Fuera del Juego (#2 Golden State)

Capítulo Trece: Las cosas cambian, nosotros no.

Charlotte.

Octubre 8, 2017.

Oakland, California.

Pensar que las cosas iban a permanecer como cuando me fui fue un pensamiento muy estúpido de mi parte.

Muchas cosas cambiaron durante los meses que estuve lejos del equipo. Cuando me fui tenía poco conocimiento de la relación de Amber con su madre. Mi mejor amiga me ha puesto al tanto de lo que ha sucedido.

Entre esas cosas, está la apertura de la repostería de la señora Rimes al que nombró Alucinación.

Está muy claro que Steven influyo mucho en el nombre.

Es mi primera vez yendo al lugar y también es la primera vez que la veo en mucho tiempo.

—Nunca me imaginé que tú madre abriría algo como esto.

—Soñaba con ser repostera desde niña, pero cuando tuvo que hacerse cargo de mí, tuvo que enfrentarse a la mente cerrada de papá lo que la obligó a dejar sus sueños a un lado — se escucha y luce triste mientras lo dice.

Resulta que Laura Rimes es en realidad su tía, su verdadera madre falleció durante el parto. El amor que Laura sentía por su hermanastra era tan grande que decidió quedarse a lado del machista de su cuñado y criar a la pequeña Amber, siempre y cuando fuera bajo sus condiciones.

Jesús. Que feliz me hace saber que ambas están lejos de aquella mente cerrada. De solo recordar lo que Amber me contó tengo muchas ganas de golpear al tipo.

Es tan frustrante.

—Oye — doy un apretón sobre su mano —. No pienses lo que fue, solo enfócate en lo que es y planea lo que será. Tu madre tuvo que parar un poco. Lo sueños siempre pueden hacerse a un lado por un momento siempre y cuando no los abandones. Ahora va a pisar el acelerador para no detenerse.

—Tienes razón. Mamá está feliz ahora y es lo que más importa.

—Ambas están felices ahora, eso es lo que más importa.

Siento el auto detenerse, lo que significa que hemos llegado.

—Oye, este lugar está cerca del lugar donde los chicos se hacen tatuajes.

—Si. Brice le está rentando a mi madre este espacio.

Dado que no puede manejar debido a su embarazo y yo no puedo manejar debido a mis miedos, nos tuvo que traer uno de los guardaespaldas de Steven.

Le tiendo mi mano para que pueda bajar.

Verla embarazada es un cuchillo que se clava cada vez más profundo en mi interior. Es mi mejor amiga y por eso me mantengo a su alrededor, pero es imposible para mí, no sentir cierto sabor amargo cada vez que la veo.

Sé que evita hablar sobre su embarazo frente a mí para no lastimarme, lo cual me hace sentir como una mala amiga porque sé lo emocionada que debe sentirse.

Yo tuve solo un mes y medio a mi bebé y era la mujer más feliz del mundo. Amber lleva casi siete meses. La felicidad que debe estar sintiendo por casi tener a la bebé entre sus manos no debe tener comparación.

Debí quedarme aquí. Debí haber enfrentado a Kayden en lugar de huir por temor a lo que pudiera decirme o pedirme.

De haber permanecido, en estos momentos tendría a mi bebé en mis brazos.