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«Aquella sinfonía dentro de todo lo que he vivido me ha demostrado que necesito ser inteligente, pero cuando pienso en ti mi mente grita detente; ahora sé que mi sangre fluye rápidamente en ese preciso momento donde evito que tú seas el daño colat...

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«Aquella sinfonía dentro de todo lo que he vivido me ha demostrado que necesito ser inteligente, pero cuando pienso en ti mi mente grita detente; ahora sé que mi sangre fluye rápidamente en ese preciso momento donde evito que tú seas el daño colateral que no me permitirá ver nuevamente ese brillo eterno al que desearía fuera mi eterno legado»

-Ending-

"Koethe"

Tiempo.

Habían pasado dos días desde que Everlot Wayne había perdido cierta libertad de salir de casa por su seguridad; a pesar de que seguía hablando con Bean, ella necesitaba saber respuestas acerca del contenido de la caja de colecciones que le habían dado al padre de Jim.

El sonido del péndulo moverse de un lado a otro estaba comenzando a aburrirla; se aventó a su cama, volteó a su derecha, notó que en la mesita de café estaba la carta de Gryffin West al lado de aquel recuadro viejo donde estaban los hermanos West y ella posando para la cámara. Quedó boca arriba, cerró los ojos, acercó sus manos a sus labios y como si su cerebro lo hubiera percibido aquella sensación volvió a inundar a Everlot dejándola sonriendo mientras recordaba cada detalle de aquel momento, aunque se obligaba a sentirse culpable para que olvidara más rápido lo que entre él y ella pasó, era inevitable no hacerlo algunas veces y esa era una de ellas, sin embargo parecía que su cerebro tendía a hacerla sufrir al cambiar a Gryffin por Dan West, lo que hacía que se sobresaltara y volviera a su realidad.

Rodó por su cama hasta llegar a la mesa de café y tomar aquel sobre, lo acercó a su nariz para olerlo y pudo impregnarse de aquella fragancia maderosa que solía ocupar el mayor de los West cuando usaba sus gabardinas. Abrió con cuidado aquel sobre y pudo ver que en su interior había una hoja doblada junto con una fotografía de él cuando apenas había iniciado sus estudios lejos de la ciudad.

Querida Everlot:

Posiblemente cuando leas esta carta será cuando yo ya haya dejado de insistir en verte, Francis me ha cerrado la puerta en la cara hasta ahora cuatro veces, no sé cuántas veces más tenga que aguantar esto por parte de él pero supongo que se lo has pedido y él con tal de verte tranquila a accedido; aún hay muchas cosas que debemos hablar, cosas que no me has dejado explicar, pero entiendo que ahora no quieras discutirlas después de lo que hemos pasado en aquel parque.

He de admitir que era algo que en lo más profundo había esperado de ti cuando volviera a verte. Sin embargo fingiste amnesia y decidí ver hasta donde llegabas... Everlot tan juguetona como siempre, ¿acaso no pensaste en estudiar actuación? por poco si me creía el hecho de que te habías olvidado de mí. Aquel día en el Palais cuando te vi caminar en el jardín te veías espectacular, que juro que estaba por abrazarte y sentir tu calor después de mucho tiempo, la pequeña Everlot se había convertido en algo más.

Sin embargo te sentí distante, fría y alejada de todo lo que un día nos había unido. Hasta que comenzaste a juntarte con el ayudante de mi hermano para comenzar a jugar a los detectives y te olvidaste de mí por completo, entonces creí que tu primer amor de la infancia finalmente estaba superado, y eso me llevó a intentar a acercarte a mí nuevamente cuando te invité al baile del Palais, no obstante me demostraste que ya no importara lo que hiciera yo ya estaba afuera de aquellos sueños que posiblemente tenías de adolescente cuando te vi bailar con Dan y en la mirada de mi hermano pude notar el brillo que tú en su tiempo tenías por mí.

ALEXANDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora