Capítulo 67

698 82 8
                                    

LEILA

Ha pasado una semana desde que Mía está en coma, la vamos a visitar todos los días pero sin desatender los negocios.

Estamos en busca de Mauro y de los otros dos, tenemos a uno de los hombres que estaban en la cabaña encerrado pero no habla.

Los gemelos se están encargando de sacarle información pero no consiguen nada nuevo.

Lúa y Mel se están quedando en casa de Mía para cuidar de Hope ya qué el resto tenemos que trabajar, Dani y Fran se van para allí por las noches para estar con ellas y protegerlas

Me despierto temprano y cuando me giro veo que Dante no está en la cama, me levanto y después de vestirme voy al despacho donde pasa la mayor parte del tiempo, toco la puerta y escucha como gruñe

Abro la puerta un poco y escucho como vuelve a gruñir pero cuando entro se le suaviza la mirada y me sonríe

- Buenos días amor

Me acerco a él y me siento en su regazo para después darle un pico y mirar lo que hace

- ¿Qué es lo que te tiene tan enfadado?

- No encuentro nada y me estoy estresando

- Tranquilo niño bonito, podremos con ellos

- Solo estoy tranquilo cuando te tengo cerca

Sonrío y me acomodo quedando con una pierna a cada lado de su cuerpo y pongo mis manos en sus mejillas para que me mire

- No tengo pensado separarme de ti – le doy un beso y él sonríe

- Eso me gusta – me guiña un ojo y me acerca más a él - tengo que ir a interrogar al detenido

- ¿Quieres que vaya contigo? Ni siquiera me habéis dejado ver quién era, os estáis encargando vosotros solos

- Está bien, vamos

Salimos del despacho y vamos a donde está el prisionero, al entrar nos encontramos con los gemelos y al vernos se separan y se acercan a nosotros

- No dice nada

- Dejadme a mí – me separo de ellos y me acerco al hombre, pero cuando lo veo a la cara doy un paso atrás – yo te conozco, jugábamos juntos de pequeños me acuerdo de ti, eras uno de mis pocos amigos en el club

- Leila – dice en un susurro – yo nunca quise hacerte daño

- ¿Dónde están? – él mira a los chicos y después me mira a mí con tristeza y suspira

- Huyeron después del incendio que provocaron para escapar y no he vuelto a saber de ellos – mira el suelo – Mauro me amenazo con matar a mi hermana y me dijo que si no lo ayudaba iba a acabar haciéndole lo que te hizo a ti y ella solo tiene ocho años Leila tenía que protegerla

Me pongo de pie y me quedo mirándolo, siento un brazo rodearme la cintura y ahí fue cuando me di cuenta que casi me caigo, Dante me sienta en una silla y me mira

- ¿Estás bien?

- Sí, solo fue un mareo - Miro a los gemelos y les digo que se acerquen – desatarlo y soltarlo, buscad a su hermana y ponedla a salvo junto con su familia. Llevadlos a todos a una de las casas secretas y ponedle seguridad en la entrada

- Pero Leila – me pongo de pie y encaro a David

- Haz lo que te he dicho – miro a Miguel – serás uno de los nuevos de seguridad, tendremos a tu familia a salvo pero no te diremos todavía en donde – el asiente – cuando estén a salvo podrás hablar con ellos pero si llegas a traicionarnos eres hombre muerto y tu familia queda sin seguridad

- Confía en mí

Asiento y salgo de allí con Dante detrás, me subo al coche después de decirle a Dante que voy a casa de Mía y asiente subiéndose conmigo

- Hola pequeña princesa, ven con la tía Leila – la cojo en brazos y le sonrío – es hora de ir a ver a mamá – miro a Mel - ¿vienes?

- Sí, dame cinco minutos – asiento y sale de la habitación

Dante mete la silla en el maletero y Mel se sienta al lado de Hope en el coche mientras que nosotros nos sentamos delante.

Lui y Noa tenían que encargarse de unas cosas en casa entonces ellos irán más tarde. Llegamos y después de meter a Hope en el cochecito caminamos hasta la habitación de Mía, cuando Edwin nos ve viene y coge a su hija en brazos

- Hola princesa ¿Qué tal te estás portando con los tíos? Yo sé que bien porque eres la niña más buena de todas – no podemos evitar reírnos – vamos a que saludes a tu mami, ella aún no despierta pero yo sé que le encanta que la vengas a ver.

La acuesta al lado de Mía y Hope se acurruca al lado de su madre.

Edwin las mira a las dos atontado y Dante me pasa un brazo por los hombros para acercarme a él y me da un beso en la cabeza.

Mel coge el teléfono y les hace una foto a los tres y yo sonrío mirando la escena, Edwin les habla como si alguna de las dos le fuera a responder pero eso no pasa.

Cojo a Dante de la mano y tiro de él, Mel viene detrás de nosotros y nos vamos a la sala de espera para darles un poco de privacidad.

- Tranquila, ella se va a despertar cuando menos nos lo esperemos

- Ojalá amor no te imaginas las ganas que tengo de que todo sea como antes

Mareas Peligrosas [#2 Bilogía Peligrosas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora