Siete

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Llegó a la escuela acompañado de su mejor amigo, se sentía nervioso a lado de él. Vio a lejos a Hinata pelear con Kageyama acerca de algo, probablemente voley. Tsukishima le dijo que tenía que hacer unas cosas que fuera al club y luego llegaría él.

Soltó aire, que no sabía que tenía retenido, cuando el chico se fue. Se acercó a los otros dos que peleaban frente a la puerta del salón, se sintió extraño cuando los dos se callaron al verlo llegar, quizá hablaban de algo personal.

—Hola Yamaguchi.

Hola chicos.

—¿Cómo te va con Tsukki? ¿Ya hiciste algún movimiento? Ya sabes tirarle indirectas, decirle piropos —Hinata comenzó a enumerar muchas maneras en las que Yamaguchi podría darle una pista a Tsukishima.

Hinata no paraba de hablar y Yamaguchi no encontraba como callarlo, Kageyama ya arto del otro chico le tapó la boca con la mano —Estábamos hablando ayer que podríamos decirle a Yachi para que te ayude.

La verdad es que parece buena idea, pero no quiero que más gente se involucre.

—No hay problema, no te preocupes.

Escucharon el timbre para entrar a sus respectivas clases y se despidieron.

El día de Yamaguchi pasó con normalidad o al menos eso trataba de pensar él. Había tratado de "coquetear" con Tsukishima, diciéndole lo bien que se veía, pero después no se le ocurrió nada más y no prosiguió con el plan.

En el entrenamiento trató de ser más expresivo, pero tampoco le funcionó, y dejó de lado eso. Estaba nervioso porque ese día sí acompañaría a Tsukishima caminando a sus respectivas casas.

Cuando salieron del entrenamiento e iban de camino a casa se armó de valor, se iba a declarar, iba a dejar de lado cada inseguridad y le diría acerca de sus sentimientos.

Lamentablemente en ese justo momento en sus cuerdas estaban por emitir un sonido, Tsukki habló.

—Sabes, una chica me pidió salir con ella el sábado.

Sintió que la tierra se detuvo, creyó que el universo estaba en su contra cómo de podía pasarle tantas desgracias si no fuera por este.

Trató de mantener un rostro sereno, aunque por dentro estaba gritando de impotencia. Sacó su celular y empezó a escribir una respuesta.

Al menos se permitía pensar en qué escribir, seguramente si pudiese hablar diría lo primero que se le viniera a la mente.

¿En serio? Supongo que le dijiste que sí —Yamaguchi tenía ganas de colgarse de un árbol.

Era obvio que Tsukishima era heterosexual. Cómo podría él fijarse en alguien como Tadashi.

—Lo pensé mucho, al final le dije que sí, no la conozco mucho, pero parecía agradable.

Parecía agradable.

Oh Dios.

A Kei nunca le agradaban las personas, lo que significa que se sintió atraído de alguna forma a esta misteriosa chica.

Bien, tomó una respiración profunda, lo que importaba ahora es que ya sabía que sí se le declaraba resultaría rechazado. Pero hasta este punto de cansarse de vivir sin hablar prefería decirle y que su mejor amigo le dijera no sentía lo mismo, al menos con ese plan tendría su voz de vuelta.

Aunque claro, no le podía decir en ese momento. Kei le estaba contando acerca de sus sentimientos y él nunca hacía eso, prefirió no responderle nada y dejar que su mejor amigo hablara.

Después podría llamar a Hinata y Kageyama para que llorara en paz viendo películas como Hachiko o La razón para estar contigo porque nada mejor que llorar viendo películas de perritos.

Nada había salido como lo planeado, pero siempre podían tener otro plan.

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Shut up Yamaguchi ● 𝗧𝗦𝗨𝗞𝗜𝗬𝗔𝗠𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora