Capítulo 14

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Eva

Tomé dos minutos antes de poner mi mano en la perilla para ver a Nox de una vez por todas, Brandon estaba observando discretamente la escena al lado de Sylvia. Este momento era tan escalofriante. 

—Está esposado esta vez—Dijo ella tratando de calmar mis nervios, pero eso no le hacía justicia.

—Lo sé. 

Giré la perilla con cuidado y me adentré al lugar a paso lento bajo la atenta mirada de Nox Reed, estaba en frente del criminal más buscado de todo el país, tenía miedo, pero había estado mucho tiempo bajo la investigación sobre su paradero, no iba a desperdiciar está oportunidad.

La mirada oscura y fría de aquel tipo estaba sobre mí, pero no me iba a dejar intimidar tan fácil, no llegué aquí a la central para ser frágil y salir a correr siempre que no puedo arreglar un problema. 

—Puedo oler tu miedo desde aquí, pequeño Ángel.

—¿Que te hace pensar que tengo miedo? —Dije sentándome frente a él.—No intimidas, Nox.

—Quisiera creerte, pero sé el poder que tengo sobre los demás, y tú no eres la excepción, Ángel.

Una vez que logré cruzar palabras con él, el miedo se estaba evaporando poco a poco. Saber que tenía esposas tal vez me tenía más calmada.

—No soy un Ángel, Nox. 

—Pareces uno.

—¿Por qué lo dices?

—Tú piel pálida, tus mejillas rosadas y tus preciosos ojos puritanos le hacen gracia al apodo. Debes tener un sabor dulce en esos labios.

—No lo sé.

—Si nadie te lo ha dicho quiero ser el primero. 

—No hace falta, gracias.

—Si hacen falta los cumplidos para una señorita soltera como tú. 

—¿Por qué dices que estoy soltera? —Pregunté enarcando una ceja.

—Lo puedo notar en tu expresión corporal—Sonrió—Estás soltera, no tienes hijos, te gusta el sexo rudo con palabras sucias, y vistes siempre de marca. ¿Algo que no sea verdad?

Este tipo estaba enfermo.

—No vine aquí para hablar de mi vida privada, estoy aquí para hablar contigo.

—Lo sé, pero no tomas el control de la situación. Si quieres que hable contigo demuestra que llevas el mando y que no te dejas derrotar fácil.

—No tienes que decirme cómo hacer mi trabajo.

Se encogió de hombros e hizo silencio para que pudiera continuar.

—Ya sabes porqué estás aquí, es obvio, pero quiero saber de ti, cuéntame de tu vida.

Nox lamió sus labios y subió las manos esposadas a la mesa tomando aire para poder hablar.

—No tengo mucho que contar, no me crié con mis padres, solo con mi tío que me enseñó las mil formas de cómo asesinar mujeres. Toda mi infancia estuve en un ático escuchando a chicas tontas ser abusadas. 

—¿Por qué tontas? 

—Porque se dejaban atrapar de mi tío, eran tontas al creer que él las amaba, algunas estaban por amor y otras simplemente las secuestraba porque si.

—¿Qué sentiste la primera vez que viste un abuso sexual? ¿Cómo afectó eso en ti?

—La primera vez la recuerdo como si hubiese sido ayer, recuerdo haber visto a mi tío preparar a la chica amarrandola con fuerza mientras ella obedecía porque lo amaba. Él se quitó su ropa y la folló con fuerza en varias posiciones sin dejarla descansar mientras le gritaba cosas a las que ella respondía, luego sin lubricante ni nada metió su polla en su culo haciéndola gritar y patalear, puso una mano en su cabeza y la hundió en el colchón para que no se quejara. Yo estaba frente a ellos observando toda la situación en shock total, para un niño eso es horrible, pero luego me acostumbré.

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