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«Ha pasado mucho tiempo desde que regresé de mi destierro, desde que supe cuál era mi lugar en este tablero de ajedrez para hacer lo que sea para salvar a la reina

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«Ha pasado mucho tiempo desde que regresé de mi destierro, desde que supe cuál era mi lugar en este tablero de ajedrez para hacer lo que sea para salvar a la reina. He atendido al llamado de mi sangre, y he sacrificado más de lo que hubiese deseado. Perdí amigos, perdí amores, pero sobre todo me perdí a mi.»

-This is a Call-

"Les Friction"

—Señor perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden, te pedimos por tu misericordia y piedad que ilumines el alma de nuestro hermano Ferdinan Barlot Wright en su ascendencia a tu reino. Y que con dolor y resignación su familia lo despide con la esperanza de volver a verlo una vez más cuando decidas que tu llamado de los muertos a la resurrección al momento de que comience el último toque de la trompeta de los arcángeles en el cielo para anunciar tu llegada al juicio final. In nomine patris et filii et spiritus sancti. Que su alma descanse en paz por los siglos de los siglos.

—Así sea.

La familia Barlot estaba frente la caja fúnebre de uno más de los varones de esta estirpe, aquella pérdida inesperada estaba comenzando a crear miedo sobre los demás miembros de la familia, que incluso temían que les pudiesen hacer algo a los demás miembros de corta edad. Sin embargo Mordecai había observado que solamente en esos meses del año habían asesinado a sus tres primos con una edad de entre 18 y 20 años. La imagen desoladora que se estaba generando al ver como bajaban el féretro hacía aquel agujero de 3 metros de profundidad solo le permitía pensar que él sería el próximo en morir; vio a su madre abrazar a su tía, a su padre observar en silencio como su sobrino descendía y a los demás llorar por aquella pérdida, y lo único que hizo fue tomar un poco de tierra, acercarse al aguejero y lentamente dejó soltar la tierra sobre la caja; dio media vuelta y se alejó de todo el grupo para poder sentarse en una banca y tratar de pensar las cosas.

Mordecai alzó la mirada al cielo, suspiró lentamente y sintió que alguien se sentaba a su lado.

—Mordecai tenemos que hablar —dijo su padre sin dirigirle la mirada.

—Te escucho.

En realidad en esos momentos él no estaba lo suficientemente bien como para entablar una charla.

—No sé qué haya pasado en ese instante con Ferdinan, pero el hecho de que sigas vivo es una segunda oportunidad para ti —volvió a hablar su padre—, y como tal debes aprovecharla de cualquier forma posible.

Mordecai observó a su padre con los ojos llorosos, él sabía que Ferdinan aún estaría vivo si lo hubiera detenido a tiempo.

Entonces, recordó aquel ataque durante el juego de fútbol americano de la Universidad del Norte que había dejado solo a 30 personas sobrevivientes de las 150 personas que habían asistido al juego.

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