Charlotte
Agosto 30, 2017.
Indianápolis, Indiana.
Después del accidente, y antes de ingresar al grupo de ayuda, mamá me aconsejo invertir mi tiempo en actividades que me hicieran olvidarme de lo sucedido, sin embargo, no le hice caso de inmediato.
Estuve tan metida en mi dolor, que no tenía las energías necesarias para hacer otra cosa. Había logrado hacerlo a un lado tiempo después de despertar en aquel pequeño pueblo, en donde estuve ayudando lo más que pude.
No obstante, volver a ver a Kayden, resurgió ese dolor que había reprimido, haciéndome caer de nuevo en el hoyo de la depresión, aunque esta vez, no solo sufrí por el bebé que perdí, sino por el hombre al que nunca había dejado de amar.
Todo ese tiempo sin verlo, mi había hecho creer, cruelmente, que existía la posibilidad de dejarlo atrás. Pero el verlo, en la sala de mi casa, fue como un montón de bofetadas golpeándome al mismo tiempo.
Me hizo caer en la realidad, de que bastaría mucho más, para que cada partícula de mi ser, pudiese olvidarse de él.
Fue entonces cuando mamá propuso unirme al grupo de ayuda, y aunque al principio me negué, al final termine aceptando. Fue en ese lugar, en donde sugirieron algunas actividades, de las cuales, la que más llamó mi atención fueron la de recepcionista en una veterinaria.
De hecho, el grupo ofrece ciertos trabajos de medio tiempo en distintos locales de la cuidad, para ayudar en la distracción y la mejora de las personas que asistimos a él.
Mi primera opción había sido la de vendedora en una florería, pero cuando escuche que este puesto estaba disponible, lo tome de inmediato.
De pequeña los animales no me enloquecía, ni fui de esas niñas que ansiaban con desesperación una mascota. Sin embargo, es cambio cuando llegué a Oakland, mi corazón fue flechado a Kayden y como excusa a ello, decidí hacer todo lo posible por saber más acerca de él.
Una de esas excusas, fue el cuidar a su mascota.
No me siento orgullosa por la manera en que conseguí hacerlo. Pero no cambiaría esa decisión a pesar de lo sucedido, porque gracias a ello es que pude pasar tiempo con Rocko.
Había escuchado historias de lo difícil que resulto para otras cuidadoras hacerse cargo del canino, así, como de las y los oportunistas que solo buscaban el empleo para presumir que se trataba de la mascota del base y tirador de los guerreros de la Bahía.
Cuando escuché la conversación que Steven y él tuvieron y la voz de Kayden se notó claramente preocupada por si esta vez la chica podría ser la buena, supe que tenía que hacer algo.
Y lo hice.
La cuidadora aceptó darme a Rocko después de que Steven le asegurase que yo era amiga del él y su otra mitad. Siendo así, como los tres armamos una jugada- que es la manera en que el capitán del equipo llamo a nuestro plan- para que Kayden nunca se enterase.
Claro que Steven pensó que Kayden me aborrecía tanto que si se llegase a enterar se enojaría mucho, cuando en ese tiempo ambos estábamos en una relación.
Escondimos un secreto a Kayden, mientas yo le escondía uno a él.
Cuidar del can fue mucho más difícil de lo que pensé.
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Fuera del Juego (#2 Golden State)
RomanceSi Kayden pudiese regresar el tiempo atrás, en el momento exacto en el que ella llego a su vida, sabiendo lo que sabe ahora, sin duda hubiese hecho las cosas totalmente diferentes. Si Charlotte pudiera cambiar sus decisiones a pesar de las consecuen...