Eduardo

10 1 0
                                    

Ella era muy guapa, no sabia que hacia aquí, pero me alegraba con todo el corazón, me gustan las chicas inteligentes, las hace más difíciles, pero con ella era casi imposible, y aún así es bondadosa, ella me ayudo aunque no se acuerde de mi.
Pero ahora se ve mejor en cierta manera, antes se veía más agotada.

-¿En qué piensas?-Lían me pregunto, el era como mi hermano, prácticamente nos conocíamos de toda la vida y le tenía que preguntar por ella, por Alía.

-¿Que es de ti Alía?-le dije sin mas, no podía andar por las ramas, no con ella.

-Ella es mi media hermana, es hija de mi papá-bendita sangre, así ella estaría aquí y sin tentación de Lían, porque muchos se quedarían con el rubio ojos azules y carismático a el torpe chico pelirrojo eterno mejor amigo.

-¿Aquí aplica lo de "no te metas con mi hermana"?-pregunte serio, algo poco normal en mi. Ambos nos quedamos serios y callados por un momento hasta que la puerta se azoto.

-¡Es tu culpa!-grito ella-¡Cuando te vi, solo te pedí una cosa! ¡Y ni eso cumpliste!

-¡No me hable así señorita!

-Entonces déjame ir, no me importa tu culpa, solo déjame ir-¡No! Apenas la había encontrado, no podía perderla.-No entiendo ni porque sigo aquí...-dijo completamente enojada.

-Era el ultimo deseo de tu madre...-y en ese momento vi como algo en sus ojos brillo para que entrara la furia y después pareció calmarse-Ella quería que vivieras conmigo un tiempo, hasta que terminaras la universidad.
Y todo parecía en orden, pero algo no cuadraba, ella se había calmado muy fácil y si era la chica que creía que era, esa no era ella, no de quien me enamore hace tanto tiempo. Ella camino hacia el.

-¿Eso es cierto?-dijo con voz queda frente al senador.

-Si hija, lo es, tu madre...

-Entonces voy a hacer algo que he querido desde hace bastante...-dijo como pensativa, extendió sus brazos para abrazar.

-Hija...

Y entonces lo tomo de una muñeca rápidamente y le dio la vuelta en el aire hasta estamparlo en el piso al otro lado.

-No soy tu hija, no eres mi padre, cállate y solo estaré aquí para dormir, estaré aquí cumpliendo lo deseado pero no mas.

Si chicos, seguía siendo ella, y la quería.

Alía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora