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Aún de noche en la casa Madrigal pese a haber terminado ya con todo lo pendiente por recoger, Mirabel seguía en la cocina contándole a su madre una y otra vez todos los minúsculos detalles que contenía su regaloJulieta solo podía sonreír sin oport...

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Aún de noche en la casa Madrigal pese a haber terminado ya con todo lo pendiente por recoger, Mirabel seguía en la cocina contándole a su madre una y otra vez todos los minúsculos detalles que contenía su regalo
Julieta solo podía sonreír sin oportunidad de hablar, feliz de ver a Mirabel tan entusiasta

-Julio parece un buen muchacho -Julieta disfrutaba de la charla con su hija, era la primera de sus hijas que tenía una plática sobre algún muchacho con ella

-Es el mejor, él siempre sabe lo que yo.. -De pronto un recuerdo llegó a su cabeza- Ay no, ay no, ay no

-¿Que sucede linda? -Se preocupo por el repentino cambio de Mirabel

-Le dije a Julio que era un idiota -Se sujeto el cabello revuelto mientras pensaba en las duras palabras que soltó sin pensar minutos antes

-Ay linda -Comprensiva su madre le dió un abrazo- Se lo difícil que es decir algo malo sin querer al chico que te gusta

-¿Al chico que me qué? -Con los ojos muy abiertos Mirabel miro a su madre con confusión por esas palabras

-¿Que no es así? -A Julieta le desconcertaba que Mirabel no se hubiera dado cuenta todavía de sus sentimientos- Ay mija

-¿Que no es así? -A Julieta le desconcertaba que Mirabel no se hubiera dado cuenta todavía de sus sentimientos- Ay mija

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-¿A mí me gusta..Julio? -Su madre soltó una leve risa, a sus ojos Mirabel aún era una pequeña niña inocente

-Mi vida hermosa -La abrazó con fuerza, apoyaría su pequeño romance que recién florecía

-¿Que se supone que debo hacer ahora? -Sus problemas jamás habían incluído a algún muchacho, excepto por la vez que lanzo a Camilo por las escaleras

-¡Tengan una cita! -Como un buen padre, Agustín intervino en la conversación que secretamente estaba escuchando, ninguna se sorprendió al verlo aparecer

-Ya hemos tenido citas -Puso mala cara de que no recordara cuántas veces Julio lo saludaba al ir por ella- En plural, citas, varias de hecho

-¿Y no sabías que te gusta? -Julieta suspiro, Mirabel salió tan despistada como su padre, y de no ser por Julio también terminaría tan lastimada como él

-Solo se tu misma, no hay mejor forma de conquistar a alguien -Aconsejo su madre, después de todo el muchacho parecía tenerle aprecio a Mirabel incluso sin tener que actuar diferente a como era

-Dios esto será más difícil que salvar al milagro -Se despidió de sus padres con un beso en la mejilla, yendo directo a dormir, le esperaban largos días tratando de entender sus sentimientos

[...]

¿Estaba enojado? Quien sabe, Mirabel no se atrevía a preguntar, solo se mantenía recargada sobre la valla del corral mientras veía la espalda de Julio al momento que trabajaba con el heno ¿Por qué todos los días tenía que trabajar? Tal vez luego lo llevaría para charlar con Luisa, ella sabía sobre eso

-¿Cuánto tiempo estarás mirándome, Madrigal? -No era necesario que volteará para saber que  ella se encontraba ahí

-No, es solo que no quiero interrumpir -Su voz la tomo desprevenida, ahora que era más conciente de sus sentimientos se sentía bastante nerviosa estando cerca suyo

-¿Tú? -Dejo caer una gran paca sobre las otras que ya llevaba hechas- Mirabü -Hablo con sarcasmo al decir aquel apodo que había escuchado de su mejor amiga Jiménez- Tu haz, literalmente, interrumpido mi vida desde hace más de medio año -Se acerco hasta donde ella conforme hablaba- Ahora dime ¿Que quieres?

-¿Estás molesto? -Julio dió un paso atrás al ver el triste rostro de Mirabel, su mala actitud estaba sobrepasando los límites

-No -Solto un suspiro, arrepentido de su comportamiento- Perdona, no debí hablarte así -Acomodo un mechon de Mirabel detrás de su oreja

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-No -Solto un suspiro, arrepentido de su comportamiento- Perdona, no debí hablarte así -Acomodo un mechon de Mirabel detrás de su oreja

Su mano acarició con delicadeza su mejilla, los ojos de Mirabel brillaban bajo aquellas gafas verdes, tan hermosos como de costumbre hipnotizaron a Julio
El corazón de Mirabel latía a más no poder al sentir el calor de la mano de Julio en su rostro, y esa mirada penetrante que la volvía loca

-Mirabel -Como amaba cuando él decía su nombre tan confiado

-¿Si? -Embobada le costaba trabajo prestar atención a algo que no fueran los ojos del chico

-¿Que estás haciendo? -Parpadeando varias veces recobro la compostura y se dió cuenta de lo que hablaba

Sin darse cuenta había sujetado los hombros de Hernández, y de puntillas levantaba ligeramente su cuerpo acercando su rostro peligrosamente al de él
Se aparto tan ágil como un gato, bajo la atenta mirada de Julio quien no la perdía de vista, con los labios ligeramente abiertos y un leve sonrojo en sus mejillas

-Termino en una hora, te veré luego -Se apartó de la valla, inquieto quería evitar cometer alguna tontería

Mirabel y él no tenían una relación amorosa, jamás le haría algo sin la certeza de que ella no se arrepentiría luego, incluso si se tratará de un simple beso

°•Jurabel•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora