Los padres y los abuelos de Breela habían vivido un triángulo amoroso, lo extraño era que se repitiera por dos generaciones seguidas.
— ¿La abuela de Breela tenía una hermana? — preguntó confundido asimilando la información, Breela en su momento le habló mucho sobre su familia, pero en ningún momento mencionó a una tía-abuela.
— Sí — dijo por lo bajo la mujer — fuimos amigas, a pesar de que yo era mayor siempre me llevé mejor con Emma que con Josephine, la abuela de Breela.
— ¿Qué pasó con ella? — no pudo evitar preguntarle.
Marie dudó antes de responderle, era la primera vez que hablaba de Emma en años — No lo sé — mintió — se fue del pueblo mucho antes de que Rose naciera.
— ¿Y nunca más hablaste con ella? — sí fue su amiga, algún mínimo detalle debió dejarle para que la contactara, o esa era su lógica.
— No, quiso alejarse de todo y de todos — hizo una pausa, viendo la caja frente a ella — La caja, ¿la encontraste en el sótano? — preguntó recordando algo, que tal vez sería importante.
—Sí, Audrey la señaló, ¿tiene alguna idea de cómo llegó ahí? — quizás, antes de morir, la dejó en ese lugar, fue lo que pensó.
—Tal vez Edmund la escondió — murmuró pensativa.
— ¿Quién? — preguntó confundido, otro nombre que agregar a la lista.
—Era amigo de las niñas — le explicó — murió tiempo después, debido a la gripe española o eso dijo su madre — se quedó en silencio, tratando de recordar — el día que la niña Audrey murió él fue a la casa, ella le entregó una caja pero no sé si era esta misma, también le dio instrucciones de algo, pero no llegué a escuchar muy bien,
— ¿Y por qué no le preguntó, pudo ser algo importante?
—Se fue a la mañana del día siguiente y lo siguiente que supe de él fue lo que su madre me dijo — estiró la mano y de la caja sacó la fotografía de los tres jóvenes — fui yo quién les di la cámara, no recuerdo muy bien el año pero fue en unos de los cumpleaños de Audrey, se les veía felices porque lo eran — susurró con añoranza, devolvió la fotografía a su lugar para concentrarse en el hombre a su lado —. Alex, hay muchos secretos que rodean a la familia Pines, sé algunos de ellos, otros los sospecho pero no estoy segura, los demás son de muchos años atrás; a lo que quiero llegar con todo esto, cosa que no sé si sea la correcta o no — dijo mientras agarraba las manos del detective entre las suyas — es que ya es hora de que toda la verdad se sepa y necesito de tu ayuda para ello.
Las conversaciones con Scivi y Adiutor invadieron sus pensamientos, recordando que en algunas de ellas —por no decir que todas — siempre le decían que era el indicado y que una verdad debía saberse, ¿era acaso los secretos de la familia Pines lo que debía saberse? ¿Estaría cerca del final de todo esto? Alex no sabía que responderle a la nana.
—¿Mi ayuda? — fue lo que salió de su boca.
—Sé que es hacer trampa pero, hazlo por Breela, ella merece saber la verdad — en definitiva eso era hacer trampa.
—Entonces, ¿por qué no se lo dice usted? — la nana sabía que decir para hacerlo dudar.
—Porque no sé toda la verdad, y si le digo todo no me va a creer al menos que tenga pruebas, y en eso te necesito a ti — le explico.
Alex dudó, ¿era lo correcto? ¿Qué otros secretos puede ocultar la familia Pines? Pensó en Audrey, cuando la vio, todo en ella gritaba miedo y desesperación, llegó a él pidiendo ayuda, ¿era ese el momento en dónde por fin la ayudaría? Luego pensó en Breela, en si estaba en él ayudarla a saber la verdad, ¿sabría de la existencia del hijo de Audrey?, ¿Qué tanto riesgo estaba seguro de correr por qué la verdad se supiera de una vez por toda?
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La Maldición de los Pines [Completa] ©
Short StoryMaldición. Según nuestra buena amiga Wikipedia, una maldición es la expresión de un deseo maligno dirigido contra una o varia personas que, en virtud del poder mágico del lenguaje, logra que ese deseo se cumpla. Hay quienes dicen que no debemos mal...