Las imágenes que pasaban frente a sus ojos eran inestables, no se mantenían fijas por más de dos segundos, apenas eran un breve vistazos, tampoco podía identificar ninguna voz todas hablaban a la vez, era la peor visión que alguna vez había tenido.
Las imágenes cada vez iban más rápidas, las voces hablaban cada vez más rápido y un pitido comenzaba a molestar en sus oídos; antes de que terminara, pudo distinguir una voz de entre tantas
––Evolet... –– era un susurro leve, casi inaudible –– Faith... No puedes salvarlos a todo... –– dijo en forma de burla.
––Basta –– suplicó.
––Me pregunto, ¿quién será el afortunado en acompañarlos esta vez?
––Basta –– gritó.
––...Scivi... –– alguien le hablaba pero se oía muy lejano.
––Yo qué tú no lo intentaría tanto, digo, siempre termina igual, ¿o es que acaso ya lo olvidaste? –– seguía burlándose aquella voz.
No podía verle, las imágenes desaparecieron y ahora todo estaba en blanco, significaba que ya acabaría, pero aún no sabía lo que significaba. Antes de que pudiera responder, todo se volvió negro y de nuevo estuvo iluminado pero por los bombillos del salón del departamento, tuvo que parpadear para adaptarse a ese cambio brusco de ambiente. Seguía sentado en el sofá, ahora con ambos hombres a cada lado con cara de preocupación sosteniendo sus brazos con algo de fuerza.
–– ¿Está de vuelta? –– preguntó el detective.
–– ¿Quién está de vuelta? –– preguntó confundida.
––Sí, ya la podemos soltar –– le respondió Adiutor soltando un brazo seguido de Alex.
–– ¿Por qué me han agarrado de esa forma?
––Ha lanzado un hechizo –– explicó Alex.
––Y nos hubieras matado si no te hubiéramos detenido –– agregó Adiutor –– ¿estás bien? ¿Qué has visto?
––No lo sé, han sido imágenes confusas, han sido más que todas viejas memorias –– dijo confundida.
–– ¿Eso es malo? –– preguntó preocupado Alex.
––No lo sé, es la primera vez que me sucede.
––Será mejor que nos retiremos, necesitas descansar –– le dijo su amigo.
Scivi solo se limitó a asentir mientras se levantaba con ayuda de Adiutor, aún estaba confundida, no estaba segura de cómo debía interpretar aquella visión. En la puerta Adiutor se giró a verlo.
––Guarda bien esa caja, niño bonito –– dicho eso, salió del lugar junto con su amiga.
Alex quiso detenerlos, pero se contuvo, no era el mejor momento para que seguir agobiándolos con sus preguntas. Se sentó y comenzó a guardar todo dentro de la caja, esa noche había obtenido mucha información y aunque quisiera releer la carta y leer lo que la última contenía, no tenía cabeza para nada más que ir a su cama y dormir, cosa que no logró. Dio muchas vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño, harto de dar tantas, se levantó y fue a la cocina por el típico vaso de leche caliente, cuando estaba pequeño lo odiaba, ahora admitía que era un buen método para poder relajarse.
Cuando volvió a la habitación no pudo evitar echar una mirada a la caja que se encontraba encima de la cómoda –– ya que no tuvo ánimos de colocarla detrás de esta ––, seguir su instinto, las coincidencias no existen, su padre siempre le repetía esas palabras, ¿no poder dormir era una señal para que volviera a abrir la caja? Estaba claro que no lograría dormir si no echaba un vistazo, agarró la caja y la dejó en medio de la cama, de la segunda gaveta de la cómoda sacó la vieja libreta de su padre y su bolígrafo negro; iba a anotar todo aquello que considerara importante.
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La Maldición de los Pines [Completa] ©
Short StoryMaldición. Según nuestra buena amiga Wikipedia, una maldición es la expresión de un deseo maligno dirigido contra una o varia personas que, en virtud del poder mágico del lenguaje, logra que ese deseo se cumpla. Hay quienes dicen que no debemos mal...