Mareas Peligrosas [#2 Bilogía Peligrosas]

Capítulo 25

LEILA

Me despierto cuando siento a Dante moverse en la cama, abro los ojos y lo veo levantándose

- ¿Dónde vas?

Se gira y me mira, se agacha y me da un beso en la frente

- Tengo que hablar con los chicos

- Voy contigo – me pongo de pie

- No hace falta ya nos encargamos nosotros, no te preocupes

No me da ni tiempo de hablar cuando ya salió por la puerta, odio que no me cuenten las cosas y ya van varias veces que no me dejan ir a las reuniones, si no quieren preocupar a las chicas pues muy bien yo también las quiero proteger de todo pero yo soy parte del negocio. Abro la puerta del baño enfadada y me meto en la ducha cerrando con un portazo

***

Cuando llegan se sientan a nuestro lado en la cocina, miro a Dante y le digo que me cuente y como no lo hace me pongo de pie y me voy enfadada

- Muñeca – me sigue

- ¡Muñeca una mierda! – Se intenta acercar pero cuando ve que lo miro mal se queda quieto – o me lo cuentas o te puedes largar ahora mismo por qué no te quiero ni ver

- No te preocupes no es nada

- ¡Me da igual que no sea nada yo soy parte del negocio y tengo el derecho de saber todo lo que pasa en él!

- Está bien, pero esto no

- ¡Pues vete a la mierda!

- Me vuelves loco – me gruñe – prepárate que nos vamos al almacén dónde se reunían los que intentaron matar a Mía y Edwin

***

Salimos en marcha al almacén, solo vamos los de confianza, Noa se queda en el ordenador vigilando la zona con las cámaras de seguridad, vamos conectados con ella gracias a unos auriculares que compraron los chicos. Cuando llegamos nos escondemos detrás de un muro y me saco el casco cogiendo el arma

- Hay cinco hombres en la parte derecha de la fábrica, dentro hay sobre diez hombres esparcidos por la fabrica

Nos miramos entre nosotros y Dante nos da las órdenes de entrada

- Gemelos por la puerta trasera – me mira – vete con ellos – se acerca a mí y me pone una mano en la mejilla – Si tu mueres yo muero

- Si tú mueres yo muero – susurro y le doy un beso en los labios

- ¿Tenéis los silenciadores puestos? – pregunta Noa

- Sí, se me hace raro tenerte hablándome en el oído

Ella se ríe y miramos para todos lados para que no nos descubran

Me giro y veo a un hombre, empezamos a pelear hasta que le meto un tiro en la cabeza, los gemelos están peleándose con varios me escondo detrás de un muro apunto y disparo a dos. Cuando terminamos con todos nos miramos unos a otros

- ¿Cuántos quedan Noa?

- Por el pasillo hay una habitación a la derecha en la que hay tres hombres reunidos, no debieron escuchar el ruido de fuera porque no han salido ni se han movido.

- ¿Chicos como vais? – escuchar a Dante me relaja

- Por aquí bien, tuvimos un problema pero ya nos hemos desecho de casi todos

- Quedaos ahí, vamos para allá

Nos quedamos detrás de un muro hasta que escucho el ruido de una puerta, miramos un poco sin que nos vean

- Presi están saliendo de la habitación ¿Qué hacemos?

- Escóndete – ordena - Noa informa

- Va hacia vosotros

Miro a los gemelos y niegan con la cabeza, miro a los hombres y cuando pasan me pongo detrás de una Columna sin que me vean

- He perdido la imagen

- Los estoy siguiendo – susurro y me giro un poco para mirar hacia donde se van, cuando siento que alguien me apoya contra la pared con una mano en mi cuello

- ¿A dónde crees que vas muñeca? – le hace una señal a los gemelos y ellos siguen a Lui y Edwin

- No me habían visto – le gruño

- Lo sé, eres buena no lo voy a negar cada día me sorprendes más

- Gracias, gracias – digo haciendo una reverencia de broma miro para atrás y no veo a nadie – Noa ¿tienes imagen?

- Sí, por vuestra zona no hay nadie

Empiezo a correr y Dante me sigue, entro en la habitación en donde estaban los hombres y sonrío, saco un pendrive del bolsillo y lo conecto al ordenador, descargo todo lo que hay en el ordenador y cuando está todo pasado le meto unos tiros al ordenador

- Salid de ahí, los chicos os necesitan

Nos miramos y salimos corriendo a donde nos va dirigiendo Noa, cuando llegamos empezamos a disparar, Lui está peleando con hombres que han aparecido pero los mata a todos sin siquiera manchar el traje, sonrío y me fijo en el resto.

Me escondo detrás de una columna y apunto a matar a uno que está a punto de matar a Edwin, pero con tan mala suerte que un balazo me roza el brazo, ahogo un grito y sigo disparando hasta que cae muerto el qué me había disparado

Nos deshacemos de todos menos de uno, le dan un golpe en la cabeza y cae desmayado, lo metemos en el coche que trajo Fran. No se han dado cuenta de que me han dado, cuando llegamos a casa busco a Noa por todos lados y cuando la encuentro voy hacia ella

- Noa te necesito – la cojo del brazo y tiro de ella hasta la habitación - Muy bien nena no te asustes pero me han dado en el brazo