Noviembre dieciocho, mil novecientos dieciocho.
La Gran Guerra había llegado a su fin.
En el pueblo de Parva Iferos al norte de Vancouver las personas estaba festejando, algunos incluso estaban de rodillas rezándole a su Dios, en la plaza del centro todo era euforia pura, gritos y cantos de felicidad. De entre toda la multitud había una joven que lucía agitada y desorientada, intentó pedir ayuda pero de su garganta no salían más que susurros roncos y ahogados, y las personas a su alrededor ni siquiera repararon en ella, seguían sumidos en su celebración; entre todo ese mar de gente ella desapareció tal cual había llegado, en un parpadeo. Todo el pueblo siguió de fiesta durante toda la noche y parte de la madrugada, sin notar el pequeño infierno que estaba comenzando.
La mañana siguiente un grito de terror puro despertó a todo el pueblo, en la iglesia se encontraba la joven de la noche anterior colgando del balcón. Algunos vomitaron, otros se desmayaron, las señoras mayores se persignaban continuamente murmurando el padre nuestro y el resto se quedó viendo sin hacer nada como por tanto años hicieron. Al cabo de unos minutos el jefe de policía junto con el médico la llevaron a la morgue y notificaron a su familia, su hermana y su cuñado, este último parecía el más afligido, su hermana por el contrario solo comentó con un tono de voz frío un "se había tardado".
Dos semanas después su cuñado también había muerto, según los doctores había sido un infarto; cosa que siendo tan joven les sorprendió. El pueblo entero estaba conmocionado, dos muertos en menos de un mes y ambos pertenecientes a la familia más rica el pueblo.
Después de esas muertes comenzaron una serie de sucesos extraños en el pueblo, la voz de aquella joven de la iglesia se escuchaba en varios lugares; la morgue, la propia iglesia, en aquel viejo árbol al lado del lago, en el centro de la plaza junto a la fuente, siempre a la misma hora, nueve y doce de la noche. Aquella cálida y risueña voz repetía siempre lo mismo e iba dirigida a los niños en particular, lo curioso es que ellos no iban a estos lugares sino al edificio que le pertenecía a su familia. Los padres al percatarse corrían hacia los niños y los atrapaban antes de que entraran, y un horrible grito de dolor salía del edificio. Esto se repitió durante un par de semanas, todos estaban asustados; los que continuaban viviendo en el edificio lo fueron abandonando poco a poco, el resto de los habitantes intentaban irse del pueblo asegurando que estaba maldito pero justo cuando llegaban a la salida o la estación de tren algo les impedía marcharse, y con resignación volvían a sus casas. Hasta que un día así sin más la voz de la joven dejó de oírse y los niños ya no sentían la necesidad de ir hasta aquel edificio ahora abandonado, lo curioso no fue que todo se detuviera abruptamente, sino que coincidió justo cuando la hermana de la difunta se marchaba del pueblo.
Algunos de los habitantes al ver semejante hecho afirmaron que la mayor de las hermanas estaba maldita y que por eso la menor atormentaba al pueblo, asegurando que si algún día regresaba ellos no iban estar allí para otras tantas noches sin dormir. La mitad del pueblo, los más jóvenes, se marcharon vendiendo todas sus propiedades queriendo comenzar de nuevo lejos de allí y tratar de olvidar aquellos terribles acontecimientos. La otra mitad los que ya tenían una vida en ese lugar, se quedaron asegurando que era solo un mal trago y que en un futuro lo recordarían riendo.
Al cabo de unos meses derrumbaron la iglesia y construyeron una nueva al otro extremo del pueblo, los nuevos habitantes estaban encantados con todo a su alrededor, incluso con aquel edificio que por alguna extraña razón tenía un nuevo dueño y todo volvía a lucir como si nada hubiera pasado, aquellas noches de gritos, lamentos y miedo estaban quedando en el pasado, tal como una horrible pesadilla; lo que no sabían o no lograban admitir era que ese, solo era el principio de un quizás terrible final.
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La Maldición de los Pines [Completa] ©
Krótkie OpowiadaniaMaldición. Según nuestra buena amiga Wikipedia, una maldición es la expresión de un deseo maligno dirigido contra una o varia personas que, en virtud del poder mágico del lenguaje, logra que ese deseo se cumpla. Hay quienes dicen que no debemos mal...