Capítulo Doce: La realidad es aterradora

82 11 2
                                    




Kayden

Octubre 3, 2017.

Oakland, California.




Tengo vagos recuerdos de mi infancia. Hay algunos que son claros y otros de los que solo tengo algunas partes. Pero sin duda los que son más claros son aquellos en los que veía a mi padre entrenar baloncesto.

Le gustaba llevarnos a mis hermanos y a mí, y a nosotros nos encantaba asistir. Sentía estar gozando de un privilegio que no todos tenían ¿Qué fanático no sueña con ver entrenar a sus más grandes estrellas?

Yo podía hacerlo. Incluso podía jugar y bromear con ellos. En ese momento no sabía si me dedicaría a una carrera deportiva profesional como mi padre. Me encantaba verlo y me divertía al practicarlo, pero que algo te guste no quiere decir que vayas a dedicarte a ello. No todo nos gusta de la misma manera.

No asistíamos todo el tiempo, pero de las veces que fuimos, nos tocó ver diferentes entrenamientos, no porque los ejercicios fueran diferentes, sino porque la actitud de los jugadores lo era.

Recuerdo en una ocasión en la que uno de los compañeros de papá entreno hasta partirse el trasero.

¿Qué significa eso?

Que entreno hasta que no les quedará duda a sus huesos que por cada movimiento que hicieran el dolor sería insoportable.

Era claro para todos, hasta para un niño de cinco años. Podía verlo en su rostro, el cansancio estaba ahí, pero el enojo, la furia sobresalían aún más. No se detendría hasta que el entrenamiento terminara.

Cuando le pregunté a papá porque es que llevaba a su cuerpo hasta ese límite me dijo que estaba teniendo problemas en casa y que esta era su manera de sacar toda la frustración que tenía contenida: reventarse hasta que su mente se olvidará de ello y se enfocara en el dolor producido por el ejercicio.

Le pregunté si era igual para él y me dijo que dependía del tipo de emoción que estuviera sintiendo. Con forme fui creciendo entendí mejor a lo que se refería.

¿Qué hago cuando busco distraerme de algo?

Normalmente prefiero jugar videojuegos, ajedrez o salir a pasear con Rocko a la playa, pero como papá dijo "todo depende del tipo de emoción que estés sintiendo"

¿Cuál es la emoción que estoy sintiendo?

Enojo, rabia, furia, desesperación, frustración.

¿Qué es lo que hago para distraerme en estos casos?

Entreno.

Entreno hasta el cansancio.

Encesto el ultimo tiro de la tercera estación y corro a la que sigue. Mis brazos y muñeca arden con cada movimiento que hago hacia el aro. No fallo ningún tiro, repito la misma técnica en la última estación deteniéndome solo cuando el décimo balón sale de mis manos.

Mis brazos y muñeca arden aún más cuando están detenidas que en movimiento. Mis piernas también arden. En estos momentos soy lo más cercano a una antorcha humana.

—¡Ahh! — escucho el grito de Steven del otro lado de la cancha.

—Lo siento, Steven ¿Estás bien? — Drake intenta tenderle la mano, pero solo consigue que la aleje con un golpe.

Fuera del Juego (#2 Golden State)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora