0 4 ; Ningún favor es gratis

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Cuando descubrió lo que eran los pandilleros a los 12 años definitivamente quiso convertirse en uno, le gustaba la idea de ser un héroe moderno uno que pudiera proteger a los seres que amaba.

A los doce años juro junto a sus amigos que él dominaría Japón.

Ahora que lo pensaba era un sueño muy tonto ¿Por qué un niño tenía esa clases de objetivos? Definitivamente debió alejarse de los mangas y animes de esa temática pero no pudo evitarlo, sus padres cada día estaban más ocupados con sus trabajos no tenía a un adulto responsable que lo guiara.

Estaba totalmente solo.

Y cuando uno estaba solo cometía estupideces más si era sólo un pequeño entrando a la adolescencia.

Una semana antes de su cumpleaños número trece, una lluviosa noche su mundo se cayó a pedazos.

Lloró, lloró hasta quedarse sin lágrimas quiso morir incluso lo intentó un par de veces para su mala/buena suerte alguien siempre lo encontraba dejó de intentarlo cuando el señor Tachibana lo golpeó y le dijo que afrontará sus pecados.

Era sólo un niño.

Entendía que el hombre estaba dolido y que lo culpaba, las enfermeras e incluso su psicóloga le dijeron que no le hiciera caso pero sus palabras quedaron grabadas a fuego en su corazón.

Sí, entonces lo entendió era su culpa.

Todo era su culpa.

Si no hubiera tenido el estúpido sueño de ser un pandillero nada hubiera pasado.

El vacío empezó a devorar su cuerpo, le pidió ayuda a Izana quien al igual que él estaba metido en un pozo de oscuridad producto de la reciente muerte de su hermano.

Probó la sangre, creyó que se sentiría mejor después de cobrar venganza pero no sintió nada. Dejó de ser ese héroe llorón al cual todos admiraban se convirtió en un cascarón vacío, a veces no podía ni mirarse al espejo ya que le daban arcadas cada vez que se veía.

Se convirtió en un asesino.

Toda su vida perdió color ¿De qué servía estar vivo? Ya nada tenía sentido y no podía morir porque éste era su castigo, su penitencia por todo lo que hizo.

Se adentró más y más en callejón sin salida.

Tenjiku nació.

Al principio sólo eran Izana, Kakucho y él.

Los tres miembros fundadores, los tres estaban jodidos.

Izana buscaba desesperadamente un lugar donde pertenecer, Kakucho lo seguía ciegamente y Takemichi iba a cumplir la promesa que le hizo a sus amigos, dominaría Japón por ellos.

En su primer año ya dominaban las calles de Yokohama, en su segundo año las calles de Roppongi, Shinsen y varios distritos más.

En su tercer año aquella organización ya estaba dejando de ser una simple pandilla se estaba convirtiendo poco a poco en una mafia.

Drogas, asesinatos por encargo, apuestas, peleas callejeras.

La lista cada mes se volvía más y más extensa.

Tardarían mínimo un par de años en conquistar Tokio y tal vez en cinco años dominarian todo Japón.

Todo este gran éxito se debía a los tres grandes líderes que poseía Tenjiku.

Izana Kurokawa, quién era el número uno obviamente era el presidente debido a su monstruosa fuerza y sádicas maneras de controlar a sus subordinados no había nadie que le llevará la contraría.

El hermano de Izana ||MiTake / TakeMikey||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora