Fuera del Juego (#2 Golden State)

Capítulo Cinco: Un mal presentimiento

Charlotte

Septiembre 7, 2017

Indianápolis, Indiana.

Me gusta saber que mis padres disfrutan de su viaje. No tuvieron luna de miel debido a que no querían perder sus trabajos. Sus tiempos fueron diferentes a los nuestros, y ellos no tenían muchos conocimientos acerca de sus derechos, por lo que continuaron trabajando.

Recuero que cuando era pequeña, papá me llevaba a su trabajo después de recogerme de la escuela, era lo mismo con mamá. Ellos creen que nunca me di cuenta, pero sabía lo mucho que les costaba traer dinero a la casa.

Creo que, por eso, decidieron no tener más hijos.

Mi infancia no fue mala. Fui una niña feliz con lo que me daban. Nunca pedí aquello que sabía no podían por mucho que lo anhelaba. Verlos partirse el lomo para poder darme una vida decente, fue lo que me motivo a querer ser exitosa.

Me dijeron que podía estudiar lo que quisiera. De niña, como todo niño pequeño, deseaba ser muchas cosas, así que provee de todo, descartando poco a poco aquello en lo que perdía el interés.

Fue, durante una de las practicas del equipo de baloncesto, que supe quería estudiar enfermería. Claro, que termine por estudiar más que eso. Y termine consiguiendo mucho más.

Una de las cosas que le dije a papá es que cuando comenzara a ganar dinero y veía que mi trabajo era estable y seguro, entonces él y mamá dejarían los suyos. No creo que hubiese ganado lo mismo en el hospital que con el equipo.

Trabaje duro porque quería quedarme. Cuando me ofrecieron un puesto, no dude en aceptarlo.

Dos meses después, les llamé a mis padres y les di la noticia. No quise apresurarme porque no deseaba traer mala suerte. Opte por esperar un tiempo. Cuando vi, que todo era seguro, fue que se los dije. Mande dos boletos de avión para que vinieran, los invite a ver a los chicos jugar, les presente a Amber y a alguno de ellos y después los lleve a cenar.

Fue ahí, cuando le recordé a papá la promesa que le había hecho.

Ahora, son una pareja que viaja como si fuera su luna de miel. Han viajado mucho más que yo, y eso, que constantemente viajaba con el equipo.

Termino de ver la última foto, y es que llamo a mis padres. Papá contesta. Mi mente se imagina todo tipo de cosas, cuando lo hace agitado.

—¿Interrumpo algo?

—No... Nosotros... Tu madre— toma aire—, corrimos para tomar un autobús. Tu madre está enamorada del lugar y quiere disfrutarlo por completo.

—No seas un viejo cascarrabias y complace a tu mujer esposa que se cree tiene mi edad.

—Estoy justo a su lado. Puedo escucharte.

—Lo sé. Espero estén disfrutando. No sé preocupen por mí y sigan con su larga luna de miel.

—¿Viste las fotos que te envié?

—Por supuesto. Planeo sacar algunas y colgarlas en la pared ¿Han tenido algún problema?

—Todo sigue siendo maravilloso. Acertaste en tus elecciones y el plan turístico que nos hiciste nos está encantando.

—Me alegro. Pero yo no lo hice, papá, solo lo escogí de una agencia de viajes. Aun así, es bueno escuchar que les ha encantado.