Un mes para enamorarme, una vida para amarte.

Gargantilla

Feliz navidad a todos!

PD: Este capítulo lo publique el mero 25, perdonen por apenas ponerlo aquí. Se suponía que primero actualizaría aquí y luego en AO3 :'v

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Lo cierto es que Kyojuro cada vez que sale del nido lo siente incompleto, tiene que poner más de su ropa en lugares donde siente que esta vacío y reacomodar las prendas que Tanjiro ha puesto. Recuerda que los omegas suelen ser muy quisquillosos con sus nidos, si alguien mueve algo, los omegas seguramente lo pondrán en su lugar que querían o lo moverán a otro.

Kyojuro nunca había oído de alfas haciendo lo que él y se pregunta internamente si debería preocuparse de eso. Pero al poner cosas que le gustan o que siente que van bien con el nido, la necesidad de agregar desaparece y se siente contento una vez más. Ha llegado a un acuerdo donde: si no es peligroso, no debería cambiarlo.

Un cuervo había llegado temprano para solicitar a Tanjiro en una misión cercana, a casi media hora de camina saliendo del distrito que vigila, mientras que su propio cuervo llegó con una carta para volver a reanudar su vigilancia de rutina por las noches en su distrito.

Kyojuro suspira mientras deja de lado una de las crónicas de anteriores Pilares de la Llama en el suelo y mira a la hermana demonio de Tanjiro que esta dormida en el nido, Tanjiro decidió dejarla y tanto Senjuro como él se comprometieron a cuidarla en lo que el omega regresaba. La portada de la crónica en el suelo parece burlarse de él porque es uno de los pocos registros que su padre no alcanzó a romper, pero hasta ahora, no hay ninguna información sobre el aliento solar que está practicando Tanjiro.

Si bien Kyojuro ha visto la danza completa y puede ver las similitudes con su propio aliento, esta en ceros sobre como puede saber más. Una de sus opciones es tratar de reparar los escritos rotos con ayuda de Senjuro.

Y la otra, es preguntar directamente a su padre.

No ha interactuado con su padre más allá de traer su comida y desearle buenos días o buenas noches. Él tampoco ha salido de su habitación mas que para ir al baño y traer sake.

En cantidades muy pequeñas.

Para Kyojuro, era normal ver a su padre con botellas de casi un litro de sake en su mano, fue normal cuando su madre murió y su papá llevaba alcohol a sus misiones; y fue normal mientras los años pasaban y tanto él como su hermano crecían con el aroma a alcohol de su padre en su casa, opacando por completo su anterior aroma.

Kyojuro ya no recuerda como su padre olía antes de beber para aliviar su dolor.

Por eso, el ver que ahora sus botellas ya no son de ese tamaño, lo hace sentir extraño. Respirando de forma profunda y después de un debate consigo mismo sobre si es una buena idea preguntar sobre esto a su padre, decide que no tiene mucho que perder y todo que ganar.

Lo peor que podría pasar, es que su padre se enoje y vuelva a su rutina de beber. No pelearían, el supresor del día anterior aun tiene efecto sobre Kyojuro, esta seguro que no puede salirse de control.

Kyojuro se queda mirando por un rato el shoji de su padre, la puerta de papel parece ser lo más interesante de todo el lugar repentinamente y por un momento, piensa que aun puede retroceder e irse a comenzar su vigilancia a pesar de que aun el sol no se ha puesto.

"Estoy seguro de que tu padre te ama, Kyojuro."

Su madre no crio a un cobarde ¿Verdad?

—Padre, ¿Puedo pasar?

No hay respuesta. Kyojuro espera unos segundos antes de deslizar la puerta y revelar que su padre, al igual que la última vez que lo vio, estaba dándole la espalda. Kyojuro mantiene su respiración de forma uniforme, controlada. Puede luchar contra tantos demonios y no sentir miedo, pero hablar con su padre lo pone de nervios.