19- Mataría por follarte ahora mismo.

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- lo siento mucho- dijo ella con un tono de dulzura.

- ¿Porque te vas?- pregunté algo confundida.

Ella acarició mi cabeza un par de veces y si hablar salió de la habitación.

Me sentí bastante mal por eso.

Pero dentro de unos segundos ya no sentía nada, no sentía tristeza por eso.

Estaba enojada, se fue y nos dejó. Es mala. No controlaba mi rabia en ese momento.

Y tome la lámpara de la mesa que tenía a el lado de la cama.

Entonces...

Desperté en ese mismo momento

Mi corazón estaba acelerado por este sueño que a mí me parece pesadilla.

No quiero recordar eso y que mi mente lo ponga en mis sueños hace que se me remueva el estómago.

Me pare de la cama y me metí al baño. Allí limpie mi cara y me mire al espejo algo confundida. ¿Porque tenía este sueño?.

Me mire por unos segundos más y fue imposible no pensar en mí familia. Mi padre ese hombre canoso que a pesar de todo el daño y todas las cosas malas que me hizo y que hizo a los demás, lo amo con todo mi corazón porque él fue el que me crío pocas veces y con el que me sentía segura de alguna manera muy tonta, el y sus ojos azules, el era muy atractivo y por eso mi madre se acerco a el. Aunque mi mamá no se queda atrás, ella era la mujer más dulce de todo el mundo, tenía una piel pálida hermosa y teñida de rojo en los pómulos y su cabello pelirrojo corto, ella era muy manipuladora de una manera tan dulce que te convencía de cualquier cosa con solo ponerte cara de perrito abandonado. Jamás olvidaré a mis padres pase lo que pase, ellos me dieron la vida y me dieron todo lo que tengo.

Me vi interrumpida por un golpe en la puerta.

- Hija, ¿Estás ahí?- mi padre hablo con suavidad.

- Si papa, ya salgo.

Mire mi rostro por última vez y acomode mi cabello par salir.

Vi a mi padre parado con una sonrisa.

- ¿Donde esta mi hija favorita?- me abrazó de repente.

- Ehh... hola- lo saludé.

- Y adiós, ya tengo que ir, pero te llamaré y estaré pendiente de ti- me besó la frente.

- Okey papa...

- No olvides a Eric y no salgas sin el de casa.

- Está bien, papa, tranquilo- lo calme.

Ambos bajamos las escaleras de la casa y salimos por la puerta, donde estaba dos camionetas.

- Adiós, angelitos- me dijo.

- Adiós, papa- le sonreí y subio a una de las camionetas.

Entre de nuevo a la casa y en un segundo supe que los chicos no estaban adentro. Admito que aun sabiendo los busque pero como supuse no estaban.

Toque la puerta de la habitación donde Elizabeth se quedaba y ella abrio.

- Buenas noches, Sophie- me saludo.

- Hola, Elizabeth- sonreí y ella hizo un gesto para que entrara a la habitación.

- Caleb y Jonh no están, me pidieron que le dijera que estarían en el bosque- me avisó.

- ¿Bosque? ¿A que?- pregunté.

- No lo se...

Asentí.

Nuestro peligroso amor +18 (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora