Phoenix se ha vuelto un foco de sangre dentro del distrito T. Un lugar donde las mujeres no han podido vivir tranquilas desde las desapariciones constantes de chicas en la ciudad.
Everlot Wayne, una estudiante de Relaciones Internacionales conocida...
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«Mis amigos me dicen que todo está bien, pero mis amigos ya no están, creo que todo siempre dependía de mí; parece que puedo tratar de ver la luz un poco más por mi propia cuenta»
-Fake Friends-
"Emma Blackery"
—¿Y entonces, qué pasó?
—Nada.
—¿Nada? —cuestionó—, eso significa que ni siquiera has abierto tu cuenta de Skype para saber que dejó, ¿cierto?
—Cierto.
—¡¿Qué pasa contigo?! Tienes que abrirla ahora.
Mordecai miraba con incredulidad a Everlot desde el otro lado de la pantalla, ambos con sus audífonos de casco puestos hablaban mientras jugaban una partida en modo Guerra terrestre en Call of Duty desde sus consolas, a pesar de que Mordecai viviera hasta el otro extremo del país, su comunicación y confianza se sentía tan cercana que podían jurar que ambos tenían algo más.
—Solo terminamos la partida ¿sí? —dijo ella sin prestarle atención a lo que su amigo consideraba importante en esos momentos.
Mordecai suspiró levemente y no tuvo otra opción que dar por terminado el juego antes de tiempo y expulsar a todos los jugadores externos que estaban en su sala de juegos virtual; sabía que de esa forma Everlot estaba obligada a ir a verificar su cuenta institucional.
—¡Hey! —se quejó—, ¡Por qué lo hiciste! casi lo teníamos.
—Accidentalmente boté a los demás de la partida.
—A veces odio que seas el host.
—¡¿Ya vas a abrir la cuenta o qué?!
—De acuerdo, de acuerdo —rechistó la chica al momento de acercarse a la pantalla de su PC y conectar su teclado inalambrico para tener el control del sistema— ¿comparto pantalla?
—¡Momento Everlot! —vociferó él—, ¿estás segura?
—¿Qué puede pasar? Lo único que vamos a ver solo es parte de la anatomía humana en todo su esplendor.
Mordecai comenzó a reírse.
—Bueno va.
Wayne respiró profundamente, aunque sabía que la relación con Mordecai era especial, para ella era lamentable que viera que parte de su negligencia había ocasionado algunos daños colaterales, al menos con él acompañándola ya no se sentiría tan mal. Abrió la cuenta, ambos vieron la interfaz, todo estaba intacto, como si no hubiera pasado nada; todos los chats grupales estaban en la página principal, todo estaba normal a excepción de una cosa.
Estaba todo menos ese maldito chat, que en esos momentos estaba comenzando a ponerla nerviosa.
