May we meet again

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Cuando estuvo todo pronto para salir, fue sorprendido por la pequeña Madi que se acercaba con sus cosas. Este pareció ignorar a todos mientras se acercaba a la niña negando.

—Si, iré—esta supo que era eso a lo que él se refería.

—No, tú te quedarás aquí protegida. No te llevaremos a la guerra.

La niña se mordió la mejilla algo molesta—¿Y si Azgeda ataca y me toma?—aquello generó un colapso en Bellamy—. Ni tú ni Clarke me salvarán.

—Madi, irás conmigo—aclaró Lincoln entrometiéndose de forma rápida. ¿Y quién era Bellamy para decirle que no a aquél chico que parecía conocer más que nadie a aquella niña y Clarke?

Bellamy se mordió el labio con bronca, queriendo pelear para no exponer a la niña, pero de ser necesario, la enviaría con un guardia aquí.

Esta vez, él estaba a cargo. Era su responsabilidad y ya no podían perder más tiempo. Siguieron por el camino que Madi dijo que Clarke fue tomada, y el rastro de sangre por la bala que había impactado estaba en las hojas. Habían pasado un par de horas y si no se apresuraban, la noche les iba a ganar.

Debían encontrar a Clarke y no tenían idea de a donde ir, así que tuvieron todos que sacar sus instintos humanos.

Para cuando Clarke reaccionó, su hombro estaba en un fuerte dolor ante la falta de curación por la herida. Su rostro estaba herido, como si la hubieran lastimado aún más y ahí recordó cuando la atacaron a preguntas y al no contestar, solamente recibía golpes.

Siquiera habían intentado hablar, fueron rápidamente por la violencia.

—Se despertó—una voz masculina anunció aquello y la rubia tardó en que sus ojos se acostumbraran. Estaba encerrada, pero no demoró en reconocer el arca por sus paredes... volvía a estar en aquella pesadilla.

Se negaba a creer que la nave estuviera en tierra, porque eso significaría que las personas también, incluyendo su madre biológica.—¡Tú!—fue señalada con el dedo de una forma violenta, y no tardó en rebuscar en su memoria aquel hombre. Kane, ¿podía ser que trabajara con su madre como embajador?

Su piel se erizó y mentalmente comenzó a hacerse diminuta. Verdaderamente prefería que la mataran antes que volver a ver a su madre, si es que así podía llamarla. Otra parte le aseguraba que aguantara; Madi tenía que haber llegado sana y salva, y sabía que Bellamy tampoco demoraría en llegar. Si la cosa iba bien, inclusive podía venir con refuerzos.

—¿Dónde están los chicos?—quiso reír por la forma que los buscaban luego de que los hayan expulsado sin más. La rubia se vio en el reflejo de una lata, algo distorsionada, pero su rostro estaba con mezcla de maquillaje y sangre, que hacía imposible de reconocer.

Chon?—fingir que no entendía sería la mejor forma de sobrevivir a aquello por lo menos, un tiempo más.

—¿Qué?—eso generó que los hombres se hablaran entre ellos, asumiendo que la chica no hablaba el mismo idioma y asimilando que habían sobrevivientes desde mucho antes que ellos.

Comenzó a escuchar pasos y se abrió lugar a una mujer. Si no hubiera sido porque estuviera encadenada y herida de un hombro, correría a asesinarla del desprecio que le tenía.

Sus manos comenzaron a temblar y una parte de ella quiso llorar, pero no. Le había enseñado a ser una verdadera guerrera, aquella mujer que de verdad fue más madre que la que se acercaba.

—Cuidado, Abby. No sabemos si es peligrosa—la mujer ignoró aquello y para cuando se arrodilló con una gasa, lo único que recibió fue un escupitajo en su rostro. Esta lo tomó como sorpresa, pero Clarke recibió un electroshock, provocándole un leve grito de dolor.

—Te curaré—aquella mujer pareció insistir amablemente pero Clarke solamente se movió hacia atrás y apartó la cara. La estaban torturando y decían curarla.

—No te molestes, no entiende lo que hablamos—soltó otro guardia, pero la rubia le reconoció por ser su maestro. Pike. ¿Acaso no era irónica aquella situación?

...

Lo que no quería que pasara pasó, y la noche les ganó. Madi se encontraba en la carpa hecha por Bellamy, quien le ofreció lugar para pasarlo ahí y la niña se adentró. Estaba completamente callada.

—La encontraremos—aseguró este colocando una mano en el hombro de la niña. —¿Te ayudo con las trenzas?—la vio pelear con su cabello y la niña asintió, colocándose de espaldas a él. Y mientras Bellamy destrenzaba el cabello, la carpa se abrió dejando pasar a Lincoln y Octavia, quienes parecían sorprendidos de esa escena. —La carpa no es grande—aclaró incómodo, pero estos no les importó tener medio cuerpo fuera de la tienda.

—Madi, ¿Clarke tenía algo con lo que pudiera dejar rastro?—preguntó Lincoln.—¿Dijo algo que pueda ser importante?

—No sería lo mejor presionarla—acotó Bellamy terminando de destrenzar la mitad del cabello para comenzar con el otro.

—Ella fue herida, y se arrodilló para tomarme la mano. Me dijo que corriera, que le dijera a Belomi, le dije que no iba a dejarla. Tomó mi cabeza y dijo "Mebi oso na hit choda op nodotaim"

—¿Qué significa?—preguntó Bellamy ante aquellas palabras, mirando a Lincoln pero desvió su mirada a su hermana quien palideció—¿O?

May we meet again—aquello pareció tomar a Bellamy desprevenido.

—Ella siempre lo dice—para Lincoln fue común—. Desde que llegó con nosotros.

Aquello pareció darle un golpe de memoria a Octavia—¿Ella no estuvo siempre con ustedes?

—No—ambos chicos soltaron aquello, pero que Bellamy ya sabía por charlas.

—¿Cuándo llegó a ustedes?

—Unos seis años, casi—habló confundido—. No lo sabemos bien, ella estaba perdida.

Octavia se aferró al brazo de Lincoln y miró a su hermano, abriendo la boca—Clarke...

—¿Qué significa eso?—Bellamy pareció moverse de sus casillas.

—Clarke es la delincuente 319. Ella simplemente desapareció un par de meses luego de ser encerrada, su padre fue exiliado.

—No puede ser, O. ¿Por qué enviarla aquí? ¿Por qué exiliarla sola? No tiene sentido.

La chica miró a su hermano—Su madre era embajadora. Y Clarke iba a ser expulsada. ¿Y si la envió con una leve intensión de que sobreviviera?

—¿En una pequeña caja?—Lincoln tomó la mirada de los hermanos—. Yo estaba cuando la encontramos, yo había salido con aquel grupo. Ella dijo que se había despertado en una pequeña caja, pero no dijo nada más. No dijo de donde había venido... no lo recordaba.

—¡Por eso nos protegió!—gritó Octavia aterrada, entendiendo todo.—Ella también había sido exiliada. Ella hablaba claramente nuestro idioma, ella conocía nuestras costumbres. ¡Ella es una de nosotros!

—¡No!—ordenó Lincoln serio y miró a los hermanos, para mirar a Madi—. No van a decir una palabra, ella no es una de ustedes. Clarke es Wanheda, es nuestra líder. Ella es una terrestre y así va a quedar.

—¡Yo he hablado con ella! Qué estúpida he sido. ¡Fue lo más cercana a una amiga que tuve!—aquello revolvió el estómago de Bellamy por alguna razón.

—Olvídense de esto hasta que no tengamos a Clarke. Ni una palabra—este salió de ahí como si eso no fuera nada bueno, y Octavia miró a su hermano.

—Clarke me había reconocido, y por eso ocultó su nombre.

—O, posiblemente esté pasándola mal en este momento. No... es momento para eso—y aquello fue otra razón por la cual la rubia provocó que el chico tuviera insomnio, solo que esta noche se dedicaba a pensar mientras veía a la niña acurrucada en la otra punta de la carpa cubierta por abrigos mientras dormía; aquello le había llevado tiempo puesto que no le fue fácil conciliar el sueño por la preocupación.

"La traeremos a casa, Madi"

Llamando a la puerta del cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora