Cambio

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" Estoy sola"

El pensamiento hizo eco en mi mente.

Nada seria como antes, nada seria igual.

Me levante temblando, agarre la bata y tape con ella, tenía frío, un frío muy grande.

Mi mamá no estaría para darme un beso o abrazo antes de ir a mi primer día de escuela, ni comeríamos desayuno en la comida este día.

Fui a la cama después de ponerme la pijama y tocaron a la puerta, no conteste, no quería ver a nadie. Escuche cuando entraron, sentí como. La cama se hundía un poco con el peso de alguien.

—Se que estás despierta—la voz de mi padre se escucho un poco más gruesa—cuando duermes tu respiración es más profunda y sueles balbucear un poco.

—¿Cómo era ella cuando la conociste?—pregunte en un susurro.

—Siempre fue un sol, cuando la conocí ella tenía su cabello suelto, toda la vida lo ha tenido largo, usaba un vestido con flores rojas, su piel morena siempre fue de un hermoso color chocolate, ella estaba riendo así que me di la vuelta y me encontré con la chica más guapa de todas.—mi padre comenzó a tocar mi cabello—pero para mi desgracia estaba con un chico, me acuerdo que regrese a mi salón de clases, ella entró poco después y se sentó a mi lado, yo era un chico muy delgado y alto y ella era tan tierna y pequeña. No me di cuenta de eso hasta que se sentó a mi lado, se veía más grande, su confianza hacia qué pensarás que media 2 metros y era tan bondadosa como un ángel, ayudaba a todos.

Me senté lentamente, él estaba con la vista perdida en un punto, seguía acariciando mi cabello y después tomo mi mano.

—Nos hicimos amigos rápidamente, tal vez no éramos los mejores amigos, yo no podía permitir eso, la quería como algo más. En el último año de secundaria ambos cambiamos mucho físicamente yo me volví más fornido y ella... Bueno ella se puso más hermosa si es que eso era posible. En las vacaciones me habló de un chico, alguien que quería mucho, me dijo que él no le prestaba atención— sacudió la cabeza lentamente y río un poco—estaba tan celoso, me enoje y ella se dio cuenta y río, me volteó el rostro y me miro a los ojos entonces me besó. Fue el mejor momento de mi vida, no podía creerlo. Yo estaba muy feliz, nos separamos y la abrace. —Te quiero—le dije

—Te tardaste mucho en decirlo—Me contesto para después carcajearse en mi cara— llevo más de un año tratando de llamar tu atención y ya no sabía qué hacer.

—En ese momento la volví a besar. Tú madre siempre fue fuerte y luchadora, me contó de su familia y sus problemas, nos enamoramos más y más...

—Nos abandonaste—lo interrumpí—nos dejaste porque éramos un estorbo, no nos querías.

—Yo siempre las he amado. Lo de tu madre y yo no funciono por muchas razones, su padre me odia, ella no quiso luchar contra él por nosotros. Me pidió que hiciera mi vida, le había pedido matrimonio y deshizo el compromiso. Ella amaba a su familia y no iba a hacer enojar a su padre por mi. Se embarazó poco antes de deshacer el compromiso...

Guardé silencio, sabía cuánto amaba mi mamá a mis abuelos, yo solo había visto a mi abuela una vez, ella vino para una operación de mi madre, me cuido, se tubo que ir poco después, vivía muy lejos por lo que no los había visto.

—Me metí más en mi carrera y fui escalando puestos rápidamente, ahí conocí a mi esposa, no es mala, sé que puede ver mala o cruel pero no lo es, ella a pesar de ser muy distinta a tu madre en muchos aspectos, la amo. No quiero remplazarla ni nada, solo quiero ser tu padre, quiero cuidarte y protegerte, quiero ser parte de tu familia.

Alía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora