Capítulo 76

748 80 18
                                    

Dante

Disfruto de los labios de mi chica que está subida en la mesa mientras me rodea con sus piernas, acaricio su pelo y su espalda mientras ella deja caricias en mi nuca

- ¡Ella siempre será mía! – grita Mauro detrás de mí pero no dejamos de besarnos - ¡Nunca se va a olvidar de mí, siempre voy a estar presente en su vida!

Muerdo el labio de Leila y cuándo nos separamos me sonríe, acaricia mi mejilla y vuelve a acercarse a mí para besarme

- Cuándo todo termine quiero irme a Italia – susurra en mis labios – compraremos una nueva casa y en unos años adoptaremos un hijo – susurra con una sonrisa – quiero un final feliz contigo

- Yo también quiero un final feliz contigo – sonrío volviendo a besarla

*

- Debería matarte y dejar de perder el tiempo pero no te mereces morir tan rápido, mereces sufrir como yo lo he hecho

- No me arrepiento de nada, volvería a hacerlo una y otra vez con tal de estar dentro de ti

Le mete un puñetazo que deja sangrando el labio y después se acerca a la mesa en la qué estoy apoyado. Me mira y asiento, miro lo qué hay en la mesa y cojo uno de los utensilios y se lo paso

- Córtale un dedo - le digo mirándola y ella asiente mirando el alicate – córtaselo por aquí – hago una línea con mi dedo en el suyo y asiente

Se acerca a Mauro y después de burlarse un rato de él ya que no para de moverse y de gritar que no lo haga le corta un dedo prometiéndole que acabará sin ninguno a lo largo de los días

*

10º día de tortura

- Este no lo hemos usado – señala

- Es demasiado fuerte para ti – niego con la cabeza – no vas a usar eso

- ¿Qué es? – lo coge

- Es la pera de la angustia – me mira y sigo – se mete y se va abriendo con esto – asiente sin dejar de mirarla y me la pasa

- Hazlo tú – susurra mirando aún el instrumento de tortura que suelo usar con los violadores

- Sal de aquí – le digo cogiendo el móvil y mandándole un mensaje a mis hombres – vete a duchar y mañana sigues tú

Asiente dándome un abrazo y un beso, nos separamos cuándo llegan mis hombres y cuándo me ven con el instrumento en la mano ya van preparando a la victima

Le paso el instrumento a uno de mis hombres que se lo mete mientras no dejo de mirar los ojos de Mauro con una sonrisa de lado mientras él me mira con asco y dolor

Leila estos días le fue arrancando todos los dedos y he tenido que curarlo un poco para qué no se nos muera antes de tiempo

- ¿Por qué le jodiste la vida a mi mujer?

- No es tu mujer, es mía, desde pequeña es mía

- Soñar es gratis – asiento a mi hombre que le va dando al tornillo abriendo la pera

- ¡No! ¡Para! – grita Mauro mientras le caen las lágrimas por la cara

Sonrío de lado y cierro los ojos escuchando sus gritos, que maravilla

Miro a mis hombres y le digo que pare, Mauro respira agitado y yo sigo sonriendo orgulloso de cómo está llorando y gritando por piedad

- Hacedle eso tres minutos cada hora – ellos asienten y sonrío a Mauro antes de salir del sótano

20º día de tortura

- No va a aguantar mucho más – digo a Leila en la entrada del sótano – hoy tienes que hacer todo lo que quieras por qué no creo que sobreviva hasta mañana

- Está bien – coge el teléfono y después de escribir un mensaje lo guarda y me mira – vamos

Asiento y entramos, está mirando para el suelo y cuándo llegamos a él Leila le mete un puñetazo haciendo qué se despierte de golpe

- Por favor – susurra suplicando

- Silencio – ordena mientras camina hacia mí y se sienta en la mesa a mi lado – tengo que esperar a que llegue Fran con lo qué le pedí – alzo una ceja y me guiña un ojo

Dos hombres entran con Fran y los miro sin entender nada, dejan un garrafón en el suelo y se ponen unos trajes junto a unos guantes largos

- Desnudadlo

Manda sin dejar de mirar a Mauro y mis hombres obedecen mientras nosotros seguimos sentados en la mesa, Fran ya se ha ido y solo quedaron los otros dos

Leila se pone de pie poniéndose el traje de protección y después se acerca a él que no deja de gritar pidiendo clemencia

- Cuándo te mueras quiero que recuerdes que esto te lo ha hecho Leila Jiménez, que jamás ha sido tuya y cuándo llegues al infierno espero que esto se convierta en tu bucle por qué morirás como te mereces, sufriendo

Termina de hablar y antes de qué él pueda decir nada el acido está cayendo en su miembro provocando qué grite con tantas fuerzas que estoy seguro que lo están escuchando arriba

El acido sigue cayendo por su cuerpo hasta que no queda nada más, no me he movido de mi sitio por qué no sabía que iba a hacer eso y me ha dejado anonadado.

Mauro grita hasta que de un momento a otro ya no se escucha nada, uno de mis hombres le mira el pulso y niega con la cabeza

- Está muerto – asiento y miro a Leila que está sonriendo

- Se ha muerto – se ríe – púdrete en el infierno escoria – mira a mis hombres – limpiad esto y deshaceros de todo

Se saca el traje y después se acerca a mí, me rodea por el cuello y me da un beso cuándo bajo un poco mi cuerpo para que llegue

- Vámonos amor – dice

- Increíble – susurro orgulloso y me guiña un ojo 

Quedan 2 capítulos 

Mareas Peligrosas [#2 Bilogía Peligrosas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora