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Soy feliz contigo
Lo vuelvo a decir
Quédate conmigo
Y empecemos a vivir

Tú eres el motivo
Cada amanecer
Viento de mis velas
Capitán de mi querer

veintiocho de febrero.

El invierno en Francia usualmente es frío, aunque hoy podríamos decir que incluso el clima se había puesto de acuerdo con el destino de nuestra pareja, pues el ambiente estaba más gélido de lo normal, el cielo se pintaba de un azul profundo y opaco, las nubes grises tapaban la luna dejando una iluminación bastante triste; las personas caminan por las calles tapadas con largos abrigos y guantes en sus manos, algunos usaban bufandas largas y elegantes, y los pequeños usan gorritos de lana de colores brillantes o llamativos. Tal era el caso de Seungmin, con un gorro de lana y unos guantes de colores verde, un suéter del mismo color y un abrigo largo de color lila que pertenecía a Hyunjin, quien solo usaba una bufanda y abrigo azules. 

Ambos se encontraban en la misma cafetería frente el Museo D'Orsay de hace unos días atrás, solo que ahora el mayor había pedido un pastel con mango, tratando de animar un poco más su ultima noche. Los dos se mantenían en silencio, cada uno mirando fijamente sus apodos inscritos en el candado dorado sobre la mesa.

Hyunjin por fin rompió el silencio, soltando un suspiro sonoro que hizo al menor levantar su vista del pastel y dejarla en él.

⎯Sabes que te amo, ¿verdad?

⎯Hasta que las estrellas se apaguen, lo sé, mon prince. ¿Por qué me preguntas? 

El mayor negó con su cabeza y volvió a suspirar, estirando sus manos libres hasta el candado y tocándolo con suavidad. ⎯Me gustaría quedarme contigo, poder abrazarte cuando llores y secar tus lágrimas con ternura, poder cantar tus canciones favoritas cuando tengas miedo y no logres dormir... poder tenerte siempre en mis manos y cuidarte con todo mi corazón, mon amour.

⎯Ya hablamos de esto, Hyunjin... ⎯suspiró mostrando una sonrisa triste, al mismo tiempo que empujaba el plato vacío y dejaba sus manos sobre las del mayor, tomando también el candado. ⎯¿Te sientes inseguro por lo del candado? si no quieres hacerlo ya sabes que podemos irnos.

Hyunjin lo miró a los ojos durante un rato que se les hizo eterno, pero solo pudo sacar su billetera y dejar dinero sobre la mesa para luego tomar la mano de Seungmin y el candado, arrastrándolo hacia afuera de la cafetería.

⎯Quiero hacerlo, estoy seguro.

⎯Es bueno escuchar eso. ⎯el pelinegro sonrió mientras apresuraba un poco su paso para alcanzar al mayor.

Siguieron caminando por unas cuantas cuadras más hasta llegar al principio del puente, avanzaron sin parar hasta que llegaron al extremo donde se veía el candado de sus amigos, se acercaron a la barandilla y se quedaron allí un momento en silencio.
Hasta que Seungmin habló, observando al cielo.

⎯No sé qué hice para que llegaras a mi vida e iluminaras todo con tu luz y haciéndome feliz, llegaste en el momento justo a salvarme; eres el chico más hermoso y lleno de energía que he visto.

⎯Me vas a hacer llorar, Minnie.

⎯¿Recuerdas que mamá te dijo que mi padre era coreano?

⎯Lo hago, incluso me mostró una foto de él, realmente tienes sus rasgos.

Seungmin suspiró y se quedó en silencio durante unos segundos, y antes de volver a hablar apretó la mano del mayor. ⎯Hay una palabra coreana que él me enseñó, se llama Jung: es la conexión entre dos personas que no puede borrarse, incluso si llegaran a odiarse siempre sentirán cariño en sus corazones. ⎯soltó al mayor para agacharse y abrir el candado, rodeando una de las rejillas y cerrándolo después; al levantarse sintió los brazos de Hyunjin rodear su cintura y apegandolo a el con cariño. ⎯Tú y yo tenemos jung, una parte de nosotros siempre vivirá en el otro, sea cual sea el tiempo que pase; siempre voy a esperarte, Hyunjin, y estoy seguro que nadie logrará hacerme sentir como tu lo hiciste. Gracias por darme el invierno más bonito de mi vida.

⎯Siempre serás mi único jung, Minnie. ⎯encajó su mentón en el hombro del menor y dejo un suave beso en su mejilla, para luego tomar sus manos y acercarse juntos a la barandilla, dejando caer la llave al agua de abajo.

Tengo el horizonte en tu mirada
Tengo en mi futuro tus mañanas
Tengo una canción por empezar
Sin tu melodía no soy nada

Tengo el horizonte en tu miradaTengo en mi futuro tus mañanasTengo una canción por empezarSin tu melodía no soy nada

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la canción usada para este capítulo se llama empecemos a vivir de gian marco y carlos rivera.
espero y les haya gustado este capitulo, ya nos queda solo el final y algunos extras que les tengo de regalo por seguir aquí y apoyarme, gracias. <3

temporary.   | hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora