Capítulo 46: El misterioso calabozo

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Una mujer de una abundante cabellera rubia que ondulaba grácilmente por la brisa, se quedó parada admirando la ciudad a la que estaba a punto de llegar. Alzó una ceja al tiempo que sus labios de color de rosa se curvaron en una sonrisa.

Se trataba del famoso país de Balbadd, donde hacía unos años, el joven tercer príncipe Alibaba Saluja se enfrentó a su hermano mayor para liberarla de su imparable ambición al grado de querer vender a los ciudadanos como esclavos, sin embargo, su arduo empeño no tuvo el resultado que el pobre chico quiso. Balbadd había quedado en manos del poderoso Imperio Kou.

Estaba enterada que la República de Balbadd era gobernada por el primer príncipe de ese Imperio, Kouen Ren y por todo lo que se enteró, le había entrado demasiada curiosidad por conocerlo. Los hombres como él le resultaban interesantes.

Amplió su sonrisa, un poco de ayuda de alguien con hambre de poder no le vendría mal, después de todo, el mundo era muy grande y buscar por sí sola a Narae le estaba costando más tiempo de lo planeado.

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Habían pasado unos días desde que Sinbad se marchó de Remano y la situación en la ciudad estaba tranquila; el coliseo y el desastre que ocasionaron los enemigos fue arreglado en ese lapso y quedó como si nada hubiera pasado, sin embargo, aquel eve...

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Habían pasado unos días desde que Sinbad se marchó de Remano y la situación en la ciudad estaba tranquila; el coliseo y el desastre que ocasionaron los enemigos fue arreglado en ese lapso y quedó como si nada hubiera pasado, sin embargo, aquel evento no sería olvidado por ninguno de los ciudadanos.

Ari se mostró realmente emocionada al escuchar sobre el calabozo, parecía estar hambrienta de aventura, sobre todo cuando conocía lo que se vivía dentro de ellos, era como entrar a otro mundo, así que no dudó en apuntarse en ir a la conquista de dicho calabozo.

Al principio Alibaba no quería que ella fuera debido a que la expondría al peligro, pero caviló mejor las cosas, debido al reciente ataque sufrido, Ari estaría más segura dentro del calabozo que fuera. Porque si él y Aladdin iban a explorarlo, la dejarían a merced de esos magos, y es que a pesar de que confiaba en Titus y Muu para dejarla a su cuidado, no sería suficiente si les diera por mandar a un ejército y volver a atacar. Además, Ari no había dejado de insistir en acompañarlos, así que terminó accediendo. Marga también quería ir, sin embargo, a ella ya no se lo permitieron.

El día de partir hacia el calabozo había llegado por lo que Alibaba, Aladdin y Ari se estaban despidiendo de sus amigos.

—¡Traeré todos los tesoros que encontremos ahí! —le dijo Ari a Marga, extendiendo los brazos al cielo y formando un arco con estos, se veía muy ilusionada contagiando a la pequeña también.

Luego se abrazaron, Marga le dio un beso en la mejilla a Ari y ella le acarició la cabeza en respuesta, regalándole una grandiosa sonrisa.

Ari abrazó a Sphintus que se notaba feliz por el gesto y cuando abrazó a Titus este parecía desconcertado, pero al cabo de unos segundos, se dejó llevar por el cariño de la joven. Con Muu se despidió chocando el puño y con Myron casi se le salen los ojos cuando la Fanalis la abrazó con mucha fuerza.

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