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—¿No son casi diez horas de viaje, Minho?

—Tal vez, pero podemos intercambiar quien conduce y así.

—Vamos, Minnie, ¡hace mucho no vas a vacacionar con nosotros! —Jisung pestañeó repetidas veces mientras miraba al menor, haciéndolo reír.

—No lo sé, chicos, no quiero ser...

—Te estamos invitando, no vas a interrumpir nada entre nosotros, es un viaje de amigos, Minnie. –Minho suspiró luego de interrumpirlo. —Además, muchas veces dijiste que querías ir a palais Longchamp, puedes ir con nosotros.

—Minho, ni siquiera tenemos auto, ¿cómo vamos a conducir hasta allá? —rió con ganas dirigiendo su mirada a Jisung, y lo miró confundido cuando levantó sus cejas repetidamente.

—Eso es porque Hyunjin irá con nosotros y él tiene auto, tonto.

Seungmin enrojeció y carraspeó, cruzando sus brazos mientras se hundía más en su cama, rodando sus ojos.

—¿Cuándo nos vamos?

—Vaya, qué fácil fue convencerte. —Minho rió y se estiró un poco sobre el escritorio del menor, levantándose y sacando la maleta de su amigo del clóset. —Mañana, empaca para dos semanas.

—¡Voy por ustedes, no por Hyunjin!

—Seungmin, ninguno de nosotros insinuó eso. —Jisung tapó su boca al reír y se estiró sobre la cama del menor, recostando su cabeza en el muslo de él. —Pero vas a tener que hablarme sobre lo que tienes con Hyunjin.

—No hay nada entre él y yo, Sung.

—Y si lo hubiera, tendrías que hablarme a mi, ¡yo soy tú mejor amigo! —Minho frunció el ceño.

—Ay, callense ustedes dos, no pasa nada con Hyunjin. —Seungmin bajó una de sus manos hasta la cabeza del contrario, acariciando su oscuro cabello. — Solo ha pasado una semana desde la fiesta, no lo conozco tanto.

—¿Y eso qué? —Minho tiraba sin parar varios pantalones y camisas del menor dentro de la maleta blanca, y los dos en la cama lo miraron con curiosidad. —Vamos a viajar a otra ciudad donde nadie nos conoce, si a tus amigos no les interesa el poco tiempo, allí menos va a importar.

Jisung cerraba sus ojos mientras escuchaba la voz de su novio, intentando mantenerse despierto, pero Seungmin aún dejaba caricias en su cabeza, haciéndoselo más difícil.
Y el de cabellos violeta lo hacía a propósito, ya que intentaba dirigir su atención a otra cosa que no fuera las ideas de su amigo.

—No estoy entendiendo.

—Minnie, te conozco, aunque no quieras aceptarlo hay algo con Hyunjin.

Minho suspiró y dejó de desordenar la habitación, fue hasta la cama y agarró la mano libre de su amigo. El menor miró hacia abajo, encontrándose a un dormido Jisung; estaba dispuesto a ignorar al mayor cuando recibió la fulminante mirada de Minho, entonces suspiró.

—Seungmin.

—Ya dije que iría con ustedes.

—Seungmin, sabes que no es por eso.

—¿Qué, Minho? Estoy cansado, quiero dormir.

—¡Kim Seungmin! —frunció el ceño luego de soltar el pequeño grito, entonces suavizó el tono de su voz cuando el contrario se calló. —No te cierres a sensaciones nuevas, Minnie, deja de sabotearte a ti mismo y comienza a ver más allá de tú nariz. Sé que tienes miedo, Hyunjin no se quedará para siempre y te asusta el hecho de que tenga que irse.

—Minho, ya...

—No, esta vez vas a escucharme, —presionó un poco el agarre de sus manos provocando que el oji miel porfin lo mirara. —a Hyunjin le gustas, Minnie, y pareces ser el único que no se da cuenta de que a ti también te gusta.

temporary.   | hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora