Capítulo 25

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UNA SEMANA DESPUÉS

Brandon

Me encontraba en el despacho, había cerrado la puerta con seguro para que nadie pudiera entrar, quería estar solo. Tomé asiento en el sofá y me fijé en los dos cuadros que estaban frente a mi recargados en la parte delantera del escritorio, la nota y la caja de terciopelo reposaban allí también.

Caminé hacia la nota y la abrí fijándome en su contenido.

Siempre tendrás mi recuerdo tatuado en tu piel.

Tragué fuerte y abrí la pequeña caja encontrándome con un anillo de calavera, lo saqué del empaque y me fijé en lo que decía dentro de él.

Eternamente tuya.
Eva Smirnova.

Guardé la joya en la caja, y me dirigí al primer cuadro, quité el papel que lo envolvía y me quedé sorprendido al ver lo que estaba plasmado allí. Eramos ella y yo, desnudos teniendo sexo con una fina sábana de seda blanca que cubría mi trasero. Estábamos en la posición de misionero, mi espalda estaba perfectamente tallada y el rostro de Eva se veía desde mi hombro derecho, su cabello estaba enmarañado, los ojos cerrados y sus labios se encontraban entreabiertos. Su mano estaba en mi cabeza y la otra apretando la parte baja de mi cadera.

Joder.

Estaba sin palabras.

Si este cuadro me dejó así no quiero imaginar el segundo

Me fui hacia el último y lo abrí con rapidez, al encontrarme el contenido suspiré pesadamente mientras lo observaba.

En esta última pintura, ella estaba desnuda, una tela transparente estaba envuelta en su cadera tratando de tapar su coño, pero podía ver aquel jugoso lugar en el que siempre me perdía como un animal. Su cabello estaba suelto, un poco enmarañado, sus pechos estaban expuestos, su rostro estaba al natural, pero sus labios traían un rojo intenso que me daba una punzada en el pecho, también sostenía una manzana completamente roja con su mano derecha, y con su mano libre traía el anillo que me había regalado.

Todo estaba bien elaborado, todos los detalles de su cuerpo y el mío estaban en estas dos pinturas, el que había hecho esto era un artista demasiado bueno.

Tomé ambos cuadros y abrí el armario que estaba en el despacho, los guardé bajo llave y la escondí. Después traería a alguien para que pudiera estos cuadros en un lugar privado.

Salí del lugar sin decir una palabra, y manejé en silencio hasta la central, Stoner quería hablar conmigo y creo que tenía noticias de Eva. Entré a la sala de conferencias y allí estaba Stoner junto con Sylvia.

—Eva ha hecho un muy buen trabajo en estos días, creo que estaría mejor prestando servicio militar y no siendo psicóloga—Murmuró observando su tablet.

—Es buena en muchas cosas—Dije con orgullo.

—Eso me queda claro viendo sus reportes que están al día.

—¿Que encontraron? —Pregunté acercándome a Sylvia.

—Lavado de dinero en empresas multinacionales, patrocinan un equipo de fútbol americano pasando dinero bajo la mesa y así hacer que muchos jugadores de las altas ligas entren allí—Respondió Sylvia entregándome su tableta.

—Las águilas doradas, ¿no es así? —Contesté—es el equipo más malo de toda la historia, pero desde un tiempo para acá están entrando jugadores muy buenos, por eso se volvió el favorito de la gente.

—Aparte de eso, también extorsionan al jefe del banco, es decir que, los ahorros de la gente se están perdiendo allí—Sylvia caminó hacia la gran pantalla y la encendió pasando la información de la tablet hacia allí.

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