mañana siguiente, porque estaba segura de que iba a ser un desastre.

—Eres un idiota—Susurré acostándome a su lado—, pero eres mi favorito.

—También eres mi favorita, nena.

Su voz ronca salió con demanda y su mano se apretó a mi cadera con fuerza.

—¿Por qué estás aquí?

—Porque no puedo estar sin ti.

—Pensé que después de…—No pude continuar la frase porque todavía estaba asimilando las cosas.

—Después de lo que te pasó no me importa nada, no me das asco, Eva, antes al contrario, quiero estar pegado a ti. Me haces demasiada falta, por eso estoy aquí—Me abrazó con fuerza aspirando mi olor mientras me besaba el cuello.

Posé mis labios sobre los suyos y me monté a horcajadas sobre él mirándolo fijamente, la habitación tenía un poco de luz, y un frío espeso que hacía erizar, pero era cómoda para estar con él.

—Me hacía falta esto—Gruñó pasando sus manos por mis pechos, bajó los tirantes del camisón de seda y dejó afuera mis pechos que tenían los pezones erectos por el frío.

Me quité la bata y quedé solo en bragas, me recosté un rato besando a Brandon y disfrutando de tenerlo aquí, pasó sus manos por mi trasero y lo masajeó con fuerza dándome nalgadas seguidas. Nuestros besos eran lentos y suaves demostrando lo que nos habíamos extrañado.

Estar en sus brazos me traía paz y tranquilidad. Me sentía segura, porque sabía que con él era intocable.

—Creo que deberíamos dormir—Me bajé del de su cuerpo y pasé a mi lado de la cama.