Escuchando los diversos murmullos de la gente, los cuales siempre repetían lo mismo. «¿Ese es el novio de la Kazekage?» o «Allí va la pareja de Lady Gaara». Y aunque en un principio fue algo extraño y muy en sus adentros, quería que esas frases fueran reales, no pudo evitar sentirse mal por haber besado a Gaara. Sacudió la cabeza intentado despejar todo eso de su cabeza y mejor se enfocó en el camino, pues estaba buscando un lugar para comer.
Arribó a un local Teishoku-ya (1). Rápidamente se sentó en una mesa pequeña y ordeno el único plato del menú. Rápidamente le llegó su plato de carne, acompañado con arroz y su sopa miso. Agradeció y mientras comía, se preguntaba como haría para que su plan funcionase en el futuro, pues aún quedaba la parte de su aldea. Había ideado el plan sin pensar en las consecuencias para Konoha, y realmente esperaba que estas no fueran tan severas, tanto para él como para Kakashi por dejar ir a su shinobi sin preguntar.
Con cada pensamiento acerca de las diversas posibilidades, se empezaba a sentir peor consigo mismo. Se dejó llevar por sus emociones y se olvidó de la lógica de las cosas; simplemente llegó con una solución para el problema de Gaara, pero se le olvidó pensar en lo que le sucedería a él mismo ante eso. Todo era tan atroz en su mente, que ni siquiera podía llegar a terminar de comer. La frustración empezó a crecer en su ser al igual que la impotencia. Y no acabando de estresarse más, recordó las palabras de Gaara nuevamente. Fue un error de impulso ante la idea de enamorarla de él, pero ahora se daba cuenta de que tal vez a ella le incomodó.
«Soy un imbécil, no puedo hacer nada sin estropear algo», pensó con desgane. Terminó de comer lo de su plato y se dispuso a salir del local, le escribiría una carta a Kakashi para notificarle su estado y como van las cosas aquí en Suna —aunque no le diría lo del acuerdo que hicieron con Gaara— y así no causarle más molestias.
Caminando entre las calles de Suna, empezó a buscar un hotel para hospedarse, porque realmente no quería estar en la misma casa que Kankuro. Trajo todo su dinero cuando salió de Konoha en un rollo de almacenamiento, sinceramente le hubiese encantado estar con Gaara, pero no quería poner incomodos a todos, por lo que sin otra opción, pidió una habitación del hotel por una semana, ya después regresaría a Konoha por un tiempo, pero al menos ya tendría las bases de la relación ficticia que debe tener con Gaara.
(...)
Kakashi había estado trabajando arduamente todos los días desde que se convirtió en el Hokage, y a pesar del sumo cansancio que el puesto llevaba, tuvo que enfrentarlo para el bien de Konoha. Todo su día se consumía en la oficina mientras leía y llenaba formularios burocráticos, pero eso no quitaba que de vez en cuando lograse escapar por al menos, diez minutos. En ocasiones, Shikamaru venía a ayudarlo con todo el papeleo al igual que Shizune, y así terminaban antes.
Durante algunos descansos, él platicaba con sus alumnos para saber cómo iban sus vidas, y claro, Sakura era la que más le gustaba su visita, pues al igual que él, estaba estresada por ser la encargada del hospital. Con Sasuke no hablaba mucho, pues este ni estaba en la aldea debido a un viaje de redención que él mismo se propuso, simplemente recibía cartas de informes de cada aldea. Y por último, estaba Naruto, el cual siempre buscaba ir a misiones fuera de la aldea, o al menos, no quedarse en su casa la mayor parte de su tiempo.
Ya hacía tres días que Naruto se había ido de Konoha para ir a Suna a algo que Kakashi desconocía. Fue un día largo la ocasión en la que tuvo que decir que Naruto no estaba disponible para misiones, y claro, hubo inconformidades de parte del concejo, pues era su más fuerte Shinobi activo. Informó que Sunagakure tuvo inconvenientes y la Kazekage pidió la ayuda de Naruto. Con ello, logró calmarlos por el momento, pero en realidad quería saber lo que su alumno estaba haciendo en Suna, y esperaba con todo su ser, que nada de lo que hiciera le afectara a él mismo como a Naruto.
Gruñendo, dirigió su vista al reloj para notar que le faltaban más de cuatro horas para terminar su jornada. Cada vez sentía que el tiempo fluía más lento, y eso lo agobiaba. Empezó a dar vueltas en su silla esperando que alguien atacara para que pudiera liberar la tensión. Eso sonó mal en la cabeza de Kakashi, pero no podía evitar de pensar en las misiones fuera de la aldea, donde cazaba a ninjas, o bandidos, pero ahora estaba encerrado en esta habitación con un montón de papeles apilados, todos esperando a que él los responda, como lo dictaba su puesto obligado a tomar.
Escuchó el chirrido de la puerta al abrirse, y por mero instinto lanzó un kunai en aquella dirección sin siquiera voltear a ver. El grito agudo de la otra persona lo sacó de su estupor y dirigió su mirada para ver a la persona, la cual, era Shizune algo asustada y perpleja mientras el leve corte del kunai en su mejilla sangraba. En poco tiempo Kakashi saltó en su ayuda mientras se encontraba atónito ante lo que hizo.
—¡Lo siento mucho... yo solo estaba...! —empezó a balbucear Kakashi mientras intentaba ayudar en algo, aunque no supiera que.
—Eres un idiota —masculló algo molesta Shizune. Lo apartó con cuidado y simplemente se curó con ninjutsu.
Kakashi suspiro de alivio cuando vio que Shizune había dejado de sangrar y la herida ya había desaparecido de su mejilla. Shizune lo vio a los ojos, con un rostro que ameritaba un explicación sobre su brusco movimiento. Con desmesurada vergüenza, Kakashi solo pudo sonreír mientras intentaba buscar la forma correcta de decir las cosas.
Pasaron los minutos mientras Kakashi le explicaba todo el asunto que lo tenía algo preocupado, a lo que Shizune le comprendió y simplemente dejó de indagar más en el tema. Los dos se relajaron por un segundo, antes de que Shizune recordara los diversos papeles nuevos que le debía entregar a Kakashi. Con un gemido, Kakashi aceptó el demás trabajo mientras maldecía a Tsunade por abandonar el puesto después de la guerra.
Un pequeño golpe en la ventana lo sacó de su maldición mental, y dirigiendo su mirada a la par con la de Shizune, vio un pajarito en el alfeizar de la ventana. Kakashi no tardó en notar la nota atada en la pata del pájaro, a lo cual, la tomó mientras le ordenaba al pájaro volver al lugar de donde había sido mandado. Viendo el sobre, pudo notar que aquella carta estaba dirigida exclusivamente a él de parte del concejo de Suna. Curioso, sacó la carta y comenzó a leerla.
Shizune pudo notar con mucha facilidad las facetas en el estado de ánimo de Kakashi, las cuales pasaban de: curioso, perplejo, asombrado, intrigado y, al final, molesto. No supo que sucedió para que su estado de ánimo cambiara tanto, pero pudiera ser algún secreto exclusivo de él, pues al ser ninjas, secretos siempre habría entre las personas.
—¡Ese maldito niño pendejo! —bramó molesto Kakashi mientras caminaba a la puerta—. Tengo que resolver algo, no estaré aquí en un buen tiempo.
(1) Son restaurantes donde se ofrece un menú. Normalmente consiste en un plato principal donde se elige carne o pescado y siempre llevan el mismo acompañamiento: un bol de arroz, un platito de encurtidos y una sopa miso.
[.-.]
NOTA DEL PENDEJO DEL ESCRITOR:
Ok, creo que no había hecho una nota antes, o tal vez sí, pero no recuerdo. Hoy me comí unos ricos tacos campechanos, con salsa roja, su cebollita y su cilantro acompañado de su limón. Dejando en el olvido lo que comí, solo quería avisar que el Fic está por terminar, pues no espero hacer más de siete capítulos más, pues no falta mucho para que vuelva a la escuela y mi tiempo no me alcance. Como tal, simplemente quería avisar eso, así que ya pueden ir a chingar a su santa madre. Buenas noches :D
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El Sol de la Arena | Naruto fanfic
FanficTantos años en un sufrimiento interno en el que no podía escapar por su propia cuenta. Un chico rubio simplemente le mostró que el mundo podría demostrarle su existencia sin base al dolor. Eso fue lo que la mantuvo cuerda por tanto tiempo, con simpl...