Despertar

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Sintió que su cuerpo era liberado de un tenso agarre. Sus ojos poco a poco se iban acoplando a la luz del día. Eso fue extraño para ella, pues recordaba que era de madrugada no hace mucho, pero ahora el sol estaba saliendo. Supuso que era al menos las diez de la mañana.

—¿Qué... sucedió? —murmuró para si misma.

Empezó a caminar, aunque eso se le dificultara un poco. Vio que todos estaban en su misma situación, sin saber que era lo que había ocurrida. Tenía vagos recuerdos de un sueño, pero eran bastante confusos. Sus pies la llevaron a donde varios ninjas se habían reunido. Estaban allí ninjas de todas las aldeas. También estaba la Hokage y el Raikage.

—Al parecer Madara si pudo completar su plan al final —hizo una pausa Tsunade—, pero podemos suponer que ha sido derrotado.

Un suspiro de alivio brotó de todos cuando escucharon ello. Gaara también sintió paz finalmente, pero poco después recordó que los únicos que pudieron vencer a Madara eran Naruto y Sasuke. Antes de que ella pudiera expresar su duda sobre el paradero de Naruto, un shinobi de Konoha llegó corriendo.

—¡Lady Tsunade! —gritó el ninja de Konoha—, es Naruto, está muy grave —dijo sin aliento.

Las caras de todos se mostraron con incredulidad, pues todos allí sabían que Naruto fue el shinobi que más ayudó en la guerra. Sin dudarlo, Gaara y Tsunade salieron en la dirección que dijo el shinobi. Gaara se subió a su arena y le hizo un ademan con la mano para que Tsunade la acompañara. Ambas fueron a toda velocidad en busca del lugar donde se encontraba Naruto.

Al llegar pudieron ver a Sakura ayudando a Naruto y a Sasuke, intercalando entre cada uno. Se encontraba bastante agitada mientras mantenía la curación de las heridas de cada uno.

Gaara vio como ambos chicos no tenían un brazo, y este no paraba de sangrar. Los dos tenían heridas por todo el cuerpo. Cortes, rasguños, moretones, e inclusive, huesos rotos. Ambos estaban inconscientes, pero era muy preocupante el estado de ambos.

—¡Lady Tsunade, por favor ayúdeme! —rogó Sakura. Tsunade no esperó nada más y fue con ella para tratar las heridas de Naruto y Sasuke.

Gaara no podía ayudar en nada, después de todo ella no era una ninja médico, sus heridas siempre habían sanado por el Shukaku y después de su extracción no había recibido tanto daño como para necesitar sanación. Ella sabía que Naruto tampoco había necesitado tanto la ayuda médica, pues el Kyubi siempre se había encargado de sus heridas, pero tal vez el poder de la bestia no fuera lo suficiente para este caso, después de todo su poder había sido de gran utilidad en la guerra.

—Por favor Gaara, permítanos el espacio para ayudar a estos dos —dijo Tsunade señalando a Naruto y Sasuke.

—Por supuesto —asintió Gaara para después irse de allí.

Seguía con la preocupación en su pecho, y esta no se iría tan fácil. A los lejos vio como sus hermanos se acercaban a ella rápidamente. Temari la veía con preocupación y alivio. Kankuro parecía que toda la presión en su espalda se había desvanecido cuando la vio. Gaara solo pudo sonreír un poco ante la preocupación de sus hermanos por ella.

—Gaara, ¿Qué sucede? —preguntó Kankuro cuando llegó con ella.

—La guerra termino y Madara fue derrotado, pero... —empezó a formular Gaara.

—¿Pero? —cuestionó Temari.

—Naruto y Sasuke están muy heridos, no sé le porqué, pero Tsunade y Sakura ya se están encargando.

—Eso es malo —dijo Kankuro.

—Estarán bien, los dos han sobrevivido a tantas cosas, y Tsunade es la mejor ninja médico —intentó calmar la situación Temari.

Los tres se quedaron en completo silencio sopesando todo lo ocurrido. La guerra había terminado, pero con miles de bajas. Naruto, el héroe de la guerra estaba mal herido junto a su compañero de equipo. Suna tenía una gran deuda con el Daimyio del viento, pues él fue el que les dio el dinero para el armamento. Esto sería un problema cuando regresara a su puesto.

Empezaron a caminar para reunir a sus ninjas y aclarar los resultados. Temari y Kankuro mantenía su postura relajada mientras con su visión intentaban localizar a su gente. Gaara seguía pensando en el estado de Naruto, y como es que este había terminado de aquella forma. Soltó un suspiro y mejor decidió que lo iría a ver de nuevo en un par de horas.

(...)

Cuando despertó, lo único que vio fue una lona arriba de él fungiendo como techo. El dolor en todo su cuerpo le impedía moverse con total libertad. Su garganta se sentía seca y no podía articular ni una palabra bien.

—Por fin despiertas —dijo Sakura acercándose a él.

—¿Dónde estoy? —preguntó Naruto viendo a Sakura al rostro.

—Estás en una tienda médica. Tus heridas necesitaban ser atendidas lo antes posible —habló Sakura mientras le daba un poco de agua. Naruto no tardó en darle un trago.

—¿Todos salieron del...? —empezó a articular Naruto.

—El Tsukuyomi terminó, ahora todos son libres de ese sueño, aunque muchos no recuerdan con exactitud lo que vieron allí dentro.

—Por fin todo terminó —dijo Naruto con una sonrisa mientras cerraba sus ojos.

—Debo ir a atender a otros, si necesitas algo, avísale a alguien del persona que me notifique —habló Sakura mientras salía de la tienda.

Naruto simplemente se quedó allí acostado mientras reflexionaba lo ocurrido. Desde la pelea contra Madara, en donde Zetsu lo había traicionado diciendo que nunca fue su voluntad, sino la de Kaguya, la creadora del chacra. Zetsu había traído de vuelta a la vida a Kaguya a base de la forma de Madara. Cuando Naruto estuvo al borde de la muerte, se había encontrado con el Sabio de los Seis Senderos. Este le había dicho que su madre era demasiado peligrosa, y su nombre era Kaguya, por lo que debían detener a Madara antes de que ella apareciera. Claro, eso no salió bien.

Kaguya era alguien extremadamente poderosa, y tenía habilidades que ningún shinobi poseía con tanto control. Habían viajado entre diversas dimensiones, en las cuales las condiciones alteraban el poder del lucha. Desde un lugar completo de lava hasta un lugar donde la gravedad era mucho mayor a la normal. Con mucho esfuerzo y la ayuda del equipo siete, pudieron sellar a Kaguya y Zetsu de nuevo.

Cuando pensaron que todo ya había acabado y que lo único que faltaba era sacar a todos del Tsukuyomi, Sasuke se reveló diciendo que mataría a todos los Kages. Eso había desconcertado a Naruto, Sakura y Kakashi. Al final Naruto tuvo que enfrentarse a Sasuke y reformarlo a base de golpes. Su encuentro duró varias horas sin parar, y al fina ambos perdieron un brazo debido al impacto de técnicas. Pronto cayeron en la inconciencia y despertó en este momento.

Salió de sus cavilaciones cuando escucho unos pasos dirigiéndose a él. Volteo un poco su cabeza, aunque eso le provocó un grave dolor en el cuello. Sus ojos vieron a Gaara, la cual estaba viéndolo con alivio.

—Hola... Gaara —apenas pudo decir Naruto.

—Naruto, ya estas despierto —dijo en un suspiro Gaara mientras una leve sonrisa se marcaba en su rostro.

—Gaara, por fin puede haber paz —terminó de decir Naruto mientras se acomodaba—. Pude cumplir con mi promesa a Jiraiya y a Nagato.

—Tu siempre cumples tus promesas Naruto, y ellos nunca dudaron de ello —dijo Gaara mientras se arrodillaba para estar más cerca de Naruto.

—Gracias —dijo sin preámbulo Naruto—, por apoyarme en esa ocasión, realmente me ayudó mucho.

—No deberías agradecerme, tú eres al que yo siempre le estaré agradecida.

—Sabes, después de tanto, por fin ya no tendré que preocuparme por Akatsuki —empezó a balbucear Naruto—. Ya no tendré el miedo de que más gente muera por mi culpa, y por fin podre enfocarme al cien en mi meta de ser Hokage 'tebayo.

Gaara solamente se limitó a asentir. Los dos se quedaron platicando un poco sobre lo ocurrido cuando Madara hizo el Tsukuyomi. Y así pasaron algunos minutos intentado despejar lo ocurrido en la guerra. 

El Sol de la Arena | Naruto fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora