Capítulo 09: Paseo por el reino

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Ari abrió los ojos y vio el rostro de un sapo —o eso pensó en primera instancia—, dando un grito que resonó por todo el lugar. Alibaba despertó de un brinco que lo hizo caer de la cama.

—¿Qué pasó? ¿Por qué gritaste de ese modo? —preguntó Alibaba, alarmado.

Aladdin se restregó los ojos, y Ari al verlo, también soltó otro grito, aterrada.

Masrur abrió la puerta con una patada mandándola a estrellarse contra la pared y Jafar salió tras del Fanalis.

Los dos subordinados de Sinbad quedaron impresionados al ver a Alibaba y a Aladdin, Ari se había salido de la cama, todavía temblando.

—¿Qué les pasó? —articuló Jafar, parpadeando.

Tanto Alibaba como Aladdin lucían unos ojos hinchados y rojos, que a duras penas podían abrir, resultado por todo lo que habían llorado.

—Ari-san —balbuceó Aladdin—. Me duelen los ojos.

—Iré a pedir agua caliente para que se pongan unas comprensas —expresó Jafar.

—Yo también hubiera gritado si al despertar veo algo así —emitió Masrur.

Ari se le quedó viendo, era muy serio y aquel comentario parecía que no había salido de él. Ahora que lo veía con detenimiento se acordó de qué se lo encontró en el pasillo.

Él también la miraba.

—Soy Arisha ¿y tú? —se presentó.

—Masrur —respondió él—. Nos vemos.

Jafar no tardó en llegar con el agua caliente y unos lienzos blancos. Él y Ari se encargaron de colocárselos a Alibaba y a Aladdin para que se les bajara la hinchazón. Jafar escuchó la historia del por qué habían amanecido así.

—Lo lamento, chicos —dijo Jafar también apesadumbrado.

Arisha salió con Jafar para ir por comida mientras que ellos descansaban.

—¿Pudiste descansar, Jafar? —le preguntó con confianza.

—Sí, la verdad me sentó muy bien el descanso y puedo pensar mejor en lo que estoy haciendo.

—Me da gusto —sonrió Ari—. Jafar, ¿puedo ayudarte? No es que haga tu trabajo, pero puedo ir por algunas cosas que necesites —dijo de repente.

—¿Eh? Pero eres nuestra invitada.

—Es que me aburro y quiero hacer algo. La verdad es que me gustaría ser de utilidad para ustedes, sobre todo porque me están dando alojamiento.

—Dime, Ari. ¿qué quieres hacer?

—Quiero entrenar como lo hace Alibaba y Aladdin —contestó sin dudar.

—¿Eres hábil en la espada o en la magia? —cuestionó Jafar.

Ari se detuvo.

—No lo sé, pero si no lo intento, menos lo sabré.

—¿En verdad no recuerdas nada antes de la caída?

La chica apretó los puños y negó con la cabeza.

—Pero sientes que puedes hacer algo como Alibaba y Aladdin —inquirió Jafar con suavidad.

Ella asintió.

—Entrena con ellos, no creo que haya problema. Al rato que se sientan mejor, diles que quieres entrenar. Lástima que Yamuraiha no está aquí, porque ella es la maestra de Aladdin. Pero Sharrkan le dará entrenamiento a Alibaba más tarde, solo espero que Alibaba esté listo para entonces.

Magi: The New Magic AdventureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora