Cita

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—¿Cuéntame como fue tu encuentro con el chocolate amargo y antiguo? —preguntó Mía mientras miraba en su vestidor que ropa ponerse para su cita con Hugh, había estado ansiosa todo el día esperando el momento.

—Pues no pasó nada, simplemente fui a la oficina de papá aquí en Londres por unos papeles que necesitaba para la universidad, al parecer él tenía una cita con mi tío Andrés, me escondí en la oficina de papi hasta que pude salir de ahí sin que él me viera. —le contó.

—¿Por qué te escondiste? —cuestionó Mía tomando un vestido color rosa malva.

—Porque ya me rechazo una vez, no necesito que lo vuelva hacer. —declaró Ivy.

—Tienes razón, hiciste muy bien. —comentó tomando otro vestido de flores.

—¿Qué haces? Pareces distraída. —dijo su hermana.

—Estoy escogiendo que ponerme, tengo una cita. —le contó sonriendo.

—¿Una cita? ¿Con quién? —quiso saber.

—No vayas a decirle a nadie, jurámelo que no vas a hablar. —le pidió.

—Te juro que no voy a decirle a nadie, dime. —exigió Ivy.

—Tengo una cita con Hugh. —le contó.

—¡Con el gorila! Pensé que solo era sexo. —dijo emocionada.

—Y lo es, solo que estamos comportándonos como novios por una semana, así que tiene que llevarme a una cita. —le dijo mirando que zapatos ponerse, no tenía ni idea a donde la iba a llevar.

—¡¿Cómo?! —exclamó Ivy.

—No te emociones, solo es un experimento, ambos sabemos que lo nuestro es sexo, no podemos tener una relación en serio, yo seré una bailarina y recorreré el mundo bailando y él tiene una hija por quien velar. —comentó tomando un bolso.

—Eso son tonterías, si se gustan deben admitirlo. —contradijo su hermana.

—Claro que me gusta, pero no para un compromiso serio, es demasiado mayor, lo que significa que necesitará bebés luego, eso arruinaría mi figura. —comentó viendo un bolso más, definitivamente necesitaba saber a dónde la iba a llenar.

—Estás completamente locas, se puede estar con alguien sin tener hijos ¿ya le preguntaste si quiere tener más hijos? —cuestionó con tono listillo.

—No, no lo he hecho. —dijo pensativa.

—Pues pregúntale, a lo mejor con su hija es más que suficiente por el momento y puede esperar por un bebé. —comentó.

—Tienes razón, pero ese tema es muy serio y nosotros solo estamos teniendo sexo, muy buen sexo, aunque ayer no durmió conmigo, pero está bien, el fin de semana tuvimos un maratón. —le contó.

—Demasiada información. —dijo riendo.

—Está bien, voy a dejarte que tengo que decidir que ponerme, no tengo idea a dónde va a llevarme. —comentó.

—Bueno, que te diviertas en tu cita, con el señor puro sexo, te habló mañana para que me cuentes, debo dormir que la universidad está resultando complicada. —le contó.

—Está bien, gracias, cuídate. —dijo Mía. 

—Tú también, adiós.

—Adiós. —se despidió, terminado la llamada para hablarle al gorila.

—¿Necesitas algo? —cuestionó Hugh respondiendo la llamada— ¿Estás bien? 

—Estoy bien, tranquilo. —respondió sonriendo— Solo necesito saber a dónde vas a llevarme.

MÍA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora