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El Palacio de Longchamp, en francés, Palais Longchamp, durante años tenía su propio lugar en la cabeza de Seungmin.
Era uno de la lista de lugares a los que el menor siempre quiso visitar, pero nunca se le había dado una oportunidad.
Justo ahora, luego de una semana casi molestando a sus amigos porque quería conocer el lugar, porfin se encontraban en la pequeña fila que se formaba en la entrada principal donde cada persona pagaba por un ticket de turistas, para poder entrar sin muchas restricciones al lugar y poder explorar durante todo un día.

Seungmin estaba encantado, mirando todo a su alrededor con tanta admiración, que los demás se preguntaron si no estaba enamorado del lugar.
Aunque no mentiríamos si dijéramos que sí lo estaba.

Las columnas blanco hueso estaban por todas partes, formando puentes y pasillos alrededor del jardín delantero, donde reinaba una laguna, no era tan grande, ni tan profunda, pero aún así en el agua se podía ver algunos peces de tamaño diminutos, casi del porte de una uña humana.
El jardín se mantenía en tonos verdes que llamaban la atención a kilómetros, pues el palacio se encontraba en el centro de Marsella, pero el barrio donde estaba situado no tenía muchos lujos de los que presumir; los árboles grandes y bastante frondosos dejaban perímetros de sombras donde varias personas se encontraban recostadas o sentadas en el pasto, y dibujos con flores llamativas de diferentes colores.

El jardín se mantenía en tonos verdes que llamaban la atención a kilómetros, pues el palacio se encontraba en el centro de Marsella, pero el barrio donde estaba situado no tenía muchos lujos de los que presumir; los árboles grandes y bastante fron...

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—No creo que necesitemos una persona de guía, ¿no? Tenemos a Seungmin. —habló Minho, y Jisung daba un saltito riendo y asintiendo en respuesta.

—Es cierto, tenemos a Minnie, él sabe todo sobre este lugar; ¿verdad, Minnie?

El oji miel rió y asintió en silencio, más concentrado en mirar a sus lados.

Luego de estar algunos minutos fuera esperando, porfin pudieron entrar y dar una pequeña vuelta alrededor del agua, dirigiéndose al puente y subiendo las escaleras; los presentes miraban a sus costados, soltando algunos comentarios de fascinación por cada planta que se encontraba allí. Y por la emoción del momento, Seungmin tiraba de la mano de Hyunjin, entrelazando sus dedos con los del mayor y llevándolo consigo casi corriendo.

Minho y Jisung también tomaban sus manos, pero también miraban a la pareja frente de ellos, sonriendo satisfechos.

Era verdad que ya había pasado una semana desde que llegaron a Marsella, y la mayoría de días el mayor de todos y su novio salían a todas partes a hacer compras, incluso Minho había gastado casi quince dolares en comprar cuatro pares de unas pantuflas que tenían estampados de gatitos, con la excusa de que el grupo de amigos debían usar zapatos a juego.

Seungmin paró en seco luego de unos segundos, con su cabeza inclinada hacia atrás y sus ojos clavados en las gigantes estatuas situadas al final y centro del puente, donde caía agua como una delicada cascada; Hyunjin chocó su pecho con la espalda del menor, y al ver que no se inmutó, se posicionó a su lado otra vez y miró lo mismo que él. Los dos en silencio, acariciando con sus dedos la mano contraria y una pequeña sonrisa en sus labios.

temporary.   | hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora