01

4.4K 335 590
                                    

Durante toda la noche, en casa de las Jiménez hasta que la casita fuera reconstruida con ayuda del pueblo, en la mente de Mirabel sólo rondaba una cosa, un muchacho en realidad
Todo el día anterior se la había pasado junto a él, Julio Hernández, mientras cuidaban de unos niños a quienes les encantaba jugar a esconderse de ellos

Durante toda la noche, en casa de las Jiménez hasta que la casita fuera reconstruida con ayuda del pueblo, en la mente de Mirabel sólo rondaba una cosa, un muchacho en realidad Todo el día anterior se la había pasado junto a él, Julio Hernández, m...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ante sus ojos Julio nunca había sido más que un muchacho amargado con el que no tenía interacción alguna de ningún tipo, si sabía su nombre era sólo por boca de alguien más

Además de que aparentemente el chico anteriormente cortejaba a la novia de Camilo, Mirabel no tenía ni idea de que más hacia Julio
En su tiempo compartido sólo pudo anotar unas pocas cosas

1° Le gustaba cocinar, y era bueno en eso

2° Es atento con los niños, su cara y actitud los asusta

3° Sabía montar a caballo, ella también

4° Es muy gentil con las personas que necesitan apoyo, no la juzgo cuando la vio llorar

Aún el recuerdo le provocaba vergüenza, el como Julio la había tomado del rostro de una forma tan delicada mientras secaba sus lágrimas y mostraba una genuina sonrisa para calmarla, fue comprensivo, algo que durante mucho tiempo no le habían mostrado -más que sus padres- casi siempre era molesta la presencia de la Madrigal sin don, incomodando a todos a su alrededor, pero no con Julio, no, a él le desagradan todos por igual

-¿Todo bien Mirabel? -Su amiga Jiménez la veía al otro lado de la mesa, junto a Camilo quien devoraba su desayuno

-Si claro, ¿Por que? -Trato de sonar natural mientras sonreía falsamente, esto no convenció a nadie

-¿Necesitas hablar? -Isabela puso una mano sobre la suya, ella la había apoyado antes así que estaba dispuesta a devolver el favor con su hermana menor, eso la alegro

-En serio estoy bien -Dejo su plato casi sin tocar y se levantó de la mesa- Sólo necesito ir a un lugar, los veré luego -Se despidió

Era temprano por la mañana y muchos al igual que en la casa Jiménez estaban teniendo su desayuno con la familias antes de empezar un arduo día de trabajo en la reconstrucción de la casa Madrigal, un día más trabajando con alguien de su edad para labores como cocinar, limpiar, pintar o cuidar de niños y ancianos
¿Trabajaría una vez más con Julio?

Sin haberlo pensado mucho terminó llegando a la casa Hernández, donde su tía Pepa, su tío Félix y Toñito se hospedaban, pero que también era el hogar de Julio

Toco tres veces y espero a que abrieran, Julio la recibió con su semblante de siempre, poco alegre

-Si vienes a devolver a Camilo te cerrare la puerta en la cara -Amenazó él, no soportaría nunca más al hiperactivo adolescente que no cerraba la boca ni en la madrugada cuando otros intentaban dormir

-Nop -Sonrió mientras pasaba la mano por la correa de su bolso- Permiso -Se deslizó por su lado y entró a la casa

-Nop -Sonrió mientras pasaba la mano por la correa de su bolso- Permiso -Se deslizó por su lado y entró a la casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¡Mirabel! -Toñito entusiasmado se levantó en su silla para saludarla, los demás también sonrieron al verla

-Mirabel que sorpresa -La señora Hernández le indicó con un gesto de manos que se acercará a la mesa con ellos

-Más que nada por la hora -Julio se quejo, recorrió una silla para que Mirabel se sentará, luego la acercó a la mesa- ¿Comiste al menos? -También le puso un plato y un vaso al frente- Tienes los lentes empañados -Le pasó una servilleta, luego se sentó en su lugar para continuar su desayuno

-¿Camilo no te dejo comer? -Pepa rebanaba su comida preocupada de que su hijo estuviera causando problemas, Mirabel negó con gracia

-Sólo quise pasar a ver mi Toñito -Le hizo cosquillas al niñito a su lado

-Aja -Julio la cuestionó, mientras bebía de su café

-Cree lo que quieras -Le sonrió, sin duda era un amargado- Dios -Saboreo el panecillo relleno que se había servido- Esto es delicioso

-Come con cuidado, ayer te lo dije -Con las cejas juntas Julio volvió a limpiar sus labios con una servilleta, molesto de que Mirabel fuera poco cuidadosa, los demás sólo los veían atentos

-Señora Hernández cocina delicioso -Mirabel comía con entusiasmo, tal vez era el hambre por desayunar algo tarde pero sin duda sabía delicioso

-Gracias linda -Se rió la mujer mientras veía a su único hijo- Pero fue Julio quien los hizo

Cuando Mirabel lo miro se encontró con un muchacho tímido con las mejillas rojas, se había avergonzado de los halagos de la chica, no estaba acostumbrado a que la gente se entere de su talento en la cocina
Por primera vez desde que lo conoció lo vio como realmente era, un chico con sentimientos y emociones ocultos del resto del mundo, a excepción de sus padres que parecían acostumbrados a su timidez

-¿Por qué no te unes al grupo de cocina? -Entre los ayudantes en la reconstrucción había un grupo que se concentraba en hacer la merienda para aquellos que ayudaban a los Madrigal, si Julio tenía talento ¿Por qué no unirse a ellos?

-Paso -Dijo sin mas, no parecía realmente interesado

-¿Prefieres volver a cuidar niños conmigo? -Julio detuvo sus movimientos, pensando un momento en lo que implicaba estarse con Mirabel otra vez

-Cocinare -Anunció sin mas, volviendo a lo suyo, Mirabel sonrió satisfecha

-Bien entonces hoy nos toca cocinar -Ella se levantó de la silla, tomando a Julio del brazo para llevarlo fuera de una vez

-¿Que? -Cayó en su trampa, ahora una vez más hacia equipo con ella


Fuerza Julio

°•Jurabel•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora