¿Camino al sufrimiento?

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Al la mañana me encontré con una nota pegada frente a mi.

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Buenos días:

Es necesario que me digas padre o papá, tienes que aprender a llamarme así, aun en contra de tu voluntad, hoy iremos a recoger cosas de tu casa y a poner en orden todo lo necesario.

Te quiero

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Salí de mi habitación con la camisa puesta al darme cuenta que mi ropa no estaba y que además no tenía nada para vestir. Fui a la cocina después de escuchar risas, había una señora con dos chicos y una chica.

-¿Disculpen saben donde esta el senador?-pregunte cuando se dieron cuenta de mi presencia.

-¡Papá! ¡Te están buscando!-rápidamente llego y se sorprendió al verme vestida con la camisa, ¿qué tenía de malo? Me quedaba como un vestido

-Disculpe pero mi ropa no esta y no tengo nada que usar-Alzo una ceja con mirada reprobatoria-padre...-su expresión cambio un poco.

-Lo siento pero no sabían que era tu ropa y sufrió un pequeño problema, si Jade puede ayudarte con su ropa podría servirte-la chica que había gritado me tomo del brazo y llevo corriendo a su habitación.

Después de varios intentos y ningún éxito decidí que era hora de intentar con la ropa de su hermano.

-Lo siento mucho, pero es que tu tienes mucho busto y cadera, es algo bueno, pero yo casi no tengo... Y lo siento tanto...

-No te apures, no hay problema, de hecho es mejor, es más cómodo para mi-ninguna blusa me había quedado y ninguna falda tampoco, los vestidos no me cerraban y no es que fuera una diva o algo así pero comenzaba a sentirme como una vaca gorda, por suerte su hermano tenía unos pantalones de mezclilla que me quedaban prácticamente pintados, junto a una playera de su hermano, en los zapatos todo había sido muy fácil ya que ella y yo calzábamos igual-muchas gracias por tu esfuerzo, no es tu culpa tener un cuerpo distinto al mío.

Cuando salí me encontré con los chicos que habían estado en la cocina.

-Alía te presento a mi hermano Liam-dijo mostrándome a un chico con cabello cobrizo y ojos azules, pero no eran como los de mi padre, eran más claros un azul cielo, su piel era clara y sus facciones un poco marcadas, era alto pero no mas que el otro chico el debía medir como 1.70 o algo así-Y el es amigo de mi hermano...

-Eduardo-interrumpí. El chico era el primer pelirrojo que conocía, su piel era blanca como la leche y sus ojos de un verde poco común -eres mas alto de lo que creí-dije un poco malhumorada.

-Y tu eres tan pequeña como creí--dijo divertido-Alía-no me gustaba como pronunciaba mi nombre, lo decía raro, lo prolongaba.

-¿Se conocen?-sintonizaron los hermanos, negué con la cabeza.

-¿Niegas nuestro amor?-lo voltee a ver alarmada-nos conocimos hace mucho tiempo aunque creo que no se ha de acordar de mi, me gano en un concurso de matemáticas hace unos años-eso no era cierto, bueno yo no me acordaba.

-Pero si eres el mejor-dijo Liam con asombro, mis mejillas se pusieron rojas, no quería que se comportaran distinto o me molestaran por ser buena en la escuela.

-¿No conocen a la famosa señorita Lugo Blanco?-el muy tonto de Eduardo seguía diciendo cosas innecesarias, pero estaba diciendo la verdad, me conocía.

-Siento cambiar este pequeño detalle de mi vida, pero me tengo que retirar, iré por mis cosas y-me trabe un poco -y solucionare algunos problemas que tengo, hasta luego.

-Alía ¿Podemos acompañarte?-dijo Jade, ella tenía un cabello rubio oscuro, ojos grises, ella era muy guapa, era delgada y su piel se veía muy linda y clara, su cabello era lacio y tenía unos labios ni gruesos ni delgados, , sus pestañas eran rizadas y largas, su mirada se veía con esperanza, su hermano no paraba de verme con duda y Eduardo me veía curioso, eran muchas personas nuevas, no lo podía soportar.

-Lo siento pero esto tardara mucho y tengo que visitar muchos lugares en donde me quede para recoger mis cosas...-su mirada se apago lentamente-pero con gusto podrás acompañarme- la mirada de los chicos se amplió al estar sorprendidos y empezaron a sonreír-solo tu-Ella empezó a dar pequeños saltos y baje rápidamente para evitar cualquier pregunta-padre... ¿Nos retiramos ya? Tengo que hacer muchas cosas.

-Si por supuesto hija, ¿irán las dos?

-Jade quiere ir-respondí, su hija era muy animosa-Tengo que pasar por mis cosas también... en las casa de mis amigos y poner algunas cosas en orden.

Alía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora