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No dejaba de mirar el techo como si viéndolo las ideas en su cabeza se aclararán, era de madrugada y sus ojos se negaban a cerrarse mientras en su mente una sola cosa rondaba, o más bien una persona, alguien de quien creyó que se habría librado una vez que la construcción de la casita terminará de una buena vez, pero no fue así, no era fácil quitarse de la cabeza a Mirabel Madrigal

Dos meses habían pasado desde que concluyeron la construcción, los dones habían vuelto y la casita estaba tan viva como siempre, Mirabel y él ya no tenían por que reunirse más, no tenían amigos en común, pasatiempos y en la escuela -el poco tiempo que iban- estaban en grados diferentes, por un tiempo sintió eso como un alivio por poder tener más tiempo a solas sin que lo pusiera a bailar cada cinco minutos pero tras un tiempo con su antigua rutina comenzó a echar de menos esa animada actitud de aquella chica que revoloteaba casi a diario a su alrededor

-Debes estar loco Julio Hernández -Se apretujo contra una almohada, gruñendo frustrado - Completamente loco

Por la mañana se levantó sin energías, su desayuno aún relucía intacto sobre su plato, sobre la mesa acompañado de sus padres quienes obviamente habían notado su extraño comportamiento que había presentado los últimos días

-Julio, mi niño -Su madre llamo su atención- ¿Hay algo que te inquiete?

-Mamá.. -Lo pensó un minuto más de seguir- De alguna forma creo que..no me gusta no estar con..alguien

-¿Es alguien... que te gusta? -El señor Hernández no sabía como manejar la situación, Julio era su único hijo y jamás había pedido su consejo

-No, definitivamente no -Negó demasiado rápido, casi como si la pregunta ofendiera- Sólo se siente raro que no esté presente como antes

-¿Es una chica? -Su madre parecía más experimentada en esa área que su padre, sonreía incluso son satisfacción

-¿Eso importa? -El rostro de su madre decía que si- Si, es una chica

-Invitala a dar un paseo -Feliz le dio un mordisco a su comida- Así sabrán si la compañía del otro es agradable sin tener otra cosa de por medio

-¿Hablas de una cita? -Por un minuto casi escupe su desayuno

-Una cita -Reafirmo su padre, en la vida Julio solo había tenido un intereses amoroso que no supo cómo manejar y termino en un rechazo un tanto doloroso, ahora sus padres tratarían de ayudarle más activamente que antes

-¿Y que se supone que se haríamos en esa...cita? -Era la primera vez que los Hernández tenían una conversación de ese tipo, así que Julio se sentía un tanto avergonzado

-¿Por qué no le preparas algún postre? -Su padre con entusiasmo lo señaló con su tenedor- Así me conquistó tu madre

-Supongo que puedo intentar -Aún no del todo convencido se levantó de la mesa, si quería tener listo todo para la tarde debía comenzar de una vez

[...]

-¿Ya llevas todo? -La señora Hernández peinaba con las manos por sexta vez el cabello de Julio antes de salir de casa- ¿No sé te quedó nada? ¿Quieres que vaya contigo? ¿Necesitas un poco más de jugo?

-Cielo, cielo -Se rio el padre de Julio viendo la cara de su hijo fastidiado un poco por tantas preguntas que le eran imposibles de contestar- Con cuidado mijo

-Los veo más tarde -Se despidió, listo para ir la casa Madrigal por una chica a la cual nunca se imagino invitando a un cita o algo similar a eso

-¡Nos saludas a Mirabel! -Se volteo con rapidez, todo el tiempo que hablo con sus padres procuro no decir su nombre para que no se metieran, con el rostro enrojecido volvió a su marcha ignorando la risa de sus padres ante su reacción

Por el camino -que no era muy largo- iba tan ansioso por cómo iba a pedirle a Mirabel que lo acompañará, no tenía una buena experiencia con las chicas, invitarlas a salir mucho menos, aunque fuera con la animada Madrigal seguia sonando como un reto, un muro o una puerta que Julio jamás había intentado/podido cruzar

Por una calle abierta vislumbro la casita, sin obstáculos con todo el camino recto y un solo pensamiento en su cabeza

>>Que no esté él, que no esté él, que no esté él<<

Julio no era exactamente el mejor amigo de Camilo, sobre todo tras haber cortejado a su actual novia, el primo de Mirabel haría un escándalo cuando lo viera ahí, seguramente hasta los seguiría con tal de molestarlos, a él más que nada

Mirabel en su nueva recamara disfrutaba de la gran vista que la casita le ofrecía del pueblo, la reconstrucción fue muy especial para ella, como sorpresa le habían construido una habitación más a su estilo y estaba encantada, solo que estaba sin saber a quién agradecer, por más que preguntara solo reían y le decían que era un secreto, no le dirían de quién fue la idea de una remodelación tan bella

A la distancia, mientras apreciaba los colores de los techos de las casas, vio aparecer de entre las calles a Julio que iba caminando directo a la casa Madrigal, Mirabel se incorporó tan rápido como pudo cuando lo vio casi llegando a la entrada
Salió corriendo de su habitación y bajo las escaleras deslizándose con ayuda de casita, tan pronto cómo llego abrió la puerta topandose con Julio desconcertado con el puño a punto de tocar la puerta

A la distancia, mientras apreciaba los colores de los techos de las casas, vio aparecer de entre las calles a Julio que iba caminando directo a la casa Madrigal, Mirabel se incorporó tan rápido como pudo cuando lo vio casi llegando a la entradaSal...

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-¡Ey! -Saludo Mirabel mientras se recargaba en la entrada tratando de verse natural

-Eh, hola -Aún confundido procesaba que Mirabel ya estaba frente a él, se aclaró la garganta antes de hablar- Quería, bueno más bien me preguntaba si tú, no se, ¿Quieres ir a...pasear un rato? -Señalo con el pulgar el pueblo detrás suyo, con un rostro algo nervioso

-Si, claro -Respondío rápido parándose recta, cerró la puerta detrás suyo y no espero más para ponerse junto a Julio

-¿Te parece comer cerca del río? -Comenzaron su andar hacia el pueblo- Hice mucha comida en la mañana y me sobró algo -Levanto la canasta con algo de vergüenza

-Amo como cocinas -Sus palabras salieron mucho antes de pensarlas, ambos se sonrojaron y en silencio siguieron su camino sin mirarse

Camilo estaba en el techo de casita viendo todo con la boca abierta, casi se le metía un insecto

°•Jurabel•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora