Capítulo 74

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Edwin

Entramos en el pazo y veo a todos esperándonos, Melanie coge a Hope y asiento hacia ella para qué se la lleve de casa a la nuestra.

- ¿Cómo los cogisteis? – pregunta Mía que está caminando hacia la sala de las armas y se pone a mirar todo y a coger lo qué le gusta

- Nos chivaron la ubicación – dice Dante que me mira y me hace una señal para que lo siga a una esquina de la habitación – me da miedo que estén así – dice y las miro – están las tres serias y sin brillo de humanidad en la mirada

- Necesitan esto

Me acerco a Mía que está cogiendo un rifle y colgándoselo a la espalda mientras mete cuchillos en las fundas que tiene por el cuerpo y después me da un arma de electrochoque

- Llévalo no tengo dónde ponerlo – dice para después coger un arma pequeña y meterla en la cintura del pantalón, joder que sexi está

- Ich werde mich nicht von Ihnen trennen, und wenn Sie irgendwann nicht mehr weitermachen können, sagen Sie mir Bescheid, und ich werde es beenden (No me separaré de ti, y si en algún momento no puedes continuar, házmelo saber y lo terminaré yo)

Asiente y acaricia mi pecho hasta llegar a mi nuca y acercame a ella para besarnos, cuándo nos separamos me muerde el labio y después pasa tu lengua por él

- A jugar – susurra y pasa por mi lado desfilando hasta dónde está su padre

La sigo detrás y no puede evitar perderme en su tremendo culo y en su forma de caminar. Abre la puerta de golpe haciendo ruido y entra en la habitación como lo qué es, una jodida reina.

- Padre – dice con seriedad

- Suegro, tanto tiempo – digo con burla

- ¿Qué tal la hospitalidad? ¿Te han tratado bien? – sigue la pelirroja

- Tenía qué haberte matado cuándo tuve la oportunidad

- Sí – le responde mi mujer mirándolo mientras me siento en la mesa a mirar qué hace mientras me fumo un cigarrillo – debiste haberlo hecho por qué ahora vas a desear no ponerme una mano encima en tu vida

- No te tengo miedo

- Deberías – sonríe de lado mientras me hace una señal y sé lo que quiere

Me pongo de pie y me acerco al grifo, conecto la manguera y cuándo la miro y asiente la enciendo mojándolo de arriba abajo

- Empezabas a oler mal – levanta la mano y le dejo el arma en la mano sin que me diga nada

La enciende y empieza dándole electrochoque en una pierna haciendo que grite y después se lo hace en la otra

- Esta es por mi hijo – sigue tocándolo con el arma haciendo que no pueda parar de gritar – esto por separarme del amor de mi vida dos veces – sube al pecho y Ánxelo se retuerce del dolor

Sonrío sentado viendo lo qué le hace y escuchando sus suplicas y quejas, Mía me hace una seña y le echo más agua, coge un cuchillo y le hace un corte en cada pierna desde el principio de la pierna hasta la rodilla y después le vuelve a dar con el palo

- Esto es por desnudarme delante de aquellos hombres para que según tu vieran mi asqueroso cuerpo gordo

Me pongo de pie al escuchar eso y le meto un puñetazo y después otro y otro hasta que la voz de mi mujer me hace parar.

Se acerca a mí y acaricia mi mejilla para después besarme, nos besamos con tranquilidad como si estuviéramos tirados en la cama relajados pero los gritos de mi suegro nos interrumpen

- Ya pasó – dice – siéntate

Asiento de malas y me voy a la mesa para fumar un cigarrillo y relajarme un poco. Mía deja el aparato en el vientre de su padre varios segundos haciendo que se desmaye

*

5º día de tortura

- Buenos días para ti – le digo cuándo entro y espero por mi mujer que estaba hablando con las chicas fuera

- Matadme ya – suplica

- Eso no lo decido yo, si fuera por mí te tendría aquí meses hasta que tu cuerpo no pudiera más

- Eres un cabrón hijo de puta

- Lo sé – le guiño un ojo

Escucho los tacones de Mía y no tarda en entrar por la puerta, camina hacia mí y me da un beso en la nariz haciendo que sonriamos los dos

- Me he cansado de esto, hasta que se muera no voy a poder ser feliz al 100% - susurra en mis labios

- Mátalo y vámonos a ser felices – le digo lo qué necesita oír

Mía es fuerte, es una guerrera pero no es una asesina a sangre fría y por las noches siento las pesadillas que tiene desde el primer día de la tortura, en cierto punto está torturando a su propia sangre y es normal que no pueda seguir

- ¿No soy débil por matarlo ya? – pregunta mirando el suelo y le levanto la cara con mi mano

- Eres muy fuerte nena, no pienses lo contrario, estás luchando con tu interior y eso no es bueno.

Asiente y coge el arma poniéndose delante de su padre, él la mira a los ojos y al ver la tensión en el cuerpo de mi mujer me pongo detrás de ella

- Siento haber sido un padre tan malo – susurra sin dejar de mirarla

- Es tarde para sentirlo

- Lo sé

- Hazlo – susurro en su oído mientras lo rodeo por la cintura – mátalo y vámonos a disfrutar de la vida – acaricio su cuerpo – y de nuestra cama

Sonrío cuándo la tensión desaparece un poco de su cuerpo pero aún no se ha ido toda entonces tomo una decisión, acaricio su brazo y pongo mi mano encima de la suya

- Déjame nena – susurro en su oído – yo lo hago

- Puedo hacerlo, no soy débil

- No dudo de ello amor mío solo déjame matarlo a mí

Se queda pensando varios segundos mientras él sigue mirándola a los ojos y entonces lo hace, dispara en la cabeza matándolo al momento

- He matado a mi padre – le tiembla la mano y entonces lo veo, la humanidad ha vuelto a su cuerpo

- Lo has matado por qué se lo merecía nena – la giro abrazándola

- Se ha acabado

- Seremos felices sin preocuparnos por él – digo y ella asiente

Nos quedamos abrazados unos momentos que sirven para qué se tranquilice y después de un par de besos salimos del sótano para dirigirnos a nuestra casa, con nuestra hija, el mejor lugar con la compañía de mis dos pelirrojas  

Mareas Peligrosas [#2 Bilogía Peligrosas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora