Capítulo 45: Cicatrices

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Aladdin empezaba a dormitar debido a que los latidos del corazón de Ari lo estaban relajando. Cedió ante el sueño.

El Magi despertó por el frío que azotó su cuerpo entumido, encontrándose con el brazo de Ari sobre su pecho y la pierna de ella encima del vientre despertándole también la molestia que hace un instante no sentía. Ella roncaba suavemente, ignorante del frío a pesar de estar destapada por lo que se bajó de la cama para recoger las sábanas y acobijarla.

Al momento que sus dedos rozaron la piel de Ari sintió como su corazón dio un vuelco, alzó la mirada hacia el rostro de la chica pensando que la había despertado, pero ella seguía profundamente dormida, incluso se acurrucó por la recién calidez que le proporcionaba las sábanas.

El chico sin comprender del todo lo que estaba ocurriendo dentro de su pecho, se llevó la mano echa puño sobre este, sintiendo los fuertes y acelerados latidos de su corazón.

Agitó la cabeza, tratando de ignorar aquel sentir. Tomó otras sábanas para cubrirse y se alejó un poco de Ari para que no terminara con una extremidad de ella sobre su cuerpo, acordándose de que Alibaba era igual, una vez dormido, no le importaba invadir el espacio del otro por tal de estar cómodo.

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Hubo un escándalo que hizo que Aladdin y Alibaba corrieran hacia la habitación de Ari por la mañana

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Hubo un escándalo que hizo que Aladdin y Alibaba corrieran hacia la habitación de Ari por la mañana.

Sinbad tenía en brazos a Ari quien pataleaba y le exigía que la soltara.

—¿Qué haces, Sinbad? —interrogó Alibaba pasando sus ojos en el rey y luego en su amiga.

Aladdin estaba sorprendido de lo rápido que Sinbad invadió el cuarto de Ari, porque no hacía mucho él había salido para ir por el desayuno.

—Me llevaré a Narae a Sindria —contestó él.

—¡Ya le dije que no quiero irme a Sindria! —rebatió Ari.

—Tío Sinbad, por favor, debe respetar la decisión de Ari-san —habló Aladdin dando un paso al frente.

—Narae corre gran peligro en compañía de ustedes y no estoy dispuesto a exponerla ante esa organización. En Sindria estará protegida —manifestó Sinbad.

—¡Estoy dispuesta a correr cualquier peligro por ellos! —exclamó Ari, observando con disgusto al rey.

Sinbad levemente sorprendido, pero también molesto, vio la determinación en la chica.

—Narae, entiende por favor. Yo solo quiero que estés bien —Sinbad ignoró la presencia de los otros, enfocándose en ella.

—Yo estoy bien con Alibaba y Aladdin, ellos son mi felicidad —recalcó la joven.

—Sinbad, por favor, deja a Ari —Alibaba se acercó a Sinbad y tendió sus brazos para recibir a la chica.

Sinbad de mala gana y porque Ari extendió sus brazos hacia el rubio, terminó cediendo y con cuidado la pasó a los brazos de Alibaba.

Magi: The New Magic AdventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora