Capítulo 22

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LEILA

- ¡Vámonos! – escucho el grito de Lui desde la sala en donde estoy hablando con las chicas – Noa y Melanie os quedáis aquí por si pasa algo Leila te vienes con nosotros

- ¿Qué ha pasado? – pregunta Noa mientras yo me pongo de pie cogiendo las armas y el casco

- Están atacando a Edwin y Mía – es lo último que dice Lui antes de darle un beso corto en los labios para después salir todos corriendo

Me subo a la moto y arrancamos siguiendo a Lui, tardamos sobre 8 minutos en llegar al lugar, veo a lo lejos como Mía le dispara al tirador en el brazo y él idiota se mete dentro.

Rodeamos el coche y cuándo disparan a una de sus ruedas del coche calculo mal y casi me tiran de la moto pero acelero y controlo la moto mientras hacemos que el coche se quede quieto. Los hombres nos disparan pero los dejamos inconscientes antes de que puedan darnos a alguno.

Un coche de los nuestros se acerca y los meten en el maletero mientras nos lo llevamos para el club para saber de dónde vienen

- ¿Estás loca? – mi cuerpo gira cuándo Dante me coge con brusquedad, lo miro mal

- Suéltame el brazo

- Casi te dan idiota – gruñe

- No me han dado así qué déjame tranquila que no soy una princesita que necesita un caballero que la proteja

- Haz lo que quieras

Se sube a su moto y yo me subo a la mía, siempre es la misma discusión, todo lo qué hago le parece mal, conduzco más rápido adelantando a todos por qué estoy enfadada y necesito desahogarme con la adrenalina de la carretera.

Lo quiero pero tiene que entender que soy la mejor en todo lo qué hago y eso no cambiará.

Llegamos al club y me bajo caminando hacia el despacho de mis padres, me sorprendo cuándo veo a Mauro lleno de sangre mientras dos hombres lo sujetan por los brazos, mis padres que están enfrente de él mirándolo con odio me escuchan y todos se giran a mirarme

- Llegó la zorra que faltaba

- ¿No aprendes no? – sonrío de lado poniéndome frente de él – eres la misma basura de siempre, hasta hueles a mierda

- Zorra – le doy un puñetazo y veo que Dante está en la puerta con los puños apretados a punto de acercarse a Mauro – Dante no – le digo y camino hacia él – mírame – digo con autoridad y lo hace después de varios segundos

- Quiero matarlo Leila tengo muchas ganas de matarlo

- No lo harás – digo firme – quedamos en algo – asiente – tiempo al tiempo si lo matas no sufre – veo sus ojos y cierro los ojos un segundo para después volver a abrirlos – te quiero

Susurro y me pongo de puntillas juntando su boca con la mía después de todos estos meses, suspiramos y nos miramos para después volver a acercarnos, pone una mano en mi nuca y nuestras lenguas se unen a este beso que cada vez se está volviendo más desenfrenado

- Seguimos aquí – dice mi padre y me separo de Dante riéndome

- Déjalos – mi madre le pega en el hombro – tu eres peor que ellos así qué no tienes derecho – mi padre rueda los ojos y mira a los hombres que sujetan al hijo de puta

- Sacad a la basura de aquí – miro a Mauro y nos mira con odio – llevadlo al sótano – sonrío de lado cuándo me hacen caso y se lo llevan mientras grita

- ¿Por qué no me lo dijiste antes? - dice mi madre y miro a papá

- No podía

- Yo lo sabía - dice mi padre - no recordé lo que me habías contado en el pasado - pasa las manos por el pelo - si lo hubiera recordado no habría tardado nada en deducir que había sido él

- Lo sabías - susurra mi madre poniéndose de pie y mi padre la sigue parándola y cogiéndole la cara para que lo mire y empieza a susurrarle cosas pero dejo de mirar y me centro en Dante que sigue mirando el suelo

- Amor - susurro y me mira, me coge la mano y la entrelaza con la suya para después darle un beso

- Estoy bien, ya me calmé - dice y asiento

Mis padres vuelven y se sientan en donde estaban, fue mi madre la que descubrió la verdad y también fue ella la que mandó a algunos hombres que le metieran una paliza.

***

Miro a mi padre y cuando ve mi cara sabe lo que quiero, estos meses ha aprendido lo que significan mis miradas y la verdad es que eso me hace feliz. No sé qué me pasa ni si es normal ya que antes esto no me pasaba pero espero que mi padre lo entienda

- Dante - lo llama - déjame un momento a solas con mi hija

Él asiente y después de darme un beso sale del despacho, miro a mi padre y se levanta para venir a junto mía y apoyarse en el escritorio

- ¿Qué te está pasando? - niego con la cabeza

- No lo sé - suspiro - es como una necesidad, desde que empecé no puedo parar

- Está bien - va a por lo que me tiene que dar y cuando lo tengo delante me quedo mirándolo y después lo miro a él

- No se lo digas a nadie, ni a Dante, ni a los chicos ni a las chicas ni a nadie

- Está bien, confía en mí

- Confío en ti papá

***

Camino por el casino sin preocuparme que me reconozcan ya que tengo la peluca que me compró mi padre a partir de aquella primera vez. Me siento en la mesa del casino al lado de mi objetivo y apuesto, mi próxima víctima me mira de arriba abajo ya que llevo un vestido que apenas me cubre algo de piel, Dante no puede enterarse de esto.

Después de que yo gane se pone de pie y se va directo para los servicios, pongo cara de asco pero lo sigo sigilosamente y sonrío cuando entro al baño, no hay nadie dentro a parte de él así que entro y voy por detrás con mi cuchillo en mano, sin que se dé cuenta le pongo el cuchillo en el cuello y él se queda quieto

- Saludos del infierno

Le rebano la garganta y saco la foto, me miro en el espejo con una sonrisa de lado y salgo del baño

***

- ¿A dónde fuiste? - pregunta Dante cuando llego al Club

- Hacer unos recados - ya estoy con mi ropa normal - vengo ahora - entro en el despacho de mi padre y le enseño la foto - Trabajo realizado

- Muy bien - me da un fajo de dinero - habla con Dante tenemos una entrega en unos días que te ponga al tanto - asiento - ya podéis volver a casa no hacéis falta en el club 

Mareas Peligrosas [#2 Bilogía Peligrosas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora