Capítulo 53: El candidato elegido

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Los cinco chicos estaban con la boca abierta ante la presencia de Marax.

—Alibaba, tú me dijiste que los Djinn son seres enormes y él... —Ari fue la primera en hablar y señalar a Marax.

Todos estaban más sorprendidos porque el Djinn medía como cuarenta centímetros y esperaban que se tratase de un gigante de cinco metros por lo menos.

—Mas bien parece un hada —expresó Judar, acercándose al pequeño ser azul.

—Te puedo picar un ojo desde aquí, Judar —respondió Marax con cierto enfado.

—Lo sentimos, Marax, pero los Djinns que hemos conocido son enormes —dijo Aladdin.

Marax lo miró.

—Te pareces mucho a Salomón, sin duda eres su hijo —comentó el Djinn.

Aladdin sonrió.

—Él es Hakuryuu, mi candidato, ¿qué esperas para ser su Djinn? —Judar puso al príncipe frente a Marax.

Marax sonrió. Miró fijamente a Hakuryuu por un instante, luego pasó su vista en Alibaba y por último en Ari, en quien se detuvo más.

—Dos Magis con sus candidatos se presentan ante mí. Esto será interesante —emitió Marax, sonriendo ladino—. Ya he escuchado las razones de Hakuryuu y Alibaba, pero me interesa conocer tu razón, señorita.

—Yo no tengo interés en ser candidata, yo... —Ari se iba acercando al Djinn.

Pero Judar estiró el brazo para detenerla.

—No tienes si quiera que considerar a esta idiota; elige de una vez a Hakuryuu, él es adecuado para ser rey —interfirió el Magi de ojos rojos.

Sin embargo, todos quedaron atónitos cuando Judar fue lanzado. Ari lo había tomado por el brazo y sin más, lo aventó lo más lejos posible. Judar aterrizó en una columna, donde su cuerpo causó una grieta que incluso hizo caer pedazos de piedra.

—Ah, ya me tienes harta, estúpido —masculló Ari realmente irritada.

Aquello causó una resonante carcajada en Marax.

Hakuryuu salió de su impresión, Ari dejó en claro que no le tenía miedo a Judar sin importarle que se tratara de un Magi.

La respuesta de Judar no se hizo esperar, se lanzó directo hacia Ari con su varita e invocando una lluvia de estalactitas.

—¡Te voy a matar! —gritó Judar iracundo.

Ari no se notaba amedrentada, todo lo contrario.

Alibaba y Aladdin estaban dispuestos a interferir, sin embargo, Marax fue el que se interpuso colocando un escudo de hielo el cual fue el receptor del ataque. El Djinn había adquirido el tamaño de Alibaba.

—Judar, guarda esa energía —Marax le bastó mover la mano para que el escudo se deshiciera. Miró a Judar que estaba en el aire, con otra ola de estalactitas sobre él—. Ya sé cómo voy a elegir a mi candidato. Quiero un enfrentamiento.

Judar esbozó una sonrisa.

—Hakuryuu sin ningún problema podrá contra el tonto de Alibaba —alardeó el Magi del príncipe.

—No es entre ellos, si no entre ustedes: los Magis —aclaró Marax quien amplió su sonrisa.

Los interesados quedaron impresionados al escucharlo.

—Pan comido —respondió Judar, lanzando una mirada divertida hacia Aladdin—. Este calabozo será tu tumba, chibi, al igual que tu candidato y la chica idiota.

Magi: The New Magic AdventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora